jueves, 28 de octubre de 2010

Tiempo de cambios

En opinión de los “urbanitas” el mundo rústico es imperturbable, el lugar donde nada sucede, nada cambia, en contraposición a la ciudad donde todo es movimiento y agitación, pero aquí sabemos que el continuo fluir del canal no supone apenas cambio, mientras el lento germinar de los campos supone un proceso de transformación profunda.
Ahora Requena se está transformando. Cambian los colores, caen las hojas de los chopos, los rastrojos son levantados por arados, cultivadores y gradas, ha comenzado la siembra y el pueblo ve reducida su población a poco más de las doce personas habituales
En marcha los proyectos de la nueva campaña, que en el país son los presupuestos, en el gobierno se han producido cambios. Lo mismo acontece en la patronal.

De ello hablamos mientras atrvesamos caminos, rastrojos y sembrados.
Y aquí van dos despropósitos acerca de los mismos.

Primer despropósito.
D. Gerardo Díaz Ferrán convoca elecciones para presidir la patronal a las que él no se presentará. Curiosa la trayectoria de este empresario que se ha presentado siempre como la figura clásica y tradicional en defensa absoluta de la iniciativa privada al afirmar: “la mejor empresa pública es la que no existe”.
Hoy los antiguos trabajadores de sus empresas arruinadas estarán entusiasmados por las bondades de la iniciativa privada.
Claro que, según alguno de los de su cuerda, la crisis financiera mundial y la crisis de la construcción nacional la tiene Zapatero.
¡Qué gran pecado es el absolutismo como el creer que la empresa privada es lo bueno y lo único bueno! y absoluto sólo es Dios, y nuestros primeros padres por querer ser como Dios quedaron en vergüenza, desnudos...¿no pasó eso D. Gerardo?

Segundo despropósito
Dña Teresa Fernández de la Vega es cesada como vicepresidenta del gobierno.
Al anunciar el cambio D. José Luis Rodríguez exaltaba las cualidades y bondades de la cesada y sonaba a funeral, político se entiende, pero funeral, y por si faltaba algo ya le tenía preparado un expléndido panteón, el Consejo de Estado.
Si María Teresa tiene tantas cualidades y está en buena edad, augura y alégrate José Luis porque aún ha de dar “mucha guerra” en la actividad privada o pública ¡ Quién sabe de las oportunidasdes que habrá de disponer en el transcurso de los días!
Durante los primeros cuatro años como vicepresidenta su imagen pública fue sobresaliente y los sondeos de opinión la ponían a la cabeza del ejecutivo. En este segundo periodo ha tenido que ser la voz y el baluarte defensivo ante los graves problemas surgidos y la errática postura del gobierno: desde no hay crisis, estamos mejor preparados y nos afectará menos, nos ha afectado con una especial virulencia pero ya hay brotes verdes, no habrá recortes sociales hasta es necesaria la reforma laboral, el sacrificio de los empleados públicos, el de los pensionistas, la contención del gasto...
La tarea de la vicepresidenta y potavoz era abrumadora, el desgaste evidente y el cese tal vez inevitable pero ¿el funeral?
No fue ella la que protagonizó la política del gobierno, sólo fue la fiel encajadora de muchas sinrazones.
Bien se merece que la dejen protagonizar en la escala que sea su propia iniciativa. Que sea ella la que triunfe o fracase sin pagar por los platos rotos de su superior.

En el campo se ven y se oyen los tractores en plena labor y yo, Chindas, con mi socio gritamos a los cuatro vientos que no queremos el entierro político de la señora Fernández de la Vega.

jueves, 21 de octubre de 2010

¡Viva la anarquía!

Siempre volvemos juntos y entramos juntos por el corral al regresar de nuestros paseos. Hace unas semanas comencé a hacerme el longuis y distraídamente me quedaba por el pilón o recorriendo alguna de las calles del pueblo. Mi socio ha mostrado su enfado y en dos ocasiones me ha sujetado después de entrar con una cadena junto a mi caseta. La norma me ha quedado clara: entramos juntos. También me han hecho saber otras disposiciones como que los tiestos se respetan o que no se entra en la casa.
Cuando salimos ayer, fuimos a cruzar las eras atravesando una pequeña zanja ahora rodeada de hierbajos. Fue en ese momento cuando pasé corriendo, tropecé con mi socio que cayó al suelo entre las hierbas. Rápidamente di la vuelta y me tumbé a su lado. Menos mal que se reía. No hacía falta que se estableciese una nueva norma.

Yo estoy sometido a unas cuantas, pero es que los humanos están rodeados de normas. Normas del estado, del trabajo, de la casa; normas religiosas, deportivas, para la salud. Parece que un buen gobernante, un buen padre, un buen patrón o un buen entrenador no se realizan si no apabullan a sus subordinados con leyes, órdenes, disposiciones.
Por eso que cuando el entrañable Labordeta se definía como un anarquista burgués, nos estaba regalando con un rasgo de su humor inteligente al defender su sacrosanta libertad de monsergas impositivas sin renunciar al buen vivir atribuido a los burgueses.
¡Viva la anarquía! ¡Viva una vida sin principios ni normas constreñidoras! Este parece ser el grito que hoy día nos sale del alma.
La realidad es que apenas es un débil susurro sin sustancia, porque además de toda esa montaña normativa, seguimos borreguilmente la moda, compramos lo que nos ordena la publicidad, pensamos lo que nos dicen los medios de comunicación y bailamos al son que toca la gaita.
Es lo contrario a la libertad, a la iniciativa, lo que se nos inculca como necesario. La disciplina o el cumplimiento riguroso de lo establecido: Disciplina ciudadana, disciplina de partido, disciplina laboral, disciplina en los estudios, disciplina escolar.
¿Dónde queda la espontánea y libre colaboración? ¿dónde la creatividad?
En la vida en sociedad son necesarias las normas, espontáneas unas, como las de la jauría de lobos, las de la peña de amigos o las de la familia; elaboradas las más, pero todas son un medio para el fin de la realización de los individuos. Pero como el dicho común expresa, valoramos más el medio: “sin disciplina caemos en la anarquía”. Cuando la utopía, el ideal al que aspiramos aunque no lleguemos a él, es la sociedad que no necesite ni gobernantes, ni leyes, ni jueces, en que la única disciplina sería la interior que nos capacitase para actuar libre e inteligentemente.
¡Qué maravilla un mundo sin gobierno! Entre tanto, cuantas menos leyes sean necesarias y menor la disciplina impuesta, mejor. Medios los necesarios.

Un perro sin profesión y un jubilado sin obligaciones en un apartado retiro nos sentimos ácratas ¡qué hermosa palabra! “sin gobierno”, sin nadie que nos mande. Bueno, es una ilusión y de la ilusión también se vive.

viernes, 15 de octubre de 2010

Seis meses

¡Guau!
6 meses, 22 entradas y más de 1000 visitas.






Nunca podría haberme imaginado que los paseos con mi "socio" dieran para tanto.

Gracias a todos (y todas) y esperemos que esto dure muchos años.

jueves, 14 de octubre de 2010

Sexismo

Con frecuencia repetimos trayectos y experiencias sin que nos resulten monótonas. Cada día y a distinta hora el campo tiene nuevos colores, encontramos diferentes animales y experimentamos diferentes sensaciones. Hoy volvemos a hilar en nuestra charla un tema ya tratado.

Un comunicante nos preguntaba si nuestra opinión de que la educación escolar debía ser sexuada pero no sexista, incluía la educación separada de niños y niñas. Nada más alejado de nuestros pensamientos.
Pero en esto del antisexismo caben posiciones diferentes. Es magnífico que se luche por la igualdad de derechos. Iguales derechos a la educación, en el trabajo, en la participación en la economía y en la política. Hay sin embargo posiciones extremistas que se manifiestan tanto en la educación como en el lenguaje. ¿Qué sentido tiene considerar como sexista la más mínima diferencia en los juegos o en el trato? En el campo del lenguaje se considera sexista el que no se nombre siempre a niños y a niñas, a maestros y maestras. ¡Qué horror! No se tiene en cuenta que estamos hablando de géneros gramaticales y no fisiológicos y en gramática el género masculino y a veces el femenino tienen un valor genérico si por el contexto no se reduce al género biológico. Que cuando hablamos de niños, se refiere a todo el género humano de determinada edad , que todo el innumerable mundo de los seres inanimados tienen sólo género gramatical, que la pared es femenino y el suelo masculino; que también, a veces, los animales tienen género gramatical sin tener en cuenta el fisiológico, la abeja es femenino y el abejorro masculino. Ver en todo esto sexismo es morboso.
Ya dice el refrán que los extremos se tocan. La hipersensibilidad a toda diferencia sexual se convierte de hecho en un nuevo sexismo. Y se cumple la ley del péndulo. Cuando la presión antisexista es tan agobiante que considera políticamente correcto corregir la
gramática, la reacción de la sociedad no se ha hecho esperar: exaltación y culto al sexo y a las diferencias: dietas, anorexia, botox , implantes, depresiones por no considerarse suficientemente sexy, físicamente el macho humano perfecto o la hembra humana ideal.

Existen diferencias anatómicas, de órganos, de estructura ósea, de morfología y también psicologías y culturales. Y son estas las que pueden ser neutras, positivas y negativas. Corrijamos estas de suerte que siempre seamos tratados como personas con derechos y obligaciones.

Con nuestro ministro de educación el señor Gabilondo se puede afirmar que "los escolares tienen derecho a la diferencia a ser tratados como niños y niñas, no como extraños seres asexuados; pero este derecho no supone diferencia de derechos".
Por cierto que Gabilondo sí parece dar la talla del verdadero político, es decir el que busca el bien de la "polis", de los ciudadanos. Se vio en su intento de pacto escolar. Lástima que tanto en su partido como en los otros, los auténticos políticos se encuentren rodeados de politiquillos que buscan de forma primordial el interés del partido, o ni siquiera eso, sino el bien de quienes controlan el partido. Sería mejor llamarlos aparatistas más que políticos y con tales sujetos ¡qué difícil son los pactos!, tan difícil como armonizar los intereses contrapuestos de los aparatos.

También los canes somos sexuados y las personas con las que convivimos distinguen muy bien la diferente contextura física y psíquica de machos y hembras. Pero somos tan básicamente iguales que los humanos que no conviven con nosotros ni nos distinguen.
Qué fácil admitir la realidad y qué rebuscado y conflictivo lo hacen los hombres.

jueves, 7 de octubre de 2010

Vergüenza

La tarde nublada está buena para pasear. Entre la toma del Canal y los depósitos del agua han abierto una zanja. Al atravesarla en el camino se la ve inundada de agua, señal de deterioro de la antigua conducción. Camino de Valdelgara saludamos a una joven y animosa caminante. Atravesando rastrojos llegamos a la parva del Canal junto a la segunda toja, la charca del Juncal. En el trayecto he podido husmear entre las hierbas en pos de mariposas y saltamontes. A lo lejos, viniendo de la dirección opuesta he divisado a los tres perros de Gonzalo y sin tener en cuenta los silbidos de llamada de mi socio me he ido con ellos a pesar de las protestas de uno de los perros y se su amo y así hemos llegado al pueblo.
Ahora estoy atado en el corral por desobediente mientras mi socio me cuenta algunas curiosidades relatadas por la prensa durante la última semana de septiembre.

Primera curiosidad. La foto de un miembro de los piquetes de huelga mostrando sus hermosas posaderas a los propietarios de un comercio. Es de suponer que intenta una burda burla a quienes no cerraron su establecimiento, pero produce vergüenza esa pose mostrando sus asentaderas al desnudo y bien desarrolladas y no en el tajo de trabajo sino en las antiguas labores de liberado antes de su jubilación. Además por la pose parece dispuesto a soltar mierda sobre todos que no secundan la huelga.
Los trabajadores necesitan más bien dirigentes con cabeza para tener las ideas claras, corazón para sentir con los que sufren y manos entrelazadas para todos juntos tener fuerza ante los poderosos.

Segunda curiosidad. El despedido director general de una empresa galletera de Aguilar se dispone a cobrar la bonita suma de 9.000.000 de euros por su despido. Vergüenza. Los trabajadores pueden ser despedidos sin causa procedente con el cobro de 20 días o 45 y con un límite, pero esto no se aplica a los directivos que, como han tenido poder, se han procurado condiciones leoninas. ¿Somos iguales ante la ley? Los directivos son personas con derechos y contratos, los trabajadores son tratados como máquinas desechables con un pequeño coste por achatarramiento.

Tercera curiosidad. El jefe de gobierno explica en el corazón financiero mundial las medidas tomadas por su gobierno para satisfacer a los mercados.
Esta sí que es la gran vergüenza. Nuestro gobernante rinde pleitesía y da cuenta de sus disposiciones económicas y laborales ante los tiburones del sistema financiero. Algunos de los sentados a la mesa son los mismos que meses atrás se reunieron para atacar, coordinados, en un gran envite contra Grecia, Irlanda, España e Italia. Otros son los culpables de la crisis mundial por la orgía en la búsqueda de beneficios vendiendo “productos basura” financieros.
Tal vez había que contentarlos, pero si existía esta necesidad podía haberlo hecho un secretario de estado o, a lo máximo, la ministra de economía.
Si tenemos que tragar sapos hagámoslo con dignidad y apoyemos todas las medidas, a escala internacional, que sometan su poder con una buena regulación y manden a la cárcel a quienes acuerdan el control de los mercados, lo que es ilícito.

Cae la noche. Ya estoy suelto, pero antes mi socio me invita a no enorgullecerme por mis actitudes no correctas. Quién sabe si los tres protagonistas de nuestras historias no están muy orgullosos de lo que hicieron. Pobrecillos, ni siquiera tienen el sentido de la dignidad. Yo agacho humilde la cabeza y espero la cena.
La fotografía fue publicada por "El Norte de Castilla"