Encanto
de aconteceres que en la carpeta del tiempo yacen, caligrafiados unos, con
letra de imprenta otros. Sus rasgos pusieron reflejos a pensamientos, a hechos
del día a día. Para algunos baladís sucesos o expresiones de sentimientos, para
otros obras maestras retenidas en las páginas arrancadas de la prensa o de una
revista; rememorada evocación en una noche de insomnio.
Luces
de amanecida en relatos escogidos en día de calma y gozo; placer que el autor
regala a las masas en libros transeúntes, o frases oídas que un escuchante
escribe en un papel minúsculo para, a solas, recrear su mente sensible.
Encanto
de conservados pareceres, hemeroteca privada de sencillez cautivadora, de
nostalgias retenidas ahora abiertas, de placeres del saber vividos. Ahí
duermen, almacenados, revueltos, autores de distinta creación esperando ser
herencia apetecida. Cálidas manos con mirada curiosa hojearán, ojeando, tan
curiosa dádiva.
Mi
amigo canino, sé que para ti sólo son papeles viejos que me empeño en mimar y
tú me exiges caricias iguales, pero no es posible equiparar afectos, tú eres el
hoy y ellos mis pasos desde la infancia revestidos de fortaleza en sus raíces,
patrimonio de la mente que madura cada día posando sabiduría en estos pies de
la cultura.
Recóndita
sensación de alegría en cada carpeta o libro abierto al cruzar nuestras
miradas. Sin pensarlo he despertado su espejismo de vivir de nuevo, de salir
del encierro para volver a renacer en
las mentes actuales. Entretenimiento de los dedos pasando por encima de
la tinta solícita; un arpegio de melodía apaciguado en el silencio del
escondite.
Vuelvo
a repetir la palabra "encanto" para que nuestros lectores paladeen el sabor de las
cosas arrinconadas, las miren, vean lo que para los allegados fueron
compañeros/as de viaje, espontánea aparición en la estantería.
Manos entrelazadas del ayer y la sensación viva de este
momento, generosa realidad del destino final que no termina. Paradoja de la
existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario