Y como estamos contentos, hablemos de Cataluña.
Motivos no nos faltan. No hace mucho se consagró la Sagrada Familia de Barcelona y están en plena campaña electoral.
Los ojos se hacen chiribitas y el corazón se esponja cuando recordamos las vivencias del tiempo pasado en aquellas tierras y con aquellas gentes.
Gerona, el lago de Bañolas, la costa Brava, paisaje e historia. Tarragona romana, viñedos del Panadés, recuerdos mediterráneos. Barcelona, ciudad tan clásica y tan moderna, tan ociosa y trabajadora, tan universal y tan selecta, posada junto al mar y recostada a las faldas del Tibidabo. Lérida, la conocemos menos pues no hemos vivido en ella pero ha de ser maravillosa.
Cataluña, tierra de arribada y de salida, crisol de pueblos con un muy notable patrimonio histórico, artístico y cultural y un más impresionante acervo activo actual.
Sociedad abierta pero al mismo tiempo poseedora de una personalidad propia, arraigada y arrolladora que integra a los que sin nacer en ella en ella viven.
Para quienes la queremos, aunque la observemos hoy desde fuera, su tierra, sus gentes, su economía y su cultura se nos muestran con buena salud y aunque seamos riojanos o castellanos o de cualquier otro rincón de España, nos sentimos orgullosos de Cataluña pues la consideramos nuestra.
Sí que tienen, como todos, sus problemas y defectos y el mayor, a nuestro parecer, es la carencia parcial de lo que más presumen: el “seny”
Históricamente al menos no han dado siempre muestras de gran cordura. Se arruinaron en guerras civiles al final de la edad media. Eligieron después el aislamiento, y con todas sus posibilidades, vegetaron durante dos siglos. Se acogieron al rey francés para evitar las cargas peninsulares y, aparte de la guerra, cayeron sobre ellos otras mayores. Eligieron el candidato austriaco, el perdedor, a la muerte de Carlos II y se quedaron sin fueros como castigo del Borbón,
No obstante es un pueblo que sabe sobreponerse a las adversidades. La pérdida de los fueros les permitió el comercio con América y con todos los territorios peninsulares. Resultado, Cataluña en desarrollo. Después de nuestra guerra civil, fruto de nuestras miserias e insensatez, se quedó sin autonomía y sin el uso público de su idioma, pero supo trabajar y fue el motor del comienzo de la transformación económica del país.
Y atrajo a aragoneses, andaluces gallegos, castellanos... y no sólo les proporcionó trabajo sino que los integró, los hizo nuevos catalanes.
Parece que también ahora les puede faltar un tanto el seny. Demasiados partidos, demasiadas divergencias, alejadas, nos parece, de una sociedad menos dividida que sus políticos. Les falta confianza en la fuerza de su identidad, de su cultura y de su economía. Creen que éstas peligran, que son atacadas por no sabemos quién, y que se requieren medidas de defensa y de separación.
Pero ¿se imaginan una población trilingüe o cuatrilingüe, catalán, español, inglés, francés y su posición abierta al Mediterráneo, a Europa, al mundo con toda España detrás?
Paradójicamente es cierto que Cataluña da mucho más de lo que recibe del resto de España, pero al mismo tiempo recibe mucho más de lo que da. Será por lo de las sinergias de la unión.
Pase lo que pase en estas elecciones y en próximo o medio futuro, pues a largo plazo todos calvos, Cataluña nos mola... Barcelona la ciudad que se ha remodelado a partir de los juegos olímpicos, la Sagrada Familia, edificio imponente, imaginativo, luminoso, mediterráneo, único. El Barça, equipo envidia de propios y extraños, cantera de la selección española.
Por eso que con todos sus problemas, aunque se los critique o los critiquemos, con sus excesos de arrogancia unidos a una quejumbrosa manía de temores infundados, estamos orgullosos de los catalanes, de ti, amigo en los años mozos de mi socio, de ti Antoni Samsó , orgullosos de vuestra Cataluña.
Los ojos se hacen chiribitas y el corazón se esponja cuando recordamos las vivencias del tiempo pasado en aquellas tierras y con aquellas gentes.
Gerona, el lago de Bañolas, la costa Brava, paisaje e historia. Tarragona romana, viñedos del Panadés, recuerdos mediterráneos. Barcelona, ciudad tan clásica y tan moderna, tan ociosa y trabajadora, tan universal y tan selecta, posada junto al mar y recostada a las faldas del Tibidabo. Lérida, la conocemos menos pues no hemos vivido en ella pero ha de ser maravillosa.
Cataluña, tierra de arribada y de salida, crisol de pueblos con un muy notable patrimonio histórico, artístico y cultural y un más impresionante acervo activo actual.
Sociedad abierta pero al mismo tiempo poseedora de una personalidad propia, arraigada y arrolladora que integra a los que sin nacer en ella en ella viven.
Para quienes la queremos, aunque la observemos hoy desde fuera, su tierra, sus gentes, su economía y su cultura se nos muestran con buena salud y aunque seamos riojanos o castellanos o de cualquier otro rincón de España, nos sentimos orgullosos de Cataluña pues la consideramos nuestra.
Sí que tienen, como todos, sus problemas y defectos y el mayor, a nuestro parecer, es la carencia parcial de lo que más presumen: el “seny”
Históricamente al menos no han dado siempre muestras de gran cordura. Se arruinaron en guerras civiles al final de la edad media. Eligieron después el aislamiento, y con todas sus posibilidades, vegetaron durante dos siglos. Se acogieron al rey francés para evitar las cargas peninsulares y, aparte de la guerra, cayeron sobre ellos otras mayores. Eligieron el candidato austriaco, el perdedor, a la muerte de Carlos II y se quedaron sin fueros como castigo del Borbón,
No obstante es un pueblo que sabe sobreponerse a las adversidades. La pérdida de los fueros les permitió el comercio con América y con todos los territorios peninsulares. Resultado, Cataluña en desarrollo. Después de nuestra guerra civil, fruto de nuestras miserias e insensatez, se quedó sin autonomía y sin el uso público de su idioma, pero supo trabajar y fue el motor del comienzo de la transformación económica del país.
Y atrajo a aragoneses, andaluces gallegos, castellanos... y no sólo les proporcionó trabajo sino que los integró, los hizo nuevos catalanes.
Parece que también ahora les puede faltar un tanto el seny. Demasiados partidos, demasiadas divergencias, alejadas, nos parece, de una sociedad menos dividida que sus políticos. Les falta confianza en la fuerza de su identidad, de su cultura y de su economía. Creen que éstas peligran, que son atacadas por no sabemos quién, y que se requieren medidas de defensa y de separación.
Pero ¿se imaginan una población trilingüe o cuatrilingüe, catalán, español, inglés, francés y su posición abierta al Mediterráneo, a Europa, al mundo con toda España detrás?
Paradójicamente es cierto que Cataluña da mucho más de lo que recibe del resto de España, pero al mismo tiempo recibe mucho más de lo que da. Será por lo de las sinergias de la unión.
Pase lo que pase en estas elecciones y en próximo o medio futuro, pues a largo plazo todos calvos, Cataluña nos mola... Barcelona la ciudad que se ha remodelado a partir de los juegos olímpicos, la Sagrada Familia, edificio imponente, imaginativo, luminoso, mediterráneo, único. El Barça, equipo envidia de propios y extraños, cantera de la selección española.
Por eso que con todos sus problemas, aunque se los critique o los critiquemos, con sus excesos de arrogancia unidos a una quejumbrosa manía de temores infundados, estamos orgullosos de los catalanes, de ti, amigo en los años mozos de mi socio, de ti Antoni Samsó , orgullosos de vuestra Cataluña.
El sol aparece tímidamente en el horizonte antes de ponerse. Seguimos con nuestra alegría.
Este perro sabe de lo que habla y nos hace aprender algo de historia. Además, es valiente por decir algo de Cataluña que, desgradaciadamente, a muchos castellanos les va a escocer, sobre todo lo del Barça....
ResponderEliminarEL GRAN PROBLEMA "EL IDIOMA" ¿ENTONCES SUIZA QUE?
ResponderEliminarALEMAN, ITALIANO, FRANCES, ROMANICO.....+ INGLES....Y SON UN PAIS
El principal problema de Cataluña son algunos de sus representantes políticos, tal y como nos están demostrando durante la presente campaña electoral. Luego se estrañarán de que la participación sea baja. Los problemas reales de los catalanes están totalmente ausentes del debate político.
ResponderEliminarChindasvinto y su socio son unos ingénuos. Vostros estaréis orgullosos de Cataluña, pero ¿están los Catalanes orgullosos de España?
ResponderEliminarCreo que no. Ellos solo están para sacar beneficios y nop qieren saber nada del resto. En el fondo, son unos egoístas.