Ilusión alborotada
en el hogar con niños; prisas que destruyen el hacer cuidadoso del envoltorio.
Ojos amorosos contemplan la escena mientras al otro lado de la realidad la
mente cavila cómo emerger de la sinrazón que azora el día a día, que niega el
sustento y la alegría.
Mirar de nuevo,
renovar la mirada dejando atrás 2012. Los campos verdeguean con el aliciente de
la esperanza. Fríos y heladas susurran bufandas, clarean de tarde, abrazan la
calma.
Chindas amigo, con
qué alegría saltas cuando tornamos a casa tus amos, la risa brilla en tus ojos,
rabeas con gracia y el sol aparece calentando el alma.
Día de Reyes con
cientos de años a cuestas en la imaginación de los niños, dones esperados en la
unidad familiar que abraza regalando detalles pensados en exclusiva para cada
ser querido, para manos amigas. Tornasoles de sentimientos despiertan la
añoranza desvelando quereres, amaneciendo. Impulso otorgado al corazón para
asedar la vida y seguir; seguir cantando baladas, sonriendo a la danza matinal,
aposentando la tarde, reposando la noche en la serenidad de la almohada.
Villancicos,
aguinaldos, peladillas y roscón dorado con sorpresa dentro culminan estos
días de sensaciones íntimas, de fe
aletargada o vivida, de claridad en las calles y de ahora en adelante en los
hogares (he ahí la sorpresa del roscón político,subida de la luz), las velas
sustituirán la claridad de las bombillas. Subir los escalones del nuevo año sin
dañarnos va a ser difícil, a tientas y sin barandilla económica los meses serán
años adelantados, envejecimiento prematuro y de difícil ascenso.
Cantemos amigos a
la ilusión perdida para que vuelva, seamos una piña, que nadie se disperse en
el camino que iniciamos juntos y unidos démonos el calor de la paz, el abrazo
que no doblegue nuestra libertad y el saber que a pesar de todo, siempre que
llueve, escampa.
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