¡Garzón, ya!

Es el cuarto día en que amanece nublado, gris y triste. Con la amenaza de lluvia apenas podemos salir a dar una vuelta. Todo el corral está mojado, chorreando agua. Por eso me dejan estar en el patiecillo que da al corral y, yo tumbado en el suelo y él sentado en un sillón de plástico, platicamos con sosiego.
Ayer nos poníamos de acuerdo en que estas tormentas, mientras no lleguen a arrasarlo todo, que no es el caso, anuncian un verano con una naturaleza pletórica en belleza y en frutos. Como la tormenta económica que ensombrece nuestra economía que, si no nos desarbola, es la ocasión fecunda de comenzar una nueva etapa con un desarrollo mayor y más armónico.
Hoy le veo tranquilo, pero con ganas de explayarse, así que me tiendo en el suelo perezosamente y con mi mirada atenta sirvo de estímulo para que nos vayan surgiendo las ideas.
- Mira, Chindas,¿no conoces la noticia? Está recogida por una agencia sueca: Tres periodistas alemanes que estaban en Tailandia para realizar un reportaje sobre su situación, han sido sorprendidos en una habitación de un hotel de cinco estrellas en una orgía sexual con un grupo de menores de nueve años. Los detectives privados que han tomado testimonio fotográfico del suceso, les han chantajeado para que publiquen en su periódico, previo pago de diez millones de dólares o la denuncia ante las autoridades alemanas de su delito de pederastia, de que España, en peligro de quiebra financiera por su deuda, ha pedido su rescate por parte de la Unión Europea y que esta lo está preparando.
Este entramado ha sido descubierto por el detective Salinger que lo ha puesto en conocimiento de la autoridad. La Interpol está tras los pasos de los periodistas que han huido de Alemania.

Con la mirada me río de lo que dice, al ser una gran patraña.
Pero si esto hubiese sido publicado por un periódico serio, no es difícil imaginar la reacción de los periodistas que no se habrían contentado con un desmentido, sino que habrían demandado al autor de la calumnia y al medio que lo publicó por un delito contra su honor.
El viernes, día once, en el programa nocturno del canal 24 horas de RTVE, el locutor y tres invitados comentaban una patraña más nociva, publicada como noticia por tres periodistas en un sesudo periódico alemán: la necesidad de rescate de la quiebra de la deuda pública española. Y es más nociva porque amenazaba la capacidad de financiación de nuestro país, lo que podría hundir empresas, aumentar el paro y producir lágrimas, dolor y muerte de víctimas inocentes.
La reacción de los contertulios que se mostraban como profundos conocedores de amplios “saberes” sobre los mercados financieros, fue explicar como funcionaba el mercado libre internacional de las finanzas y la libertad de prensa.
Es como si ante la patraña de lo del hotel tailandés, nos hablaran, con muchos saberes, del libre mercado del sexo y la libertad de la prensa del corazón. Eso sí, nos dirían que la noticia fue desmentida y que el objetivo de la información había fracasado pues ningún otro medio cayó en la trampa de magnificar la noticia.
Que verdad es que los muchos saberes nublan a veces la inteligencia y que la sabiduría suele encontrarse más en el pensamiento sencillo y tranquilo, al que ayuda un ambiente como el de Requena de Campos, que en la vorágine de los centros universitarios o en las tertulias de los medios de comunicación.
La reseñado por el tabloide alemán, no es opinión, sino noticia de unos hechos que son ciertos, o son falsos y calumniosos. Que su publicación no es libertad de prensa y libertad de mercados, sino una calumnia en toda regla para alterar el funcionamiento del mercado con el agravante de poder llegar a conseguir el enriquecimento escandaloso de especuladores desaprensivos a costa del sufrimiento de personas inocentes, sin la más mínima ética social, política y económica.
¡Garzón, ya! Esto es más grave que el caso Gürtel y no vale decir que no hay delito porque no alcanzaron su propósito. Porque, si Pepito envenena a su madrina para heredar, sigue siendo culpable aunque no herede, pues puso el veneno. Los periodistas y el medio alemán han calumniado aunque no hayan conseguido sus propósitos.
¿Y si ellos han sido unos pobres engañados? Pues si el vino que pusieron estaba envenenado y no lo sabían (no parece que hayan hecho nada para confirmar la noticia) que digan quien les vendió el vino, si no quieren dar con sus huesos en la cárcel.
¡Garzón, ya¡ ¡Garzón, ya¡
Que somos una sociedad pusilánime con un gobierno pusilánime incapaces de exigir responsabilidades, a no ser que carezcamos de sabiduría y creamos que todo es fruto de la sacrosanta libertad de mercado, libertad superior a la justicia y a la ética, peor aún, superior al hombre, a la persona.