miércoles, 25 de febrero de 2015

EL DEBATE

            Puestos al día, amigo Chindas, es básico que hablemos del DEBATE con mayúsculas, con el que ayer nos "deleitó" la TV ¿Qué podemos añadir a cuanto allí se dijo? Sencillamente, que estamos en vísperas de elecciones ¿Puede la cigarra valorar el esfuerzo de la hormiga cuando sube una montaña cargada con el peso del alimento que arrastra? y a la inversa, ésta ¿es valorada en su afán de distraer amenizando con su música, como en la fábula, al trabajador?

            El "tú peor" pone desinterés tanto en lo positivo de unos como en lo negativo de otros. La balanza acaba desestabilizando el fiel y el peso se hace a granel sin dar sentido y credibilidad al producto. Los eclipses de sol anochecen dejando mudos los trinos de las aves, los gusanos de luz encienden sus linternas nocturnas y poco a poco la tierra entristece su mirada diurna; duda por donde caminar.

            Sabios son todos los que contienden y la suya, la de cada uno, es la mejor opción, pero mientras, ¿dónde está el equilibrado camino por el que transitar el bien común?. ¡Ay! amigo mío, qué difícil debe ser, una vez borrada la educación y los principios, enderezar las sendas actuales. Son muchas las ideas que se aferran en ver desde las copas de los árboles la realidad del subsuelo, sin pisar ni un poco la realidad del suelo. Oradores de demagogia fácil que cautivan poniendo quita miedos en las carreteras de la vida de los votantes.

            Debate, forcejeo con puyas intentando herir al adversario, arrebatar lo conseguido y poner su firma como propio. Experiencia, cuántas vivencias atesoras y que sensación de pesimismo se apodera en el porvenir.

            Volverán las oscuras golondrinas... como el gran Bécquer nos hace recordar y tendremos aspiraciones nuevas hasta que surja no un líder solo, sino acompañado, que en su vocabulario lleve el lenguaje de las obras sin palabras. Democracia, vivencias de todos en libertad y respeto.

miércoles, 18 de febrero de 2015

AMIGOS

                   
A José María Hernández
            
        Veloz y entristecida cayó la mañana en nuestra provincia. Golpe desparramado en la sensibilidad de tus amigos, porque todos cuantos te hemos conocido eramos eso, amigos. La nieve, como armiño en tus espaldas, puso su nota de despedida aumentando el ardor de la fiebre. Deber cumplido el tuyo, acto generoso en pro de los sencillos moradores de la altura.

            Algo se muere en el alma cuando un amigo se va..., reza la canción y hoy Palencia ha escenificado el multitudinario devenir de la tristeza llenando tu recuerdo de flores. Tu bondad y sentido de servicio se mezclaba con el aroma del cariño. En ti queda escrito el sabor de lo eterno.

            Día de luto, amigo, por tu temprana marcha/ melancolía en el corazón por el fuego de la amistad apagada/ tristeza en los ojos que no volverán a ver tu sonrisa amable y la mano tendida.

            Has emigrado José María al cielo de los creyentes llevando en el maletín de viaje nuestros ayes y demandas. La noche ha anochecido el día, pero era la luz la que esperaba tu llegada. Dolor quedas en tu hogar y en todos los pueblos de la provincia, porque en todos, tu huella será reliquia de tu cargo y amistad sagrada.

            Las campanas de la Catedral sonaban a aleluyas en el horizonte celeste pero aquí, eran sonidos de dolor amarrando el momento final de tu historia entre nosotros. Miraremos una vez más las estrellas para descubrirte entre ellas oteando nuestros destinos rurales y tu sueño de vida digna se hará realidad.

            Gracias por tu legado de honradez y simpatía. No miraremos hacia atrás, como era tu lema de vida."Somos el tiempo que nos queda, uno no sabe lo que va a pasar mañana, por eso hay que darlo todo" nos decías.

            En Mª Antonia, tu mujer, seguiremos contando con tu presencia de amistad fiel y cercana. Se feliz ahora que la luz sin impurezas ilumina tu rostro. Un abrazo.

jueves, 12 de febrero de 2015

TU SOMBRA

           Te contemplaba ayer, mi buen perro, sentado al lado de la pared del patio mirando al sol que te calentaba y proyectaba tu sombra sobre la nieve. Sí, esa sombra también eras tú tumbado sobre la blancura. Tus pensamientos, sin duda, eran llenos de placer porque en cada movimiento, por leve que fuese, mostrabas una sonrisa.
            Tu sombra oscura es la piel del día anochecido a media mañana. Lenguaje del sol jugando con dimensiones opacas, revés del frente de la mirada, sueño diurno obligado a velar al sujeto reflejado. Silencio persiguiendo al dueño que cambia de postura hasta desaparecer.
            Ahora es junto al seto donde te detienes y, entre el verde espinoso de sus ramas, un leve murmullo de oscuridad musita tu presencia entrelazada. Morir no quiere, la luz la hace desaparecer pero sin ella tampoco vive. Paradoja de su realidad umbría. Relames no se qué, abriendo la boca en un largo bostezo y tornas a esa postura tan tuya buscando los rayos más febriles y apetecibles. Apasionados momentos que en brazos del aire se detienen en tu piel canina hasta degustar el placer del abrazo interior.
            Siendo apenas un tul ennegrecido que acompaña tus pasos alargando esa figura tuya tan galana, haciendo que las patas se acorten dando imperfección al modelo, es amiga incondicional de tu presencia. Como dice Benedetti "... el corazón se entiende con la sombra/ ensaya allí sus claves de silencio/ los ojos son las brasas de lo oscuro/ y entre tinieblas es mejor el beso."
            Sí Chindas, tú también sabes acariciar con tu fidelidad, con ese movimiento que rabea el aire y los ojos clavados en los míos, suplicando la mano amiga que acaricie tu lomo.
            Sombra, termómetro del día soleado, eclipse al otro lado de tu cuerpo dando a la nieve del primer día el color de la tarde soñolienta. Guijarros revestidos de albura presenciando esas pisadas que soterran el caminar o juego recalando en el sentir de la llegada.
            Tu sombra termina su carrera cuando el sol repliega las velas de su andadura por los mares que surcan las llanuras castellanas, quedando tú, "mi príncipe", como habitualmente te llamo, algo más aterido y frío. Miras hacia a atrás y no te ves, yendo a refugiarte a tu casa de paja y madera donde esa "noche" carece de esquinas y no simula tu silueta sombreada.
            Inocente historia que te sigue, que alejarla quieres cuando corres y por mucho que lo intentes solo el sol es dueño de su destino y tú o yo meros frentes amigos.

martes, 3 de febrero de 2015

CUARENTA MIL

         Sí Chindas, ya son cuarenta mil las visitas anotadas en nuestro blog. Para ser más exactos hoy martes el marcador nos señala 40.157. ¿Qué te parece?, tú, un perro fiel y escuchante de mis  elucubraciones más o menos poéticas, y yo, tu ama, tecleando las mismas.
            Quiero pensar que a nuestros lectores les gusta recibir de vez en cuando un hálito de belleza en el iris de sus ojos y, tal vez, ese mutismo de las flores que en los pueblos alfombran el suelo de las praderas, de las veredas, de los rincones y parques, amén de balcones o ventanas, llega hasta ellos en pétalos de letras y en aromas de entretenimiento. Siempre es nuestro deseo distraer desde esa "otra mirada" que los acontecimientos nos ofrecen. Días de sol o noches de desasosiego en cada casa se adentran sin permiso y es necesario "elucubrar", dar luz a la esperanza engalanando los pormenores escondidos que temen ser descubiertos en momentos aciagos.

            Inclinan los árboles sus ramas desnudas en estos días de frío y viento, un pajarillo juguetón se posa en el extremo de una de ellas y trina aun sabiendo que nadie le escucha. Alza el vuelo y sus alas de papel de seda reparten sus notas de vida.

            Tiempos de expectativas electorales se avecinan, nuestro gato desde el alero del tejado observa a los topillos que por el patio osan aparecer y desaparecer en las huras que hacen, intentando dar caza a alguno. Renovación, equilibrio, cordura, bien común son objetivos que enganchan y hacen mantener en alto la esperanza de una mejora en todos los sentidos. Pero, ¿imperará la calma, la paciencia y la observación? Puede que este animalillo de ojos vivarachos y orejas rosadas nos lleve a dar vueltas por el césped y se burle ratonilmente de nuestra ingenuidad. Sopesar los fantasmas de la noche que están porvenir y asirnos a la paciencia felina, avanzando pausadamente en pequeños logros que pueden llevarnos al éxito deseado, siempre será más efectivo y a largo plazo se nos acabará el hambre.

            Las mañanas siguen siendo desapacibles y marchitas, apenas un rayo de sol toca los cristales, con resorte desaparece y un gris plomizo colorea el ambiente. Brilla la planta de interior que mira tras ellos la calle y un amago de capullo anuncia su primavera.

            Chindas, volvemos a esa cifra que estimula nuestro diálogo, más bien monólogo en cuanto a voz, esperamos juntos seguir endulzando el paladar de nuestros amigos y que ellos entresaquen su sabor. Gracias a todos.