jueves, 27 de agosto de 2015

FINAL DE ETAPA

        Sí, querido Chindas, toca a su fin nuestro diálogo-monólogo: "gacetilla local" agosteña. Las vacaciones de los visitantes veraniegos están haciendo las maletas para volver a sus lares cotidianos de invierno, a su vivir con el reloj marcando las pautas y haciéndolos rememorar ese sabor del pueblo que da impulso y complacencia. Días pasados en convivencia con sabor a paz, con la algazara de fiestas locales participando, siendo parte del convite de la alegría. Paseos por el Canal de Castilla pisando la suavidad de la hierba, o en bicicleta ejerciendo el deporte de la salud y esas tertulias vespertinas que engrandecen el alma... 
            Puertas y ventanas se tornarán párpados cerrados por el sueño de la ausencia de sus amos, conservando el colorido fresco de su renovación, el mimo de la brocha que se despidió también, permitiendo así que cuando la lluvia o la nieve bese sus sienes, resbale sin herir sus poros.
            Septiembre volverá a ser para nosotros ese espacio de reflexión y calma. Contemplaremos la vida de nuevo, como el pajarillo que se posa en un junco y balanceándose, mira inquieto cuanto le rodea, o como la última mariposa que liba en una flor silvestre los restos del néctar que el estío dejó. Bandadas de pájaros cruzan ya el horizonte de esas nubes que algodonan el cielo, y tachonando con líneas pardas el lienzo abstracto que pintan, otean su nido futuro. 
              Poesía vestida de ausencia de ruidos, como el arroyo que despierta saltarín y fresco.
          Tu, Chindas, ladrarás a los gatos asomados a las tapias del corral. El griterío, que tanto te molestaba al principio por la libertad de los niños que coaccionaba la tuya, lo echarás de menos pero, poco a poco, volverá la quietud a ser la reina del paraíso que se reserva para sabios y animales de compañía.
            Los pueblos como el nuestro acogen los ¡guauuu....ús! que vigilan, protegen y rabean al afecto compartido. Maravillosa realización de la amistad sincera.

          La etapa que señorea al sol por las calles va llegando a su meta y entre vitores a los vencedores, Requena despide a los suyos. 
           ¡Feliz invierno! Prohibido no regresar alguno el próximo año, aquí os esperamos aunque lleguéis centenarios.

jueves, 20 de agosto de 2015

SUEÑOS DE LUZ

        El pasado domingo, amigo Chindas, las tinieblas de la despoblación desaparecieron como por encanto en nuestro pueblo. Unos reflejos del iris aparecieron por nuestras calles, ¡eran niños!; sus padres descienden de aquí y con orgullo mostraban a sus retoños festejando "El Día de la Asociación Cultural Santa Ana S. XXI". Vestidos con ropas regionales ponían esa nota de color que tanto se necesita en estos núcleos y sus risas, cual vistosas mariposas, sobrevolaban por este jardín de la vida dando esperanza de futuro.
            Créeme, mi fiel compañero, por un momento mientras tu dormitabas a mis pies en el patio donde estaba sentada, imaginé que llegaba a mis manos un ramo de flores con estrellas, brillando estas últimas de tal manera que, poco a poco, iban poseyendo mi mente hasta adentrarme en un futuro totalmente impensable hace unos días. Toda la belleza de las plantas se me antojaban  sonidos llenos de arpegios que bordeaban al municipio y la luz irradiada por las luminarias de la noche, centinelas velando por el mismo. Espejismo de deseos tal vez, pero la realidad estaba ahí, en las calles, en la plazas, en las casas de los abuelos...
            Festividad emotiva. La Abuela Mayor, Santa Ana, presidía y compartía la ilusión de las jóvenes madres y padres que prepararon el homenaje, las abuelas actuales secaban la lágrima furtiva que se escapaba de sus ojos. D. Pablo, salesiano e hijo del pueblo, hablaba con ese sentimiento que cala y emociona. Raquel, la Presidenta, y su equipo pusieron todo su empeño en recrear a los asistentes llenando de ilusión y unidad esta convivencia. ¡Guauuu.....! por vuestra generosa aportación al bienestar común. La paellada, generosa en tropiezos, hizo la delicia de los más de cien comensales. Mesa y mantel para estrechar lazos, para saborear la amistad y compartir, una vez más, la unidad que reina en Requena en fechas demostradas.

            Sueños de luz, de permanencia, de raíces que jubilosas esperanzan la tierra. Sueños de luz albergando el corto camino que separa el ayer del hoy. Ilusión rebrotando magaritas, espliegos.
            Pies pequeños acariciando en sus carreras el asfalto y las praderas. Nubecillas mimando al celeste cielo para hacer sonreír al sol, para difuminar sus rayos y otorgar al suelo el placer del buen tiempo. Sueños en tules protegidos para seguir en esta realidad que se avecina con creciente natalidad.


            Felicitamos a la Asociación por sus logros, confiando una vez más en su buen hacer y esperando que el próximo año su entusiasmo alcance la plenitud de éste o la supere si es posible. 

jueves, 13 de agosto de 2015

TORMENTA FESTIVA

       Hace unos días los relámpagos y truenos te tenían atemorizado, querido Chindas, y tus ¡guauuuus! retumbaban en esa noche en que los responsables pergeñábamos el programa de los actos, en las fiestas locales de San Miguel "el veraneante". Tal vez el nombre te resulte un interrogante, pero has de comprender que sólo en agosto, el pueblo se llena de gente que viene a pasar el verano a la paz  del mismo y en septiembre estaría subido a su peana, en el altar, quedando su memoria olvidada; de ahí el cambio de fecha de su festividad y el apodo.
            Patrono local, al que los antepasados nuestros honraban tras recoger la cosecha, festejando así el descanso tras el duro devenir del trabajo de siega, acarreo, trilla y bielda, almacén y molino. Pan ganado mirando al cielo, para que éste no se lo arrebatase antes de poseer su corrusco.
            Sí, como decíamos antes, el cielo se enfadó y apareció la tormenta. Los truenos voceaban el enojo de las nubes y éstas derramaron lágrimas abundantemente. Los girasoles, único fruto alzado, se dieron su ducha de gloria llenando sus raíces del néctar que les hacía crecer. Noche mágica de resplandores, llena de desvelos y temores, de sábanas arrebujadas y colchas hechas un ovillo en la mayoría de las alcobas, escondiendo la risa del amado que aprovechaba el susto para abrazar con más fuerza a su pareja.
            Tormenta con tambores de cuero, con baquetas que golpean la risa del susto, con compaña de jarana y juventud. Días precedentes a este San Miguel, una vez más desapacible en el tiempo y vigoroso, cálido, en días sucesivos. ¿ Qué le sucede a este Arcángel para ventear en demasía, llover o regalarnos frío, siempre en dicha fiesta? Es verdad que cada vez es más profana la algazara pero... el cura no dejó de cantar en la procesión y los vestidos regionales, más bien locales, ponían colorido a su paso.
            ¡Quien como Dios, nadie como Dios!. San Miguel Arcángel, caudillo de Dios, dirige los pasos de este batallón... en voz en grito, en mi infancia y juventud, coreaban las mozas y mozos de entonces. Ese batallón ha sido reducido y las minorías apenas tienen voz y devoción.

            Ya ves, amigo Chindas, hace horas iniciamos el festejo y ya estamos otra vez sumidos en nuestro cotidiano vivir como el trigo que reposa en las paneras y almacenes. El dorado cabello de las espigas adormece en el silencio compartido. Ya no hay truenos que hagan temblar su débil caña y el murmullo del aire las visita por las rendijas de los bocarones o puertas, depositando el cálido beso de su complicidad amorosa con la tierra. 
Fiesta pasada, remusguillo en el alma.