jueves, 27 de diciembre de 2012

LA AÑADA

El Belén de este año en la Iglesia de Requena

El temporal que nos ha perseguido durante este año 2012, sumado al del anterior, es de lo más alarmante que ha sacudido nuestro pacífico existir  último.

         Hemos pasado del cotidiano despertar metálico para acudir al trabajo a la perezosa legaña de la apatía y el desaliento. La felicitación amiga y amorosa del año nuevo se desnudó  a los pocos días mostrando sus vergüenzas sin pudor alguno y, ¡oh realidad  rendida! hasta los más puritanos hemos aceptado esos modismos del poder que con  ropa ajena sin estrenar, visten su cartera de piel.

         La olla escondida debajo de la baldosa del hogar está quebrada y en desuso, (ahora el dinero se guarda en los Bancos) la estructura económica del mismo amparada en la noche del desaliento vaga a ciegas entre lo aprendido y lo ignorado.

        ¡Ay Chindas! eres privilegiado, tu no estás en medio del paro, del reajuste que cual pie de gigante olla sin miramiento la alegría de vivir. Tu familia bien,  aunque sea de perros su existencia; la nuestra, la de la mayoría de los españoles está menos esperanzada que la “noche oscura” de San Juan de la Cruz.

            Hemos llegado a diciembre con la sensación de querer salir del mal sueño de la inocencia perdida, del grito unánime que reclama equilibrio, no a costa del ecuador social sino de ese vértice que sigue teniendo coches “oficiales con chófer incluido y además primas” avergonzándonos de ver las vergüenzas que señalamos al principio. Pechos silicónicos de una élite que valora “su trabajo” allegado a los paraísos fiscales y pinta el paisaje nacional a tenor de sus reincidentes operaciones.

            Noticias ilustradas unas, otras en esa prosa herida que los periodistas nos sirven en la bandeja de la realidad que ellos oyen, ven, observan.

            La añada que azota nuestras costas familiares y sociales de innombrable nombre es una llamada de atención, primero a los que queremos seguir “viviendo” y en segundo lugar a los que, generosamente ayudan, apostrofando el slogan de los Donantes de Sangre : “hoy por mi, mañana por ti" y en especial queremos que suene el timbre  a las conciencias sordas y dañinas del “ande yo caliente..., que reflexionen en aquello que se atribuye a San Jerónimo cuando meditaba sobre la muerte con una calavera en la mano y la oyó decir: "como te ves, me vi y como me ves, te verás ".

            Señores directivos de todos los ámbitos, no olviden que su rostro también está en ese espejo. A todos los demás ¡Próspero Año Nuevo!

jueves, 20 de diciembre de 2012

ESTRELLA FUGAZ


Desde Requena de Campos  Feliz Navidad y Año 2013 para todos

Chindas, escucha, estamos en vísperas de un día especial, la Navidad. En Requena podemos decir que ya ha llegado.

Cruzando el infinito cielo una estrella fugaz se ha detenido en el belén que está instalado en la iglesia; la luminaria celeste se hace eco y tras ella enarbolando su bandera de paz la siguen, con su manto de noche, todas las estrellas del firmamento.

La aldea respira luz, diminutas quedan las sombras en el asustado silencio. Ronda de diciembre que extasía el amanecer de la esperanza, la alegría de los niños ante los festejos de los villancicos, la serenidad de los mayores contemplando el cuadro plástico del Nacimiento.

Noche de paz, noche de amor. Con este slogan crecimos y hoy, muchos años después, gozamos con el gozo del recuerdo. Tan pequeño es nuestro pueblo que revivir aquél escenario es ser parte de él, cabemos en ese portal de pobreza y de vida nueva.

Misterio de fe sencilla, de pastores y reyes. Tradición renovada cada año, sonora, festiva. Ciudades engalanadas, luces de neón, optimismo en las calles paseando bajo su claridad. Panderetas calladas y coros de ángeles se entremezclan; corazones fervientes riman con la indiferencia de unos pocos sin poner en duda la algarabía que a todos bendice estas fechas.

Volvamos amigo mío a nuestro entorno, a este belén nuestro que contemplamos una vez rematado su hacer. Imaginación de elevado sentir, manos portadoras de alegría movidas para regalar la continuidad, el seguir presentes en la vida de un núcleo que adormece pero que conserva sus ideales de participación y presencia.

La madre contempla a su hijo y con su corazón henchido arrulla su  primer sueño de niño ante la mirada de un padre expectante y fascinado. Sensación de obra nueva en sus manos.

Reyes venidos de otras tierras refugian su cansancio en aquél lugar respirando desconcierto y veneran en la humildad de aquellas gentes a quien su sabiduría cambiará la historia.
Cielo y tierra se funden en un abrazo de recién nacido, como cualquier familia que recibe con amor la llegada de uno de sus hijos. Su bagaje está lleno de esperanza, la historia intentará doblegarla pero dos mil años después sigue siendo el referente de una presencia cercana y de un amigo en quien confiar.

La noche se ilumina con la fugaz estrella/ rauda como vino desparece/, dejando en el alma viva/, la inocencia de un Niño/, la libertad del camino/, la verdad de sus  palabras.

jueves, 13 de diciembre de 2012

LA MANTA DE LA CAMA


Florece la helada en el tiritar del suelo, los cristales se empañan, el cuerpo rila entre las sábanas del sueño mientras los brazos buscan la manta. Agradable sensación de lana cálida, de afamada industria palentina de otros tiempos.

Cobija amorosa, luciérnaga del invierno que con su calor expande la luz de la aurora que la noche esconde solapando el frío. Ternura de abrazos, galante querer en mudo silencio; caprichoso tejido de hilo que bala. Atrapados neutrones ahora cabalgan con la modernidad, en telares de antes, en escondidas manillas que irradian el artificial arrullo que de ellas se escapan.

Batalla ganada al penetrante frío de las noches pardas, a los atardeceres mohinos con gestos de espadas, a las mañanas airadas. Poesía de colores da sensibles miradas a la utilidad esperada, sonríe al verano desde la libertad desempolvada del armario. Sí, la manta sonríe en los juegos de cama, celestina ella que todo lo tapa.

Revienta la risa su paño de lana y con ella juega a esconderse debajo la cama, a sentirse sumisa con el edredón cubierta, a ignorar el día descansando en la habitación sin entender, ni un poco, su manantial de gracia.

Chindas, tu no entiendes este tema ni el sentir de una manta, a ti no te cubre, ignoras la beldad de sus palabras, el silencio elocuente de su servicio. La utilidad que acapara la atención del tiempo que pasa a nuestro lado llegado el invierno. Servicio de ida y vuelta, de inestable parecer de unos y otros, caprichoso destino  el suyo en lechos ajenos, en abrigados resortes de paz y de calma.

Ironía del destino es su diseño y su cara, sin ambages cumple su misión, lo mismo satisface que estorba pero quien la posee sabe que con ella cuenta para dar al frío la espalda.

Sí, la manta sonríe en los juegos de cama, celestina ella que todo lo tapa.

jueves, 6 de diciembre de 2012

CABALGANDO


Relincha el agua mientras el caballo abreva; relincha el agua formando pompas con el resoplido de sus ollares. Estampa primorosa de natural belleza.

Cabalga la magia en su lomo brillante y sus patas danzan cosquilleando la tierra. No le ladres Chindas, que puede asustarse y contemplar su señorío es poco frecuente en nuestros pueblos en esta época en que vivimos. Las cuadras se han vaciado y desaparecido, los pesebres forman parte del pasado y las coces, los manoteos o sus relinchos quedan amarrados a sus monturas ausentes.

Ayer vi una yegua con su potrillo al lado en una “reserva” y me extasió su magnífica figura digna de ser plasmada en un lienzo. Trotes galantes, semental observando. Desde la carretera llega a mi mente las correrías aquellas, las caricias a su pescuezo palpando mis manos sus crines de seda. Alzada perfecta de caballo de paseo, cepillo en la mano mimo en el cuerpo, finas patas, calcetines blancos y cascos con hierro.

Animal domado para uso casero, para pasear en su grupa mirando el paisaje, señoreando el aire por nuestros cuerpos, acercando el cielo a nuestros deseos, al placer de cabalgar en la libertad del terreno, saltando arroyos, pisando cardos por espacios nuevos o conocidos pero siempre compartiendo experiencias con un amigo, aunque equino sea éste.

Rauda la prisa acelera su trote,la tormenta se acerca y el pueblo está lejos. Gozo en el alma la carrera aquella entre truenos y relámpagos, entre el temor y la lluvia, la calada es inevitable y su cabeza se vuelve a mirar mi mirada. Sin espuelas que azucen sus ijares ni brillen estrelladas en las botas, el Menayes corre, vuela saltando aventuras, regañina en ciernes.

jueves, 29 de noviembre de 2012

EDIFICIOS DEL ARTE Y LAS CIENCIAS


Los medios se hacen eco de fabulosos espacios imaginados y creados en pro de la cultura. Lugares para contemplar por el itinerante paso turístico, para valorar la boyante economía de la ciudad y para, en letra pequeña, ser usados por unos pocos. Esta es la muestra que nos han ofrecido.

Si la cultura es el arte del saber y la ciencia la expresión y habilidad de esos conocimientos, ¿porqué enclaustrar la misma? Es cierto que admirar algo bello y a la vez útil es una forma de enseñanza recibida y bueno es recrearse en el arte creado y aprender a tener buen gusto. Grandes edificios vacíos dan placer a la vista y engrandecen el entorno pero sin utilidad no son más que oropel fuera y soledad dentro.

Amigo Chindas yo entiendo la cultura como algo más profundo en la formación humana, es la sensibilidad del arte, la educación social, la enseñanza en valores, la investigación, el saber empírico de unos al servicio de todos.

Gotas de rocío impartidas en escuelas son el néctar que perdura en un país ávido de respirar el bienestar de la sabiduría, de la prudencia, del progreso. Universidades sí, que a todos llegue la oportunidad de aprender según sus inquietudes para poder pasar el testigo a otras generaciones. Bibliotecas sí, aunque no sean macro, llenas de volúmenes ignorados; que a todos llegue el regalo con la gratuidad de la magnitud del pensamiento humano.

La biblioteca ambulante que recorre nuestra provincia con el llamado Bibliobús  es un ejemplo de expansión y bondad de esa cultura que acerca a grandes pensadores de la historia. Como decimos en nuestro libro “Donde la soledad se viste de luz” al respecto: “magnifica excursión es ésta que a los autores lleva desde la ciudad a la aldea. Tertulias literarias en movimiento. Revisando los saberes que en el interior están, nos presenta y saludamos de tú a tú a Homero, Séneca, Garcilaso, Delibes o San Juan... Confianza de cultura que no margina jamás.

Novelas escritas con cálamo entintado, fantasía, misterio e intriga, temas sociales escondidos en el ramaje ficticio para ser descifrados en el interior de uno mismo. Arte, Historia, Filosofía, Literatura al alcance de la mano.”

Termino haciendo un canto a esta Cultura cercana mientras observo las estanterías de este autobús lector. “Coquetería de libros acicalados/ encorbatados/ sus ojos buscan mis ojos/ su hombro desnudo enseñan/ incitando a mis manos para deshojarse en ellas.” ( del mismo libro).

jueves, 22 de noviembre de 2012

LA ESPÁTULA


Chindas, hoy vamos a ponernos en la piel del lienzo que soporta la imaginación del artista. Brochas algo rasuradas por el uso se pasean aceleradas por su cara preparando la base, leves cosquilleos que acicalan.

Semblantes de colores empiezan a cubrir su tez blanca. Diminutos dedos de pelo ralo e incipiente mirada alternan su coquetería con pinceles gruesos, con espátulas que hacen daño. ¿Has pensado alguna vez que en las idas y venidas del maestro, todos los utensilios hablan? La idea refleja ese alma que suspira y sale a la caza de miradas nuevas y comulga con la admiración de muchos, con la crítica de otros, pero tras ella se esconden murmullos de filigranas, lágrimas y risas entremezcladas con trementina. 

La espátula calla hasta detener su impronta y habla, ¡vaya si habla!, al rasgar el iris y juntar bruscamente vaivenes que rayan. Revuelve el espacio, las luces se escapan y en las sombras que quedan el impacto se eleva y la obra se acaba.

La espátula es para el cuadro como el dolor para el mundo, hace daño a la pintura detenida y la cambia de espacio, del asentado bienestar del lugar y la forma. Ayes doloridos aparecen en el camino pero sin esas sombras que se pegan a la luz, la vida sería como la pintura, plana y sin los contrastes que embellecen el óptico mirar del gusto.

El arte contiene animas y calmas, embelesado asomo al firmamento que refleja toda la belleza escondida a nuestro lado sin ser vista u oída por la masa que solo ve un horizonte gris lleno de ocasos opacos. Enhorabuena artista, tu que eres capaz de plasmar el color del aire, de hacernos llegar la voz del infinito placer, de las maravillas que en tus manos caben.

Lienzo blanco preparado y en gamas luego secuestrado/, hacer en él que relaja y calma/, pintura que señorea los brotes que del tubo emanan cantando tonadas/, plasmando sonatas.

jueves, 15 de noviembre de 2012

CUANDO EL TREN AMANECE


Antes que el sol aparezca y amanezca la mañana, el tren pita en la estación de partida. Soñolientas miradas acarrean el equipaje ajeno, las prisas, la subida en barra agarradas ante el torpe banzo que separa el andén del vagón elegido.

Al fin, Chindas, el asiento templa el desaguisado del madrugón. Poco a poco el alba pone su candor a la imaginación y revolotea entre paisajes que corren sin dar alcance alguno, por su viaje opuesto, a nuestro viajar ilusionado.

Trozos de pensamientos se escapan de las frentes de los transeúntes sentados a nuestro lado y una larga hilera de ensoñaciones o soñaciones hacen brillar sus ojos. En silencio “cuasi” religioso observo sus gestos quedos, sus manos apretando el bolso junto a su cuerpo o sosteniendo un libro que no abren, unos apuntes de trabajo, de estudio; apoyando en ellas su cabeza o simplemente reposando en actitud de sosiego.

Parada en cada estación; nuevo traqueteo del despertar del tren hacia otro punto deseado. Así horas y minutos enlazados en un mismo devenir llevando en su grupa de hierro la alegría del reencuentro, la soledad de la despedida; el retorno al hogar, la distancia que acongoja o el expectante estreno de paladares nuevos. Fuera, los cables del tendido eléctrico juegan a la comba.

El interventor saluda, ve el fin de cada destino y con la prudencia de su oficio hace clic a nuestro billete. No nos desea buen viaje, que sería de agradecer, pero su presencia nos da seguridad.

Las ventanillas ya anuncian el esplendor del día aunque esté lloviendo; sus grandes ojos casi cuadrados y sin párpados en estas líneas de media distancia, se llenan de vida que, eso sí, nos regalan su mirada.

Familiar o no nuestro fin de trayecto está próximo y los campos muestran sus galas, su riqueza, su historia. El afanar de los lugareños brilla como el agua de sus ríos y el conjunto de sus obras invitan con hospitalidad a detenernos.

Abrazos. Distancia acortada en pleno día, gracias al amanecer del tren. 

jueves, 8 de noviembre de 2012

EL VUELO DEL AIRE

Chindas, ven, que te voy a poner la correa para que no te pierdas. Vamos a cruzar el túnel de los acontecimientos nacionales con los penosos desencantos de una hedonista juventud a la que el ocio trae y lleva para llenar sus vidas,  y subidos en el vuelo del aire gocemos con la  mirada siempre limpia y clara que existe tras los avatares oscuros.
Cuantas veces, amigo mío, te has dejado llevar por ese airecillo cálido y ligero  que a tu olfato regala el aroma de las mariposas, el trino de los pájaros o la prisa de la liebre cruzando por el campo abierto. Cuantas veces sin apenas darte cuenta, junto a tus amos, has respirado la brisa del mar de Castilla y el color del arco iris.
Cuántas veces ha sido el vuelo rasante entre las nubes el que lleva a todo ser viviente  a adivinar presencias. Pero alguna vez ¿te ha extasiado el vuelo del aire que recorre el mundo sin detenerse en país alguno? Caricias lejanas se hacen próximas con su leve paso estallando de gozo en la tez pintada de las razas.
Melodías traídas y llevadas nos envuelven sin percatarnos de su belleza, sólo aquellos que llevados por el halo que nimba sus sentidos (músicos les llamamos) son capaces de captar los arpegios del aire en su rotar perpetuo.
El aire sabe de tormentas interiores y sigue volando, flotando con la ardua tarea de sosegar a los elementos. Sabe de soles abrasadores e igualmente intenta paliar sus efectos crueles poniendo su dulzura con un vuelo cercano y amigo.
Caen la lluvia, el granizo, la nieve, lo adverso, la enemistad y un fino aleteo de sus brazos embarga de serenidad y placer al cóncavo río de nuestras vidas.
Vuelo del aire, escondida mano eterna que siendo tan benefactora apenas divisamos tan necesaria caricia. La montaña da voces de frescura, el valle recoge sus ecos; el campanil de la torre suena a su paso, avisa, canta aleluyas con las aves que emigran a lomos de la gran ala delta de ese aire.
Rojo, amarillo, azul, blanco, vestidos primarios de la tierra que combina a placer en los mares, en los suelos y los atardeceres celestes- ¡Ay viento, aire, brisa,/ huracanado devenir de la historia!/ Revolotea, canta,  sueña/. Viajero de espacios vírgenes/ de urbes plagadas de prisas y vacíos/ envueltas en pañuelos de seda/ dame tu mano, sentémonos en el prado/ quiero escuchar tu apasionante vivir volando por encima del rompeolas de la existencia.
Chindas, lancemos al aire nuestra proximidad amiga, volemos con él a cada hogar que sea capaz de mantener las ventanas abiertas para empaparse de la sabiduría que trae consigo el viento que nos visita.

jueves, 1 de noviembre de 2012

REMEMBRANZA


Ojeando unos apuntes de aquella etapa en Ecuador me emociona aún éste que di en llamar: “El sendero de los pasos desnudos”, te lo voy a leer mi buen amigo Chindas, para que valores aquella escena y vivas conmigo la impronta del recuerdo.
La ilusión somnolienta camina paso a paso por el angosto sendero. Lucecillas lejanas reflejan sus vidas diminutas. Nubes de humo azulado lanzan al aire sus etéreos efluvios de primavera. Abajo, el valle.
Cada mañana,  muy temprano, apenas nacido el día, “el lecherito” de pies descalzos, pantalón de tirante al hombro y la sonrisa en su voz obediente, asoma sus oteantes ojos por la rendija que inicia la apertura de entrada a la capilla del Colegio rico.
¡Buenos días Diosito! dice en voz alta y, simulando una cruz besa el pulgar de su mano como signo de respeto, cerrando la puerta con cuidado.
En la cocina del lugar vacía su lechera en una olla según le indican, recoge los sucres, esas monedas tan necesarias en su familia y retorna al hogar, arriba en la cima.
Mariposas parecen sus brazos aleteando, en juego imaginado, en esa subida estrecha del repecho que le lleva a su casa. La lechera de porcelana blanca mellada, parece un pequeño dálmata travieso; sube, baja y hace piruetas en el aire.
Mamita, tenga los sucres, la señora me dio una galleta pero me la he comido. Bien Oswaldo, lávate y vete al colegio, tu ñato (hermano) está listo. Con la cara todavía húmeda y el pelo relamido y con los dedos como peine retocado, coge de la mano a su hermano menor. Se llevan dos años, pero él es el mayor y responsable de que no le pase nada en el kilómetro y medio que dista de su casa a la escuela. Con siete años, en su mochila de trapo viejo, cosida y recosida con habilidad por su madre cholita, lleva un cuaderno y un lápiz. Lujo e ilusión de aprender.
En el angosto camino las piedras resbalan a sus pasos. El sendero siente el hormigueo de sus pies desnudos y deja que las piedrecillas caigan en alegre danza hacia el valle.
Último tirón del brazo del pequeño y jadeando, se colocan en la fila  que hay formada en el patio para entrar en clase. Su “señita” con  vocación de enseñante primeriza, va ayudando a cada niño  a despojarse de su ponchito y vestir el babi colegial.
Reguapos ocupan sus puestos, en sus ojos brilla la meta alcanzada que les abraza; van a aprender a ser mayores de bien sabiendo leer y escribir. Quedando a los niños en sus clases contemplo por la ventana a un grupo de mamás con su preciada carga a la espalda, su guagua; se dirigen al mercado. Sus manos siempre laboran. Hoy el huso va torciendo e hilando el copo de lana que del delantal sale cual nube robada al cielo, escondida, sigilosa. Otras veces son esos sombreros de paja de jipijapa los que van saliendo de sus hábiles dedos
Un caballero con sombrero de paño marrón y poncho, ambos tejidos a bayeta, se detiene a una distancia prudente del grupo. Le observo. Inmutable, bajo la mirada oscura del revés de dicho poncho (…) riega la céntrica calle. El río Orinoco es dibujado en el suelo. Saber geografía es interesante pero plasmar sus cauces en el centro de la ciudad no deja de ser relevante lección.
Volvamos al comienzo, son apuntes llenos de entrañables recuerdos y por hoy lo dejamos aquí no sin antes hacer llegar mi cariño a esas “manecillas del reloj / sin cuerda que las avance/ abrazo paterno/ bolsillo de chaleco con picado dentro/.   

jueves, 25 de octubre de 2012

OCTUBRE

Chindas, un miércoles más estoy ante el ordenador al cual miras expectante, hoy vamos a echar una mirada a lo que queda de este mes, a los aconteceres que en los pueblos suceden cada año en estas fechas. Los Santos se aproximan y tras ellos la desbandada. No, no se va la gente a la eternidad pero sí a esa lejanía que enfría la comunicación y queda en las calles al regusto amargo del abandono del correteo y la charla.


Últimos retoques del alba; las vacaciones jubiladas también a las maletas llaman. Luces en la ciudad esperan la llegada revitalizada de los moradores de invierno. Aire puro en los pulmones, gozo en los rincones profundos de la infancia. Fue el reencuentro, el paisaje, la casa, los amigos, la hogaza, la bodega, el mentirón, la plaza, la fuente, el Canal, la era y, ¡cómo no! su camino de añoranza.

Manos que ya no labran; campos que no precisan de sus manos encalladas se tornan sólo paisaje de recuerdos duros pero entrañables, de padres y hermanos en casa. Los niños se hicieron hombres y emigraron, la escuela quedó cerrada. Sólo unos pocos vecinos quedamos en estos pueblos para recibirles con alegría cuando la primavera o el verano los acerca.

Octubre, último rebrote en la casa arreglada, persianas que se bajan, llave que clausura la alegría de la venida. ¡Volveré, te lo prometo!, nuevo impulso al corazón acelera. Las macetas quedan dentro resguardadas del invierno, esperando florecer mañana.

El piso de la ciudad, primero o segundo hogar, promete calidad, compañía. Gente en las calles, galerías donde contemplar la moda; paseos de mediodía, TV de la tarde, así un día y otro día, así un mes y otro mes añorando el volver de la primavera para comenzar de nuevo.

Los pies que el asfalto pisan con zapatos nuevos/ cómodos iban en zapatillas por las eras. Los pies que el asfalto pisan/ encallecen de soledad en compañía desconocida. Los pies que el asfalto pisan/ rozan el alma de la acera y ésta soporta obligada/ el cansancio del foráneo de esa tierra.

Octubre llueve a ratos, lava las ausencias dejadas y en su alma campesina recrea las parladas; habita en el silencio hecho en las casas y pasados unos días o semanas, abre de par en par el cielo para que el sol o la nieve vistan de claridad a los vecinos que cuidan este murmullo del agua.

jueves, 18 de octubre de 2012

DESAMOR

Cuando tú, Chindas, amas, revoloteas y places, te detienes y comienza otra historia. Los humanos arañamos los fracasos, vertiginosa carrera al desaliento, al olvido forzado.

Comenzar de nuevo, pereza desalentada, sueños sin ventanas abiertas, murmullos del “para qué”; mirada ausente en el río que guarda nuestro silencio. Así se adoleció un corazón amigo:
Se cayó el amor de entre mis manos haciendo añicos su figura. Un viento torvo lamió su libertad. Grito silencioso en la noche solitaria, dolor humedecido que resbala, que roza con mimo la mejilla y se detiene en el rictus de los labios que atesoran aquel primer beso.
Desasosegado sueño en sábanas blancas, inquieto sabor en el paladar de la noche. Busco tu mano, nuestra vida compartida y gravita en mi corazón la lacerada herida.
En cristales de espejo roto nuestro amor se ha convertido, pero en su azoe retiene y retendrá siempre la vivencia tuya y mía, lo que amamos y fuimos.

Añoro esa caricia de figura nueva/, el tul que ansiabas levantar/ la escapada desbocada del corazón/ el sosiego del guerrero/ el perfume de las flores del amor.

Me detengo y…
Los cristales rotos de mi vida a otras manos busco dar. Mi bagaje es un amor hecho pedazos, trozos de ilusión y desencanto, de reproches y silencios, de nudos atados y desatados, de miradas en dirección opuesta, de sueños perdidos en remotos eriales.
Maleta marcada por el uso, vacío contenido dentro, ficticia ilusión de estreno.

Estas son mi buen amigo Chindas las confidencias escuchadas con respeto esta semana, dolor ajeno, dolor amigo. El desamor en tiempos de crisis busca salidas lavadas por las lágrimas, reflexivas y esperanzadas.
Nuevo viaje, ¡suerte viajera! Que el acuífero dorado que buscas sea un gozoso reencuentro.

viernes, 12 de octubre de 2012

VIVIR en “la marca España”

Chindas, me pregunto si merece vivir en esta España que cobija nuestra existencia cuando cada día comprobamos que nos rodea un estercolero, o es mejor vivir en las nubes.

Con vaqueros y camiseta, generalmente de regalo publicitario, damos a nuestro palmito la oportunidad de andar por calles o zonas peatonales. Con nosotros se cruzan miradas lejanas, roces de silencioso pasear. Se camina llevando un trozo de historia en la mochila interior y oyendo el latido quejoso de una existencia gris porque nos han robado la caja de colores.

España, amigo Chindas, es daltónica desde hace unos años y de un tiempo a esta parte un poco insomne también. Ya no es sinónimo de equilibrio, de paz y bienestar. Agobia el contagioso roce de la intranquilidad, de la apatía y de la falta de interés en ser español comprometido en sacar adelante esta gran familia, comenzando en aportar cada uno el intento de acallar críticas, de ser al lado del vecino, positivo y solidario. Es deseo de todos que nada ni nadie vacíe nuestro corazón de españoles.

Cielos iluminados que recorren la clase del color intentan endulzar el paladar de los ojos. Arroyos, espejos naturales reflejan el devenir de la vida ajenos a la convivencia de la necesidad económica y de ideales. Cuerpo y alma de un todo.

Gente habemos que pesarosos por el poco asfalto (equilibrio, justicia, alegría) que aísla nuestros pies del lodo maloliente, miramos a las nubes como un paraíso donde dirigir nuestros deseos de habitabilidad. Observamos su idílica apariencia que grácil y pasajera está por encima de los errores humanos y no se detienen nunca en aconteceres negativos.

Pero, he ahí, querido Chindas, que pretender encontrar en ese espacio la felicidad añorada no es tal, porque si te detienes a remirar su cielo la risa no la encuentras en su haber, ellas sólo saben llorar cuando su corazón se carga de pesares.

¿Dónde mirar entonces?, comprobada esta realidad sólo se halla en el interior de uno mismo; releyendo los papeles guardados en esa carpeta vieja y usada de los años, encontraremos lo positivo anotado en ellos que nos ha llenado de alegría. Leer entre líneas lo que escribimos, los besos y caricias; ese abrazo entrañable que da lustre a sus páginas y con lo poco o mucho que hemos poseído intentar albergar la esperanza de volver a reseñar letras que nada ni nadie podrá borrar.

España con nosotros volverá a la plenitud de un nuevo amanecer, cada día un niño nace, una mirada se enternece; el aliento de gozo que perdura en ese momento siempre será VIDA a nuestro alcance.

La gallina con su cloquear, el pájaro con su piar y tú, mi buen perro, cuando tu canto es ladrar.

miércoles, 3 de octubre de 2012

LA VENDIMIA

Chindas, hoy vamos a salirnos del mundo de los medios de comunicación nacional que cada día nos remarcan la algarabía de la calle, la situación caótica de muchos frente al bienestar de unos pocos; partamos juntos a recorrer los campos, a contemplar la maravilla luminosa de este otoño que comienza.

Los campos ya han cortado su melena rubia y su aspecto semeja a los jóvenes que se rapan quedando un efímero recuerdo de su peinado pero, he aquí, que en este paisaje destacan embelleciéndolo, los pendientes de las viñas. Lucen éstas una vitalidad y madurez elegante, serena. Por sí mismas, aunque sea muy pequeño el majuelo, adornan todo el entorno; su néctar se antoja goloso a los ojos y a las manos; el paladar espera paciente.

Llega la vendimia. Cepas de sarmientos repletas, brazos flacos y nudosos de hojas desposeídos casi en su totalidad porque ha llegado el tiempo de mostrar su desnudez. Racimos colgados, almas suspendidas del techo de las raíces, gargantillas de ámbar o rubíes plagiados, adornando.

Ya no cantan la familia y los amigos en la recogida haciendo lagarejos, deleitando sus manos con el tacto suave y delicado de sus senos, bebiendo en píldoras ese jugoso licor de vida y alegría. Hoy son jornaleros que laboran casi en silencio para no perder tiempo para beneplácito de los amos de las viñas. Una vez más la poesía se esconde de la rudeza del dinero.

Chindas, a pesar de lo prosaico en que se ha convertido el cosechar los frutos, éstos y los otros según la época, gocemos de lo que nuestros sentidos intuyen o reviven. Hoy como ayer las uvas son las protagonistas, pasarán por el crisol del lagar y dejarán su alma de carmín dulce y misterioso posando su espiritualidad en la gran panza de las cubas.

Con la copa vacía de líquido pero llena del sabor de los campos que pisamos brindemos por este regalo de la madre naturaleza. Licor de dioses, estrellas por manos cortadas. Vino de mesa, de misa, de celebraciones largas. Cantar de la tierra, paladar que al interior habla…


NOTA.- Por razones ajenas a Chindasvinto, la siguiente entrada de este blog es posible que no pueda publicarse el próximo jueves como es habitual. Nuestro "enlace con la blogosfera" está de viaje y puede que no pueda conectarse hasta el viernes. Gracias por seguirnos.

jueves, 27 de septiembre de 2012

LA RISA QUE PISA EL CAMINO


Chindas, quiero que hoy participes de este pensamiento mío que ofrezco a nuestros lectores. Serenidad ante todo; reflexión gozosa.
Juvenil carcajada en la calle se oye en tertulia de amistad cuando termina la tarde. Risas de niños, sonrisas de mayores viviendo el plácido decaer del día.
Camina el anciano con un saco de achaques al hombro viendo jugar a su alrededor a la infancia y adolescencia. Se apesadumbra el primero de sus dolencias y de la brevedad del trayecto andado a pesar de los años sumados. En los balcones  aún hay flores de colores.
Sin saber por qué observa ese camino que tiene por delante, hay rodaderas, pisadas gastadas, alguien le antecede en su paseo,  ahora sus pasos se hunden en esas huellas. Piensa.
Ayer la bonanza apresuraba el paso, hoy tímidamente una emoción extraña le sale del alma. Es la hora del adiós a un amigo, no acaba de hacerse a la idea, primero le amputaron una pierna, luego… Piensa.
La vida sigue y la afianzamos en los que ríen. España es así, amenazan con amputar  su autonomía los catalanes, saben que un bastón no tiene la misma firmeza, que las prótesis nunca sustituyen al cien por cien el caminar seguro; el todo desgarrado es eso, el individualismo que pretende imperar sobre la colectividad.  
Yo me pregunto, si ese afán de protagonismo independiente, de secesión, responde a una dolencia física irreparable o es más bien el orgullo de un pie mal calzado. Amigos míos, ¿qué opinan al respecto? Ricos ellos, suficientes y a la vez necesitados  ¡qué paradoja!
Cuando el barco hace agua todos queremos ser los primeros en ponernos a salvo, empujamos y lo que haga falta con tal de ganar en firmeza y seguridad, pero en este caso unos pocos son los que con su “liderazgo” pretenden salvar su tripulación y hundir la unidad nacional, orgullo prioritario de todo bien nacido en este nuestro estado.
La risa que pisa el camino vencerá a pesar del triste caminar inválido, porque por encima de su dificultad están los ideales de los jóvenes y el porvenir de los niños; el dinero que hoy mueve sus intereses es muy inferior en valores que el amor que une a las familias y éstas son la base de una sociedad que saldrá adelante con el ánimo valiente y decidido a llegar hermanados y en paz a tierra firme.
Chindas, ¿entiendes algo de todo esto? No temas por nosotros los rústicos de estos lares, porque seguimos fieles a los principios de igualdad y solidaridad y con nuestra risa salvaremos a España aunque ande, por deseo de unos pocos jugando a la pata coja.

jueves, 20 de septiembre de 2012

EL MOÑO


Quienes pertenecemos a la generación de después de la guerra recordamos a nuestras abuelas, madres, tías y vecinas peinadas con “moño”. Con elegancia y sencillez llevaban su cabello recogido hacia atrás formando una ruleta graciosamente liada. Hay que distinguir el moño de la moña con varias acepciones ésta. Las niñas de la época indicada jugábamos achuchando con incipiente amor maternal a la moña que los Reyes Magos alguna vez nos trajeron.
Muñeca de trapo elaborada con pequeños retales, brazos de palo forrado por manos inexpertas y ojos tan grandes como eran las lentejas. ¡Una maravilla!
Cuando la vida era recalcitrante y fastidiaba de lo lindo se oía decir: “estoy hasta el moño”- Tormenta de desazón, temblores de terremotos ocultos en corazones desalentados, sequedad del alma en aquellas situaciones de carencia, de incertidumbre, de incomprensión o de injusticia.
¿Se repite la historia? No, nada es igual, antes el lujo era desconocido y el bienestar deseado, ahora las manos que rebosaban apenas sostienen el vergonzante mal uso de lo que presumieron, el acomodo alcanzado a cualquier precio se está tornando añoranza.
Amigo mío, qué dilema se presenta ahora a las féminas de este país porque la moda ha ido cortando, alisando, desmelenando y, digo más, hasta los políticos se regodean de que no podamos repetir esa muletilla porque “hasta el moño” ha experimentado los famosos recortes.
Ante ti cabeza teñida, desteñida, rizada, alisada, alborotada; sin el donaire de las cintas que otrora sujetaban el encanto  para desparramarlo  en el lecho y ser acariciado, el peine busca al amanecer tu enfado o tu sosiego.
Sedosa cabellera de equilibrada convivencia, de sencillo laborar, de inquietud por la superación, el estudio, el futuro equilibrado. Con el avance elegante que el viento agita  a la vez que se empeña en deshacer la laca o la gomina de su férrea adhesión, el mundo gira desorientado y la esperanza hecha un nudo con la garra que se antepone  en su mensaje de DES-esperanza.
Olas de plata abarrancan en la sima del desasosiego, mientras, a los girasoles les despide la tierra con un beso de agua recién estrenado tras la inmensa sequía que abortó una gestación plena.
Luces apagadas, marchitas en una estación sin alma, en una vocalización de colores. A mi lado curiosidad de lenguas varias en la estación del Camino que por aquí transcurre. Risas alegres en castellano entender, bastones que apoyan su andanza, mochila repleta de ¡tantas cosas…!
Fuera del lugar el viento sigue azotándonos con idas y venidas  locuaces.

jueves, 13 de septiembre de 2012

EL GOZO DE UNA EXCURSIÓN


Para los que leéis por primera vez este blog os diré que Chindasvinto, coloquialmente Chindas, es mi perro, es decir la mascota de la familia, el amigo fiel  al que  confidencialmente referimos nuestros pensamientos;  estos se hacen eco en su mirada, en su entender gozoso y prudente silencio del que sabe escuchar. En fin, que en este recóndito y solitario lugar en que vivimos, soporta los humores o malhumores de su socio o de ésta que escribe que soy su ama.
Hoy le cuento feliz la excursión que organizada por el CIT (Centro de Iniciativas Turísticas) de Frómista en que hemos participado. Lugares de la misma: la Central Nuclear de Garoña y las Edades del Hombre  en Oña (Burgos).
Mira Chindas, una excursión es un viaje de placer, cultural y de recreo. La Central Nuclear es el paraíso de los neutrones, protones y un sinfín de elementos físicos y químicos que no te sé explicar, yo digo que hemos estado en los aledaños de un engendro de la luz eléctrica. El cerebro y la ciencia han abierto sus manos para mostrarnos el fruto de su estudio, la realización plasmada que ahuyenta la oscuridad. Valiéndose de paneles llenos de botones, cuadros de mandos sabiamente manipulados por profesionales  han abierto nuestros ojos al conocimiento de este “invento” del siglo pasado.  Loada sea la ciencia y quien infunde tales prodigios.
Solazados los estómagos por gentileza de la casa, con viandas más comunes que el saber mostrado, el autocar de Eloy con él conduciendo nos traslada a Oña, lugar espléndido para el enmarque de esta XVII edición de Las Edades del Hombre, bajo el título Monacatus (solitario).
Llenando nuestros ojos del paisaje maravilloso de la zona, el aroma del arte, del laborar maestro de otras épocas nos invita a inhalar en directo el efluvio sagrado de su vivir en soledad compartida. Una gran escalinata nos invita a entrar en el recinto monástico y a través de una exposición artística llena de sensibilidad por parte de los autores de las obras, nos vamos adentrando  en la grandeza espiritual  de quienes optaron por vivir  en abadías su fe. Manos dotadas  para captar los resortes del silencio de estos monjes, sus vestiduras, su desnudez del alma han pasmado con delicadeza esa interiorización que hoy nos muestran con la sencillez y elegancia  de vestigios histórico-religiosos de gran pureza.
El Monasterio de San Salvador de Oña se ha engalanado con “ropajes” traídos de varios puntos de Castilla y León para agrupar el trabajo  de varios artistas y así completar a los ojos y mente del espectador  el quehacer del Monacatus. Belleza en paredes colgada,  en peanas soportada, en rincones iluminados. Una recreación  admirada, sentida, vivida.
Retornamos. Algodones en el cielo asedan nuestra mirada; árboles solitarios en el paisaje. En el interior del vehículo armonía de vecindad unida que regresa a su destino. Hoy, el recuerdo del ayer que ha mirado con ojos nuevos el horizonte.
Una vez más, amigo Chindas te digo que viajar con el CIT de Frómista es un lujo por la excelente organización de Antonio Revilla,  su equipo directivo y colaboradores. Desde el sentir  del pueblo vecino os damos las gracias por estas estupendas iniciativas turísticas.

jueves, 6 de septiembre de 2012

SALA DE ESPERA


Espera Chindas, espera, no seas tan bruto que me vas a tirar al suelo con tu fuerza alegre, espontánea e impaciente. Ahora te cuento la odisea del fin de semana.
Pabellón de desatino de la salud, de prisas por atajar el acelerado ritmo de las olas al chocar en la estrecha garganta de la vida.
Sirena de salvamento que, como estrella fugaz, va abriéndose  camino en la carretera del suelo para llegar a la meta a la velocidad de los deseos.
Llegada. Sala de espera en urgencias. Saber diligente y disponible a mi lado; servicial equipo presto a ganar la batalla al insidioso avance enemigo.
A mi lado más corazones alocados, cirios encendidos en procesión entre sábanas blancas formando una larga hilera, espera compartida,  atención sin límites;  paso del box a la sala de observación. Paula al lado auxiliando nuestras necesidades, sonrisa amable, manos de madre.
Nervios controlados realizan pruebas, animan y transmiten esperanza. Pasado el peligro de viajar sin billete de vuelta sólo nos queda decir GRACIAS  a todos los profesionales del Río Carrión.
Chindas, tú no sabes lo que es un hospital pero te lo explico; es el refugio humano del dolor que planea sobre la vida con el motor averiado, el eje sobre el cual giran los límites del vivir y el morir y en cuyo recinto uno se siente a salvo de las inclemencias, de los peligros que asustan. Dentro hay médicos, enfermeras, auxiliares que sin conocernos nos ofrecen su atención, su saber vocacional de entrega y servicio suavizando el dolor ajeno.
La primera sala se llama de espera y es más bien “sala de esperanza”. En el trayecto el ahogo crece, llegados a ésta, la esperanza aparece con las manos llenas de goteros, cables, mascarillas de oxígeno, etc y la paz se viste de bata blanca.
Una vez más, mi perro amigo, vuelvo a acariciar tu piel, a sentir tu cariño y gozar de tu compañía. Disfrutemos el momento.

jueves, 30 de agosto de 2012

EL SUEÑO DEL SILENCIO


Hoy Chindas, vamos a dedicar esta reflexión  a nuestra amiga Conchi, de Granada, y a todos los lectores que como ella viven dentro del ruido de sus ciudades y  que, cuando se adentran en el silencio de nuestros pequeños pueblos, “no pueden dormir”.
Sueño, silencio, descanso, relax, felicidad, escucha, amistad, compañía. La grandeza de su existencia.
Sí, la voz del silencio se oye aquí en estos parajes. Tenue melodía de soledad que acompaña, distrae, dulcifica.
Silencio con voz en los árboles que mecen sus hojas a nuestro paso. Voz del silencio que permite oír los trinos de los pájaros al amanecer o el maullar de los gatos en celo.
El silencio, compañero y cómplice  de la soledad de estos lares, duermevela cada noche nuestros sueños y él, así mismo, sueña que envuelve de sosiego y paz nuestro descanso.
El sonido que en las noches de las aldeas se oye, sólo es el parpadeo de las estrellas cuando musitan nuestros  nombres.
Sin ruido el sabio piensa, reflexiona, crea; el mundo se interioriza, el murmullo del aire se engalana y el sol brilla en los espejos del agua.
Bien sabes que cuando un perro ladra con el cielo envuelto en su manto de mago tachonado de estrellas, hasta la luna si ese día brilla, se asusta, se sobresalta y rompe con su gritar perruno, sin saberlo claro, el monacal gran silencio del alma.
¡Chiss! deja que el sueño del silencio termine que ya llegará el alba y pondrá una sonrisa festiva en tu cara descansada.

jueves, 23 de agosto de 2012

EL FRIO ESPANTADO

Chindas no jadees tanto, bebe un poco de agua y escucha.

El frío ha huido como ladrón de madrugada dejando tras de sí el desvelo y el sofocón en el país. Abanicos de colores pasean su gracia al desgaire y sudores musitados se empeñan en aparecer inoportunos en las galerías del sosiego.

Bruscas miradas hacia atrás el termómetro echa y en su bienestar casero el mercurio ha perdido su huella. El frío huye de espanto ante los incendios provocados por pirómanos amantes del desierto y el tizón, enemigos del abrazo y la bufanda. Se une a ellos la ola africana y el fulgor del sol, ¿qué respuesta esperan?

Cuando agosto pone punto final a las vacaciones y las rebecas de punto desean salir a pasear colgadas del brazo de sus dueños por si el cierzo aparece, nubarrones, no del cielo sino de la política, anuncian un nuevo mes “lluvioso” para el acalorado estado social.

¡Ay Chindas! no sé si tú entiendes este desmadre del tiempo. Los vítores y esperanzas cambian como la climatología, el fogoso añora el frío y el friolero el calor. ¿Dónde nos situamos los que tenemos la cabeza puesta en la confianza de la beneficencia de ambos estados climáticos?

Calentar los ánimos con verborrea fácil es como llevarnos de excursión al desierto africano y a los “turistas” nos tienen que regalar unas cuantas botellas de agua si quieren que les sigamos con la garantía de que cuando se acaben habrá repuesto.

Cuando tú y yo nos conocimos nos dimos un margen de confianza, tú no me ibas a morder si yo respetaba tu espacio y a tu vez sabías que en el mío también habías de tener la misma consideración y así seguimos, de distinta naturaleza pero unidos en el bien común. ¿Es tan difícil que los humanos dirigentes aúnen esfuerzos?

El frío huye y yo me voy con él, no soporto la incongruencia y la falsedad, el calor sofocante de la duda de unos y otros. ¿Será posible que en Marte el panorama social sea distinto? Por si acaso tú, Chindas, y yo vamos a viajar los primeros. ¿Se apunta alguien más?

viernes, 17 de agosto de 2012

LOS JUEGOS OLIMPICOS DE LONDRES

Tú y yo mi querido Chindas poco sabemos de esos deportes de élite que se visten con medallas de oro, plata y bronce. Ingenuos campesinos seríamos si pensásemos en discernir sobre ellos; al fin sólo hemos sido meros espectadores del oído. A nuestro lado han pasado forofos que decían haber ganado tal o cual medalla y tu y yo nos mirábamos sorprendidos porque en ningún momento habían viajado allá donde la ilusión y el afán de victoria se hermanaban con la decepción si no conseguían su objetivo de triunfo.

En uno de esos días en que los medios se felicitaban por la gesta del jamaicano Usain Bolt, tú conseguiste la más inusual velocidad de dos competidores campestres. Con tu chapa de lata identificándote al cuello y tus patas apenas hollando la rodadera derecha del camino que limita con la margen del Canal de Castilla, perseguías ciego de esfuerzo y placer a una liebre que se regodeaba de tu sentido de orientación.

Chindas, mi fiel amigo, buscabas el triunfo, conseguir para tu orgullo subir al pódium y mirar a tu alrededor con la pieza entre tus fauces, pero… ¿quién perseguía a quién? La astuta y veloz liebre aprovechó una curva para despistarte y se colocó detrás de ti, luego buscó el lado que seguramente tienes más débil el oído y casi en paralelo te seguía a una velocidad increíble y tu despiste era aún mayor.

¿Quién no ha pensado alguna vez que el éxito de una empresa siempre se encuentra mirando hacia adelante y comete el error de no mirar de vez en cuando atrás?

Vuestra pericia en el arte de correr fue el mejor espectáculo que recuerdo: ¡una liebre persiguiendo a un perro! Una nueva encrucijada separó felizmente vuestros caminos y en el semblante emocionado de tu amo ha quedado grabada esta carrera, paralela a la olímpica, de dos grandes plusmarquistas nacidos para gozar de la fortaleza y astucia de vuestras cabezas y patas.
Así me lo ha contado y así lo cuento para recreo de los que aprecian estas cosas.

miércoles, 8 de agosto de 2012

SAN MIGUEL


Acabamos de celebrar la fiesta de San Miguel que, como sabes, se ha adelantado por aquello de “honrar” a los veraneantes. Día grande en el pueblo y tú, mi querido Chindas, te has quedado afónico de tanto ladrar a la jarana de la calle.
Charanga en pasacalles y visillos semi levantados fisgan el paso de las notas que se escapan de los instrumentos. Risas de papel recortado aparecen en la añoranza de largos años pasados de otras fiestas, de un entorno que rompe el silencio invernal de vecinos en miniatura.
El duende de San Miguel vencedor de mil batallas celestiales ha ido visitando casa por casa los rincones para alejar de ellos a los enemigos de la risa, de la armonía, de la fiesta.
Juegos de artificio son los niños que corren por las calles en bicicleta o patines. Alegría colgada en los cables de la luz que en rutas imaginadas surcan el cielo para iluminar el gozo  de un día compartido. Tanguilla que agrupa la destreza y precisión de lanzamiento de hombres y mujeres que con entusiasmo  intentan llevarse el premio. Coros y Danzas con dulzaina cuyos tonos agudos daban a sus movimientos el grato placer de aunar los latidos de los espectadores.
¿Sabes?, manos hábiles han aportado sus trabajos en una exposición. Teodoro y Fernando con sus obras, excelentes por cierto, en madera, Maribel sus cuadros en óleo, Lucía labores delicadas, Amaya decoración de vasijas, Joaquín (90 años), artesanía del calzado, su hijo de igual nombre decorados varios, Conchi cuadros en estaño y Jose García varios puzles de cuadros estupendos. Una flor en cinc cuyos pétalos llevan el nombre de los niños nacidos de hijos del pueblo en los últimos años, hecha por Lorenzo, fallecido recientemente, ha sido el broche con el que hemos querido honrar su memoria. Nuestra enhorabuena por la participación.
Tarde de teatro, evocador del gracejo de otros tiempos, el vivir rural con sus pasos  torpes  y su simplicidad elocuente. Baile, verbena, cenas familiares y de amigos coronaron un año más este día de San Miguel.
Chindas, tú has permanecido en la libertad de tu corral, pero en la calle también esa libertad ha estado  sujeta a las normas básicas de convivencia, se ha expresado con la serenidad  de ser una familia, un pueblo unido que sabe divertirse con dignidad. 
Lanza un ¡GUAU! en aplauso para todos al cual me uno.

sábado, 4 de agosto de 2012

LAS CALLES. La calle.


Centros sociales de algazaras, de pasos lentos y prisas en broma o pasos acelerados de llamada. Sombras en ellas con reflejos de luna; acicaladas por la nieve, por la lluvia impetuosa, acariciadas por la brisa. Avenidas o rúas, sostenes de la vida en colectividad que paralelan su encanto con las nubes, con el celeste mirar de las alturas.
Las calles acogen el trino de los pájaros en este amanecer de domingo y recogen con sus manos el despertar de la noche, acompañando también a la soledad en sus paseos de invierno.
Calle, que tú, mi fiel mascota, añoras pisar sus portones anchos llamados libertad, aunque en ocasiones enfaden a tus dueños tus escapadas no autorizadas. Sí, hoy hacemos un canto a aquellas calles de tierra que sostuvieron nuestras pisadas de niños. Aquel charco enlodado que hacía las delicias del pisotón que salpicaba gozoso el calzado y hasta la ropa. El bastón o cachava del abuelo dejaba su huella de apoyo y seguridad en un hoyo marcado por el lento y virtuoso transitar de su vida.
¡Ay Chindas! qué maravillosos recuerdos guardan bajo el asfalto; firme que hoy cubre esa tierra para no manchar  un ápice el caminar de todos pero que siguen escuchando el parpadeo de las estrellas, el chirrido de los goznes de las puertas en desuso azotadas por el viento.
Ecos de cánticos o silbidos lejanos que dejaron su impronta en matinales o nocturnas rondas, al regreso del trabajo, al atardecer enamorado…, éstos y muchos más son irisados pasajes de su historia. En cada ciudad, en cada pueblo, se las identifica con un nombre más o menos sonoro o importante a quien va dedicada: un mecenas a quien su municipio agradece sus dádivas; al hijo ilustre o al prócer nacional, y donde  son más destacados otro tipo de favores  se las llama de los Remedios, de los Suspiros,… Aquí tú conoces la calle de las Bodegas, de la Tercia, de la Iglesia y otras. Es fácil saber dónde nos llevan las mismas. Ayer leí en un pueblo vecino un nombre más curioso, la calle “Salsipuedes”.
Seguro que cada lector conoce el devenir de sus andadas por nombres entrañables que  identifican su hogar, sus amores y sus sueños. Espero que juntos brindemos por esos añorados rincones callejeros. 

jueves, 26 de julio de 2012

LA LLUVIA


Resignada está la tierra a la mudez del agua, amigo mío. Surcos resecos con espasmos de girasoles; futuro acongojado con nubes huidizas, con vientos inquietos y voraces que lamen hasta la última gota de sudor campesino.
Sí, callado se desliza el Canal de Castilla que tú conoces bien, albergando la esperanza, ondeando la bandera de la vida que remontará el vuelo tras ella, para caer en finísima cortina algún día, llenando de verdor y plenitud el rostro amado que cada día nos mira suspirando.
Ya no croan las ranas en los arroyos vacíos; los manantiales se agotan, su fértil emanar está mudo de dolor contraído y apresado por la mano cruel de la sequía.
Fuegos emparentados por el humano rencor y la rabia infantil caldean, aún más, esta tierra que grita allén los cielos, pidiendo lluvia. Sordas oraciones en lenguaje acre tal vez, caen desoídas en los brazos del sol, hasta hundir su respuesta en el agravante polvo de la rígida y reseca naturaleza.
¿Sabes Chindas qué bonito es el agua cuando desciende benefactora? Añorar pretendo  para no caer en el olvido, de su irisado parecer,  de la frescura que sus alas aporta, del beso apasionado con el que la tierra recibe su regreso.
Los cristales de la casa brillan moteando con mirada triste la ansiedad de la llegada del agua. Agua peregrina del firmamento que desborda sin piedad unas  zonas e ignora despectiva la mano amiga que intenta estrecharse con la suya.
Lluvia de mil sonidos, acompaña mi querer pues se hace tarde, el verano pasa y se retarda tu venida. Tintineos son tus preludios en la atmósfera, brisa precursora que en el paseo  vespertino  goza alzando el vuelo de la falda. Mientras escribo oteo el horizonte y unas nubes rosáceas como algodón dulce de feria me sonríen y desaparecen.  Que aparezcan todas juntas  para que bañemos de esperanza la ilusión  y nuestros campos beban hasta saciarse y el fruto de su vientre llegue feliz a los brazos de todos.
Te prometo Chindas que si así sucede correremos a atrapar las gotas que se detengan y los charcos serán tu balón y el mío.

miércoles, 18 de julio de 2012

A huebra o gambitos


Chindas, no des saltos de alegría al verme cruzar la verja porque no voy a sacarte a la calle. No, no me puedes acompañar hoy porque el Sr. Alcalde ha convocado a todos los vecinos (excluidos los de raza canina) para informarnos de la necesidad que tiene nuestro municipio de que  unamos nuestras manos, arrugadas por el paso del tiempo, y que juntas remediemos los males de la economía local con pequeños trabajos de carácter graciable.
El deplorable aspecto de las zonas ajardinadas por la falta de lluvia y de cuidados ha llamado la atención de propios y foráneos contrastando con los floridos balcones particulares bien cuidados, llenos de surfíneas, gitanillas y geráneos;  reclamando con la voz de los cardos y maleza la solidaridad, el ayuntamiento o ajuntamiento  de todos a quienes nos gustan las flores frescas y lozanas, la limpieza y el orden en nuestras calles y plazas.
Queremos rosales sin hierbas secas que comen y tapan su belleza, césped cortado al rape o al uno, verde alfombrado; setos acicalados en la barbería que pode sus ramas para poder lucir cara de domingo.
¿Sabes? La crisis va a ser buena para algo si ante la necesidad nos unimos y como años ha, el pueblo llano hace trabajos comunitarios sin ánimo de lucro. La faena es denominada a “huebra”, bueno a mí me gusta más a “gambitos”, ¿verdad que es más musical el localismo éste? aunque no sé muy bien porqué este lance de ajedrez tiene esa connotación de unión, de voluntariado para conseguir un fin ventajoso para todos.
Fíjate Chindas, hemos salido de esta reunión mirando con otra mirada a las espigas resecas que sueltan sus yescas salvajes  adheriéndose  sin piedad a nuestra piel o calzado. ¿Hablaban tal vez de su necesidad de dejar de mirar al cielo y querer tenderse para dormir hamacadas en morenas o festivos montones?
El verano trae consigo la cosecha del esfuerzo de la siembra, la claridad uniforme del cielo castellano, el canto de los grillos, las bandadas de pájaros a los que tú persigues sin dar alcance. Tus ojos, mi querido perro, se abren y brillan en esta época de calor de un  modo especial y buscan los míos para no perder el diálogo.
Bueno, deja de saltar que con tu gran fuerza vas a tirarme al suelo. Es tan relajante tu compañía y tus ganas de vivir que apoyar en ti mis vivencias es un lujo que, desde que estamos  aquí, tenemos el privilegio de gozar juntos de todos esos espacios comunes y de amplios apartados de sosiego. Ya verás lo bonito que va a quedar nuestro pueblo  cuando todas las manos  seamos  el símbolo de la ilusión, del trabajo vestido de gala porque de cada casa esas manos son las mejores que se funden con la colectividad. Deséanos  ánimo y haremos más bonito el mundo que nos rodea porque seremos felices de ser útiles y que hayan contado con nosotros.
P.D. Según mi socio perruno, se emocionó la semana anterior cuando un lector de este blog llamado José C. a quien no tiene el gusto de conocer, le hizo un comentario. Gracias por el detalle.

jueves, 12 de julio de 2012

Pordioseros

Viniendo por el camino de la Mochuela con dos socios, me adentré en un trigal ya que mi olfato percibía ciertos efluvios a liebre. Volví al camino entre las irónicas sonrisas de mis acompañantes que sí habían visto salir a la liebre y cruzar hacia una parcela de girasoles. Entonces percibí claramente su rastro. Lo seguí. Descubrí la presa. Encendí la sirena de mis ladridos y me lancé tras ella. Como los girasoles ponían cierta dificultad a su carrera logré alcanzarla con mis zarpas, pero hizo un quiebro y se alejó de mí. Ella había triunfado.


Los animales actuamos por instinto, sin compasión. Dice mi socio que el mundo de los humanos es diferente, que existe la compasión y la solidaridad. Que en el mundo de los creyentes existe la idea de que todos somos hermanos, hijos del mismo Dios. De ahí que los desprotegidos y desamparados hayan pedido por Dios. Son los pordioseros.
En la actual sociedad, como en muchas otras, el dios que triunfa es el dinero, el dios Mammon, como dice la Biblia; y alrededor de este ídolo se ha organizado un culto universal y moderno. Hoy los altares de este becerro de oro son los mercados; sus sumos sacerdotes, los titulares de los grandes bancos, de los poderosos fondos de inversiones y del FMI; los moralistas que enjuician si está bien o si está mal lo que hacen empresas y países al servicio del dinero son las agencias de calificación; gobernantes y ministros son los ejecutores implacables de lo que disponen los sumos sacerdotes y prescriptores morales; los mártires sacrificados son los parados, los jóvenes sin expectativas, los ancianos sin ayuda y los trabajadores sin derechos.
Y ¿qué pinta la dignidad humana, la fraternidad? Nada. Como dicen los Evangelios, no se puede servir a Dios (es decir, a la justicia, a la fraternidad, a la compasión) y a las mammonas (las riquezas).
Y no hay escapatoria. La organización infernal del idolatrado dinero pisoteará y arrasará cualquier intento de escapar del sistema y tratará de fantasiosos, inconsistentes y fuera de la realidad a quienes manifiesten opinión diferente.
Los pordioseros que se inclinan pidiendo por Dios una limosna, una ayuda compasiva, son sólo restos pintorescos de otro tipo de sociedad. Hoy personas, instituciones y países doblan su espinazo, su cerviz y hacen ofrendas ante el altar de los mercados. Son los nuevos pordioseros, los pormammoneros.

¡Caray! les manifiesto a mis socios, ¡qué bien os luce vuestro progreso y civilización! Al menos entre nosotros, los brutos, no solemos devorarnos los que pertenecemos a la misma especie. Se ve que cuando degeneráis, degeneráis a conciencia.

viernes, 6 de julio de 2012

CON OTRA MIRADA. El Fútbol y el Tour


Cual mariposas embelesadas por la belleza y fragancia de las flores que  vuelan y vuelan entorno a ellas, así los humanos, al menos los de este país, quedamos prendados de la pequeña pantalla cuando del fútbol o el ciclismo se trata.
Somos los mejores si esos liliputienses que vemos son gigantes en su pataleo o pedaleo y ganan. Chindas te reirías para tus adentros perrunos, si observases sin entender, claro, los saltos de júbilo, los abrazos al vecino de barra o silla, que es desconocido en la calle y que como él miran embabiados el partido. Es verdad que cuatro goles en una final dan mucha emoción y vencer es para dar saltos de alegría si, como en estos casos, nos sentimos españoles. Veremos si en el tour somos igual de patriotas si no se consigue el éxito esperado.
Tú nunca has visto la tele pero te cuento que para gozar de lo que vemos y puedas hacerte una idea has de imaginar un espectáculo como el fútbol en el que hay una coreografía de un ballet y unos seres que vemos en miniatura, danzan al ritmo que marca un balón en movimiento. La afición grita, se levanta de sus asientos en las gradas, suelta adrenalina por todos sus poros y,   a veces, hasta es feliz.
Fuera del Estadio está la crisis esperando su regreso al hogar, al cotidiano vivir, por eso tras el partido pasan los forofos horas y horas en la calle ondeando banderas de todo tipo, que  lanzan al viento sus efluvios de victoria. ¡ Ay Chindas! qué distinto color tiene la ironía de los triunfos con el de la realidad.
Acabados los aplausos masivos a La Roja también los de esta página, centrémonos en el pedaleo del Tour. Ahora el movimiento artístico es distinto, también son las piernas las que entran en escena, pero son las rodillas haciendo de batuta las que marcan el compás en la partitura de la carretera.
Es bueno que a un apasionamiento siga otro, ¿cuál será el siguiente?, es hora de que los políticos cavilen durante sus ganadas vacaciones, digo ganadas porque ellos tienen trabajo y por lo tanto ganan un sueldo y unas vacaciones, y en sus buenas intenciones programen otro asalto a la ilusión, a la evasión, la adornen de esperanza y recreen puestos de trabajo porque, con tanta subida de impuestos, bajada de ayudas y tornasolados recortes, hasta tú mi querida mascota y bloguero amigo de todos, vas a ver racionado tu yantar diario.

¡¡ Por favor ama, a eso no me sometas, pasar hambre es lo último hasta para mi especie canina!!

jueves, 28 de junio de 2012

CON OTRA MIRADA. Los veraneantes.


Poco a poco, con la lentitud de las prisas sin pretensiones de usar bikini, van llegando los “veraneantes” nativos ausentes y algún que otro forastero que busca paz y libertad en el espacio abierto que ofrece el medio rural.
Chindas, tú lo sabes muy bien, cuanto más pequeño es nuestro municipio, más gozamos del cielo, de las nubes, del sol al que hacemos guiños con el frescor de las casas y  los caminos que nos llevan por parajes maravillosos. En nuestro pueblo, el Canal de Castilla nos ofrece el placer de la mansedumbre de su agua viajera y los chopos que se reflejan hacen de parasol en un paseo relajante que interioriza  y serena.
El lenguaje cambia, se mezcla con otras lenguas; el diálogo es animado, ahora sí que aparecen las prisas en contar las cosas de su diario vivir allí en la ciudad lejana.
Hoy, mi perro amigo, he ido a la capital en tren y era curioso oír a los usuarios, que iban subiendo al mismo en las estaciones intermedias, sobre la vida que dan a los pueblos los veraneantes. “Vienen chiguitos y el pueblo se anima”, decía un señor entrado en años. A mi lado una señora decía a otra que subió con ella, “no sé si he puesto el llavín  a la puerta, con las prisas…, el tranco de atrás estoy segura que lo he echado, como ahora hay gente en la calle es distinto que en el invierno, es lo bueno del verano todos cuidamos y vemos quienes entran en las casas”. “Anda pues, menos mal que vuelves pronto”, apostilla una vasca castellana.
Antes de que el tren engulla el paisaje y lo devuelva a la lejanía de nuestra espalda, miro las ruinas  que arrastran a la soledad a esos pueblos que corren en la pantalla de mi puesto de mira viajero; campos fertilizados o áridos, vestidos de ocres dorados o simplemente ocres terrosos, según la mano del tiempo que los acaricia y pinta; cuna de esperanza para el labrador. Árboles  de verdor prieto, exuberante; traqueteo del tranvía que nos lleva. El Carrión viaja casi en paralelo con nosotros regalando a nuestros ojos su luz en movimiento levemente ondulado. ¡Palencia a la vista!, ya llegamos, otro murmullo, otro vivir que se detiene, paro ilustrado.
Sé que eres un perro muy listo, pero muy grande para viajar en este medio, por eso te cuento todo esto; pero volviendo a los veraneantes, aceptas con recelo su presencia y con un cierto malestar porque invaden tu libertad. Ya no puedes campar a tus anchas por las calles aunque lleves bozal, y si sales, tal vez, alguna pedrada de los chavales acaba con tus ganas de correr tras ellos a modo de juego. Está claro que su libertad acaba con la tuya, pero tus ojos delatan lo feliz que eres oyendo sus risas y que las puertas cerradas todo el invierno inviten a entrar, sentir, saludar.
La prensa con sus noticias agrias se hacen tabú en este tiempo de vacaciones, de plenitud del verdadero placer de la calma, de la amistad y el reencuentro. A todos los veraneantes “rurales” ¡bienvenidos!

Guau, guau, también de mi parte, soy Chindas, vuestro perro amigo. Espero que alguna vez me digáis si os gusta estar conmigo. ¿Vale?

jueves, 21 de junio de 2012

Educadores del Sem Tob


Llega el verano y hasta las culebras reptan por el campo. En el camino viejo de Boadilla he descubierto una de color verde con tonos oscuros, más gruesa que mis patas y de unos 80 centímetros de larga. Ladré ásperamente dando vueltas a alrededor. Mi socio me distrajo llamándome y cuando volví en su busca ya se estaba escondiendo en unos escombros junto al barranco.

Es tiempo de culebras y de final de curso en los colegios. Espero con alegría la parada habitual en Requena de profesores, exprofesores y allegados del insti de Carrión en su remontada ciclista desde Palencia a Alar, inicio de las vacaciones.
Deseo ver su ánimo en esta coyuntura de recortes en educación. Aunque bien sé que maestros y profesores del Sem Tob tienen dos cualidades, en tal grado, que los hacen especiales. Una es su gran calidad humana, y esto que es tan positivo en cualquier profesión, es fundamental en la educación al pretender formar a personas en desarrollo. Más allá de cualquier ley o situación, la calidad de la educación se debe fundamentalmente a la calidad humana de los educadores. La siguiente cualidad es el ambiente de simpatía, de empatía de grupo, que hace el trabajo y la convivencia fácil e ilusionada, de tal suerte que deja su impronta en los que por Carrión han pasado. Y en ese ambiente y tono de la mayoría de los educadores, la mayoría de los alumnos y padres están también comprometidos.
Cierto que la educación depende más del ambiente colectivo de la sociedad que se refleja en los medios, en las familias, en la calle y hasta en las autoridades educativas que de la actuación de las escuelas e institutos, y que se echa de ver en que los niños y jóvenes viven más en la sociedad genérica que en los centros escolares.
En estos tiempos de crisis y recortes la puntilla del desastre sería el desánimo. Sin embargo, la voluntad y el profundo aliento anímico pueden generar y robustecer el carácter y orientar a los muchachos hacia una visión austera, segura de sí y solidaria. Comunidades educativas como las del Sem Tob permiten mirar con esperanza el presente y el porvenir.
Esperamos que las autoridades educativas, aún con recursos menguados, sepan sintonizar y ayudar a mantener las dos auténticas columnas de una educación eficiente: la calidad humana y el espíritu colectivo positivo. Generar tensión y desaliento sería demoledor.
Como cada año al remontar el canal de Castilla, en Requena tenéis amigos esperándoos. Hasta pronto.