jueves, 21 de noviembre de 2013

CHISPITA

       Chindas está enojado conmigo, mira desafiante tras el cristal de la puerta del patio. ¿Motivo?, un nuevo inquilino en la casa que le altera y desea echarle la zarpa cuanto antes para que las caricias sólo sean para él; Nano su segundo rival, es menos enemigo que este gatito al que llamamos Chispita.
Hoy
            Sí, Chispita, como podéis ver en la foto, es una bolita frágil y de piel finísima, apenas tiene mes y medio y aunque no cuenta con pedigree de alcurnia tiene todo el atractivo que los gatos callejeros poseen. Juega sin cesar y acaricia cuanto toca, es vivaz y su mirada ilumina la nuestra. Limpio desde el primer día, apenas abrió los ojos y buscó su water particular, la arena.¡Qué fácil es encontrar paz y compañía en animales cuyo vivir es compartir y dar afecto!
            Cada día los medios siguen tintando de pesadumbre nuestros sentidos, el paro, sus efectos, las generaciones sepultadas en la apatía del ocio, el cierre de empresas por la morosidad del cliente que sigue con las manos vacías, aunque su voluntad le lleve a actuar en contra de sus principios. Tiempos repartidos entre el desánimo y la tenue esperanza. Al otro lado de esta situación lamentable llena del injusto proceder de unos pocos que no reparan en que “la arena” está para algo cerca de ellos, evitando así que caiga en la sociedad su pertinaz basura, los civiles de a pie gozamos de pequeños placeres que nos aportan animales como mi celoso y buen perro, Chindas, o el recién llegado gatito y nos acostamos cada día con la sensibilidad mimada por seres diminutos pero próximos, cuyo placer está en darnos y recibir equilibrio y bienestar.
            Lecciones de animales de cuatro patas/ a humanos de eventos de ocio para llenar el ocio/ de ventas de aire envasado, de promesas de escritorio en papel mojado,/ de deshumanizado mirar a la lontananza del vecino por si se acerca demasiado y le arrebata el puesto en la atalaya./
            Volviendo a nuestro propósito de ver las cosas y mostrarlas con otra mirada,terminamos soñando una vez más con un cántico de ilusión que resuene en cada hogar: si tras la tragedia del ocio laboral eres capaz de reír ante pequeños estímulos,/ salvada está tu existencia porque volverá a renacer el futuro,/ volverán tus manos a crear holgura y la alegría será la luz que ilumine tu vida. Ante la desfachatez del día recrea la noche con tu esperanza.


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