Estábamos regando en la chopera cuando han aparecido en el camino tres perros con amo. Un momento de indecisión, de olernos y mirarnos, y hemos emprendido cortas y rápidas carreras jugando a atraparnos. Me he sentido miembro de un grupo, soy un animal social. Da satisfacción la compañía... Muy poco ha durado la experiencia, su amo les ha llamado y han seguido camino del pueblo, les sigo hasta que mi socio me reclama con un silbido, y a la sombra de los chopos enhebramos la charla.
Y constatamos que hombres y canes sentimos poderosas fuerzas que nos impulsan a la pertenencia al grupo, es algo genético que ha facilitado la caza o ha permitido a las personas pervivir, desarrollarse y dominar el mundo.
En este mes hemos asistido a dos acontecimientos que muestran elocuentemente la tendencia a la tribu. Miles de catalanes se apiñaban en Barcelona en protesta por la sentencia del tribunal constitucional sobre el Estatuto. Sin duda alguna esta multitud se sentía identificada con Cataluña, su lengua, su forma de ser y de sentir y el “somos una nación” era la expresión de este sentimiento, en principio magnífico. Es un grito de cohesión y ayuda al grupo en la consecución de sus objetivos...
Al día siguiente millones de españoles se desgañitaban coreando campeones, ¡España campeones! La euforia aún nos dura. ¡Qué alegría más intensa! Un grupo de deportistas, con los que nos hemos identificado, han triunfado ante la contemplación universal, parece que hasta setecientos millones pudieron ver el partido final. La gran tribu lo festejaba por todo lo alto. Maravilloso, el grupo se reafirma como tal y podía recuperar su jornada normal con más alegría, confianza en sí mismo y esperanza en el futuro. Porque somos animales tribales y el instinto de pertenencia como el de reproducción, lo llevamos en la sangre. Sin el grupo somos animales indefensos, condenados a la desaparición
Pero en este sentido de grupo hemos ido progresando, domando el instinto natural. Nos hemos vuelto racionales ya que el instinto es ambivalente, da fuerza al grupo y lo enfrenta a los otros grupos y si esto no es ordenado por la razón todos podemos perder.
Una corriente de alegre energía ha recorrido nuestra patria, ¿revertirá contra el extranjero o el emigrante o simplemente contra el sentimiento de pertenencia a las comunidades autónomas u obstaculizará nuestro sentir europeo? No sería ni positivo ni racional
El sentimiento de pertenencia a Cataluña y la promoción de su lengua y valores puede por parte de algunos ir acompañado de la búsqueda de la separación de la actual comunidad española, creyendo que la cohesión catalana sólo es posible en el enfrentamiento con la pertenencia común. También puede acontecer que esta cohesión del principado se considere por algunos como una afrenta a la pertenencia a la comunidad hispana ¿Es positivo y racional?
A mi socio y a mí nos encanta una España gozosa de sus logros y con impulso para superar sus problemas, pero no podemos concebir una España sin pluralidad en que todos aporten al conjunto el sentido de su pertenencia a su comunidad autónoma. No podemos concebirla sin catalanes que se expresen en catalán, sientan en catalán y se manifiesten, si así lo desean, como una nación, es decir un grupo bien identificado y dueño de sí mismo, que, al mismo tiempo, forma parte de la soberanía española, como los vascos, gallegos, andaluces, castellanos y todos los demás.
Una España que, en lugar de sumar valores, se construyese sobre la anulación de sus componentes, no sería la España a la que aspiramos; pero tampoco nos gusta una España diluida en sus partes, sin el nervio y la fuerza que da la unidad y esperamos seguir construyendo una Europa, no sólo de intereses, sino de tradiciones, valores y estructuras comunes, que permitan sentirnos miembros de una tribu mayor que continuando nuestro instinto de grupo nos permita una vida más plena, feliz y próspera.
Así que ¡Visca Espanya! y ¡Viva Cataluña!
La educación en el deber
Hace 8 años
Totalmente de acuerdo con el final de tu artículo: nacionalismos cero, tanto los de un lado como los del otro. Sumar y no restar. Esas son la España y la Europa que yo quiero, de ciudadanos, no de mercaderes.
ResponderEliminar¿Qué le parece a Chindasvinto la prohibición de las corridas de toros? Supongo que estará de acuerdo
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