Espera Chindas, espera, no seas
tan bruto que me vas a tirar al suelo con tu fuerza alegre, espontánea e
impaciente. Ahora te cuento la odisea del fin de semana.
Pabellón de desatino de la salud,
de prisas por atajar el acelerado ritmo de las olas al chocar en la estrecha
garganta de la vida.
Sirena de salvamento que, como
estrella fugaz, va abriéndose camino en
la carretera del suelo para llegar a la meta a la velocidad de los deseos.
Llegada. Sala de espera en
urgencias. Saber diligente y disponible a mi lado; servicial equipo presto a
ganar la batalla al insidioso avance enemigo.
A mi lado más corazones alocados,
cirios encendidos en procesión entre sábanas blancas formando una larga hilera,
espera compartida, atención sin
límites; paso del box a la sala de
observación. Paula al lado auxiliando nuestras necesidades, sonrisa amable,
manos de madre.
Nervios controlados realizan
pruebas, animan y transmiten esperanza. Pasado el peligro de viajar sin billete
de vuelta sólo nos queda decir GRACIAS a
todos los profesionales del Río Carrión.
Chindas, tú no sabes lo que es un
hospital pero te lo explico; es el refugio humano del dolor que planea sobre la
vida con el motor averiado, el eje sobre el cual giran los límites del vivir y
el morir y en cuyo recinto uno se siente a salvo de las inclemencias, de los
peligros que asustan. Dentro hay médicos, enfermeras, auxiliares que sin
conocernos nos ofrecen su atención, su saber vocacional de entrega y servicio
suavizando el dolor ajeno.
La primera sala se llama de
espera y es más bien “sala de esperanza”. En el trayecto el ahogo crece,
llegados a ésta, la esperanza aparece con las manos llenas de goteros, cables,
mascarillas de oxígeno, etc y la paz se viste de bata blanca.
Una vez más, mi perro amigo,
vuelvo a acariciar tu piel, a sentir tu cariño y gozar de tu compañía.
Disfrutemos el momento.
Con la que está cayendo en contra de los funcionarios y los servicios públicos en general, son de agradecer estas palabras. No se quién es Vd. pero gracias en nombre de todos los compañeros del Río Carrión, y esperamos que se haya recuperado y que tarde mucho en volver a visitarnos.
ResponderEliminarGRACIAS DE NUEVO
Espero que lo de tu "Socio" no haya sido grave y puedes seguir correteando con él por el campo. Un abrazo y adelante.
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