viernes, 16 de agosto de 2013

GIBRALTAR

El Peñón de Gibraltar, desde
La Línea de la Concepción
Piedra dolorosa en la vesícula de España. Sedimentación de enemistad guerrera, de años sin decisión para extirpar definitivamente la lacra de un colonialismo que no respeta los acuerdos. ¡Hasta cuando ese sin vivir de nativos y foráneos!.
Finas fibras de tejidos invisibles envuelven ese cálculo pétreo con rivalidades que enfiebran a nuestro país y envalentonan al inglés colonizador.
Mares que sostienen y mecen barcos expectantes; aguas que lamen con avidez la fortaleza de ambas partes y en la orilla sombreada por el Peñón, los ciudadanos de a pie respiran la inseguridad de su trabajo.
Gibraltar, punto de encuentro y desencuentro, guerras que sacrificaron familias, que se adueñaron del pacífico vivir de sus gentes; que con el Tratado de Utrech volvió a lucir un sol mediterráneo que auguraba armonía. 300 años han marcado el devenir de esta roca con sus límites aceptados, pero los nuevos ciudadanos ingleses, tan caballerosos ellos, han perdido las formas en pro de su ambicioso afán lucrativo.
Aguas jurisdiccionales saqueadas. El bastón inglés ha sido incrustado en las simas hiriendo  la belleza del paladar acuático. Pesqueros con su bandera roja y gualda están sumidos en el ocaso del sol esperando un amanecer que permita vestir sus redes de plateado brillante.
La política de ambos países negocia, una defendiendo el acuerdo a respetar entre “caballeros” y la otra parte haciendo caso omiso a un Tratado tan lejano... Mientras, el mundo mira sus miserias desde la óptica de la amistad o simpatía a uno u otro contendiente. Desde el interior de nuestro país y con la perspectiva simple que nos rodea, soñamos con una solución que eleve nuestra autoestima y si esa piedra vesicular es nuestra, que cuando acabe la operación “nos la entreguen”, la conservaremos para recordar lo que ha provocado tal desacierto y asegurarnos en lo sucesivo que los pactos sólo deben hacerse entre personas “nobles” de verdad, que haberlos, hay .

            
Peñón que al cielo miras altanero,/ peñón que asientas tus posaderas en tierra hispana,/ defiende tus raíces ibéricas y muéstrate orgulloso de ser español/ aunque en inglés manoseen tus entrañas.

NOTA.- Un ligero "percance" sanitario de mi dueña, ha retrasado un día esta publicación.

2 comentarios:

  1. Espero que el "percance" haya sido menor y que ye esté recuperada. Dale muchos ánimos y que no dejéis de escribir en este blog. Un abrazo desde Cantabria.

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    1. gracias amigo lector por sus buenos deseos y ánimos. Esperamos seguir contando con su afecto a nuestro Chindas, de su parte un guau festivo de amistad.

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