Dolorido está el dolor por su
reciente caída. ¿Qué es el cuerpo sino dolor vestido de rosas algunos días?
Tropiezan los pies y cae en
brazos del suelo la torpe naturaleza que a los años pone vetos y a la mente
incongruencia. Por dentro no se envejece pero por fuera… reflejos faltan. Cual
saeta lanzada con fuerza en la diana acierta y el dolor agudo del dardo
penetra, hiere y humedece las mejillas del disco que sin esperar recibe la
dolencia.
Se hace lento el caminar llevando
las muletas, una de esfuerzo y otra de voluntad; la cabeza levantada y la
sonrisa presta. Sigue el dolor en el refugio metido y asomando con ayes, de vez
en cuando, intenta pasar desapercibido, pero ¡ay! de nuevo tortura la
desventurada zona que grita hacia dentro para amortiguar su duelo.
San Isidro tan feliz sale a
bendecir el campo y el hisopo de mis desvelos rocía la verde y fértil tierra
ajeno a que, por su culpa, tenga el tropiezo de amigo. Dolor de dolor callado
por sufrir se hace enemigo ¿seremos algún día amigos y no vivir enojados?
Realidad tierra campera, la de soledades y entusiasmos, la de arada y siega, la
de eriales y prados. A los pies del Santo las lilas de mayo esparcen su aroma
recreando al aire, mientras los pájaros gorjean y despiertan al amanecer con el
primer canto del gallo.
Pastillas de colores agradables,
al desayuno empiezan a ser parte de mi parte, acompañan sus ¡buenos días!
calmando y a fuer de ser constantes, amainan el vendaval del dolor por un rato.
Buscan refuerzos a mediodía y a la noche para que el sueño palíe los desvelos
de los huesos.
Dolor del dolor que se auto
invita a la fiesta del vivir y es marginado por su carácter cruel, por su
inoportuna presencia. Las obras ya se terminan, el andamio es retirado y mi
imprudencia castigada, los vecinos admiran el trabajo y regocijan de veras de
la renovación lograda.
Cántico, pues, al buen hacer de las manos artesanas. Archivolta una vez más, deja su huella
profesional en la piedra que perpetuará la historia, nuestra historia local.
Esfuerzo, arte y dolor, unidos en el entusiasmo de mejorar nuestro
entorno. Jardín de ilusiones al alcance de las manos. Mariposas azules libando
las flores que sobre los balcones penden y zumbidos de abejas defendiendo su
despensa. Poesía de luces y sombra.
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