Chindas te voy a contar....
Conocí
a un hombre bueno con ideales, joven y con madurez para llevarlos a cabo, remunerado lógicamente; de carácter amble, elocuencia insegura pero de oídos
atentos. Ocupó cargos sociales y cada día sus noches eran tranquilas porque su
sensibilidad le permitía durante el día estrechar la mano con sinceridad.
Tales
eran sus dones que llegó a ser Alcalde de su ciudad. Alivio para muchos que
oteaban el horizonte con los prismáticos de la esperanza. Nuestro hombre
"bueno", empezó a revestirse de político: sonrisa fácil, saludos con
mirada ausente, prisas que alejaban los sonidos de las demandas. Poses para la
prensa, testigo prolongado de su labor municipal, pero...con dos caras, la
fotográfica y la escrita.
Sí,
Chindas, hay promesas incumplidas también en provincias, podemos constatarlo en
las hemerotecas; por ejemplo animar a un colectivo en sus inicios de trabajo
social ofreciendo aportarse a sí mismo, si se precisaba, a subir unos muebles a
la Sede de ésta. Todo un gesto de entendimiento de lo que es servir a una
comunidad sin ánimo de lucro y sin el boato del cargo.
Un
móvil era la demanda, usado, de segunda mano, pero imprescindible para empezar
la andadura de comunicación entre socios afectados y la Asociación de Ayuda.
Si retiraban un ordenador sería el completo del apoyo, se le sugiere... Toma
nota y con la bondad que le sale del alma piensa y dice que él tiene uno que
nos podía valer.
La
prensa escrita recoge y publica todo esto.
Sonrisas
esperanzadas cruzan la puerta del Consistorio. ¡Es sencillo y parece sincero!
Ya podemos empezar la tarea.
Han
pasado unos meses y nuestro hombre "bueno" con ideales ha aparcado
sus palabras de estímulo y colaboración en la carpeta de su política muda. ¡Qué
decepción!
Si
algún lector puede facilitarnos alguna de estas herramientas se lo
agradeceríamos.
¡Guauu! = ¡Gracias!
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