Querido Chindas:
Hoy, gracias a la Diputación de
Palencia y a su presidenta en concreto, que apoyó nuestro interés por volver a
oír la voz de la historia de nuestro pueblo, somos en este día un poco más
felices. El archivo municipal ha sido “restaurado” y luce con la claridad del
trabajo esmerado y profesional de la
empresa GESTIARCHIVO. SL.
Con interés y minuciosidad, las
manos expertas de Laura Escudero y Roberto Velasco han ido desgranando las
semillas encapsuladas del ayer en nuevas carpetas. Historia adormecida en el
desordenado olvido, en años incontables por la memoria descuidada de los
sucesores de aquellos primeros albores.
Nuevas técnicas en paralelo con
el papel ajado, dan protagonismo a esos retazos aletargados de actuaciones municipales que marcaron un
antes y un después en el cotidiano caminar de los ciudadanos.
Letras con señales marchitas,
desgastadas por el tiempo de silencio, reciben el beso del aire que las tornan
visibles. Con cálamo o plumilla entintada vistieron sus rasgos, dejando la
huella del escribano, fiel testigo de los hechos enmarcados.
Los dos técnicos mencionados,
como arqueólogos de las grafías encontradas, ponen en nuestras manos
responsables los testimonios de aquellos que labraron su futuro, nuestro presente
hoy, con la voluntad de mejorar su entorno en pro del bien común. El testimonio
de aquellos ediles de seriedad castellana y honradez en el alma.
Mapas señalando horizontes y
propiedades, lindes, términos con caminos rurales, hitos delimitando, protegiendo.
Tras el papel entelado, olor a pan germinado en los campos.
Libros con pastas de cartón
coloreado, sobrios y atrayentes, de contabilidad, de registros varios, llenan
de abrazos ideados e idealizados. Salidos del desván de la desidia vuelven a la
estantería nueva, al local creado para su custodia y estudio.
No sabemos qué sensación
experimenta una paloma cuando se posa en la mano cálida de un niño, pero
imaginamos que el mismo placer que estos técnicos del archivo cuando tocaban
unos hechos escritos hace ¿siglos?. Dulzura y placer combinados con la
paciencia y el interés de palpar la lontananza del tiempo. Trabajo que refocila
y da plenitud a la vocación del orden y la memoria escrita. Estadísticas del
insondable recreo del alma.
Héroes del reencuentro de la
nueva época que amanece para estos papeles desgajados y ojos expectantes, de
sonrisa esperanzada en un futuro de consulta ordenada, se afianzan en la
inquietud del buen hacer de Pilar Rodríguez y Areños que desde su castillo
vigía, han sido los motores de la iniciativa y emplazamiento final.
A todas/os, mil gracias desde el
corazón soñador de un pueblo que se resiste a quedarse fuera de la cultura y el
progreso. ¡Guauu…!
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