jueves, 30 de septiembre de 2010

Los aparatos

Por dos veces me he encontrado en las calles del pueblo con dos perros adultos de menor tamaño que el mío. Son una pareja blanca, de bella estampa. Me he acercado a ellos arrastrándome, reconociendo su jerarquía. Ella me ha aceptado pacífica mientras él se enfrentaba conmigo de forma agresiva, eso que su amable dueña le decía que yo sólo quería jugar al tiempo que me acariciaba. Se ve que los perros, en nuestra vida actual, sin formar manada hemos olvidado los códigos genéticos del reconocimiento, mientras los lobos respetan a rajatabla los códigos que les permiten la trabazón de la manada.
Nada distinto a lo que pasa entre los humanos que cuando forman grupo crean inmediatamente una serie de relaciones de poder, sumisión, apoyo y dependencia que garantizan la funcionalidad y permanencia del mismo.
Las sociedades en el ámbito político se llaman partidos, y en el ámbito de las relaciones laborales sindicatos y patronales; y los sistemas de relación con los que se controla al grupo se les viene llamando el aparato del partido, del sindicato o de la patronal.
Y son necesarios para que el partido se organice eficazmente en la conquista de su cuota de poder y para que los sindicatos y las patronales tengan la fuerza a la que aspiran en las relaciones laborales.
Pero se produce una dinámica muy curiosa con los aparatos. Por una parte son fruto de la racionalidad y de la voluntad democrática, lo que exigiría estar siempre abiertos al cambio según las aspiraciones y criterios de todos los miembros del grupo. Por otra es instintiva la necesidad de liderazgo y permanencia con una cesión del poder de decisión a través de una urdimbre de relaciones jerárquicas. Difícil equilibrio entre la racionalidad democrática y el liderazgo instintivo y su entramado.
Aunque el aparato es necesario ya ha sido muy estudiado y tiende por naturaleza a hacerse rígido, a anquilosarse y alejarse de su objetivo de servir eficazmente al interés del grupo, persiguiendo más bien su propio interés.
Así acontecen hechos tan curiosos como los que se dan en la actual situación española. Según los sondeos de opinión ni Zapatero ni Rajoy ni el presidente de la patronal responden a lo esperado por la mayoría, tanto del país como la de sus asociaciones, pero sus estructuras de poder se mantienen intactas y ay de quien ose atacarlas, seguro que no sale en la foto; por otra parte hoy se reafirman porque el cambiar de liderazgo generaría partidos sin una dirección consolidada durante un periodo de tiempo, dejando al grupo a merced del adversario en esta etapa de crisis y en las próximas confrontaciones electorales.
Pobre del que fracase en ellas; los que dentro de su partido, la mayoría, consideran que el liderazgo no es adecuado encontrarán motivo para su renovación sin el temor a ser aplastados. Por el contrario, el que triunfe, a pesar de la evaluación negativa de su liderazgo, lo consolidará aunque su triunfo sea en realidad sólo un fracaso menor que el del adversario.
En cuanto a los sindicatos, es evidente que necesitan también un fuerte liderazgo apoyado por un potente aparato para su efectividad en sus relaciones con la patronal y con el poder político.
Lo que sucede es que sus dirigentes y sus colaboradores son liberados del trabajo y se han formado unos aparatos de estructura rígida en la que los trabajadores perciben que esos liberados están más interesados por las prebendas de su seguridad, de sus privilegios y de su pavonearse de ser los defensores de los trabajadores y sus necesidades laborales, de las cuales ellos están cada vez más alejados.
Es aspiración de muchos el que quienes lideran la lucha sindical sean los que están en el tajo, lo máximo con una liberación parcial, y sustituir a los liberados con empleados del sindicato, dependiendo de los líderes que serían trabajadores de verdad.
Pero ¿quién pone el cascabel al gato?
El aparato, al considerarse flor y núcleo del sindicato, ha de considerar esta postura como un ataque al sindicalismo.
Pero bueno, diréis ¿cómo un perro sin manada y un jubilado sin trabajo y sin militancia partidista, que residen en un tranquilo rincón del mundo rural se atreven a disertar de aparatos tan alejados de ellos?
Los perros no saben dar una respuesta adecuada a los códigos de grupo por falta de manada. Lo mismo nos puede pasar a nosotros pero, ingenuos, pensamos que la lejanía permite divisar mejor el horizonte.

jueves, 23 de septiembre de 2010

La huelga general

Como podéis imaginar yo soy parte de la casa. No soy una máquina que realiza ciertas funciones con un coste determinado. Soy un noble animal inteligente y sensible. Vigilo la casa, hago de compañía y sirvo de interlocutor en las meditaciones peripatéticas de mi socio y ante todo soy un amigo, y quien tiene un amigo tiene un tesoro.
Vamos subiendo al páramo por el camino de Valdelgara reflexionando sobre la situación de los trabajadores en las empresas.

Naturalmente que los trabajadores son parte de la casa, que no son un simple factor de la producción como la energía o las materias primas con un coste determinado.
La empresa es un proyecto humano que empleará todos los recursos materiales necesarios, pero el proyecto es llevado a cabo por personas. Es cierto que unas tienen la propiedad de esos medios materiales y con ella la gestión y la dirección, mientras que otras ponen el trabajo y su capacidad. No son partes enemigas teniendo una tarea y un objetivo fundamental común aunque, a veces, tengan intereses diversos y hasta contrapuestos.
El próximo miércoles 29 hay una huelga general motivada por los temas laborales.
Gobierno, instituciones de la Unión Europea, el F.M.I. y muchos llamados técnicos han preconizado la reforma laboral. Más de cuatro millones de parados, las dificultades de las empresas que piden menos costes en los despidos, y la posibilidad de llevarlos a cabo si la empresa lo necesita para no estar abocada al cierre total, y temerosas de contratar cuando es posible, por si la suerte se tuerce.
Creen los sindicatos que estas medidas no crearán empleo ya que el paro es debido a causas económicas y no laborales y que se produce un ataque en toda regla contra los derechos adquiridos de los trabajadores.
Angustioso dilema para una sociedad dividida entre quienes sienten un ataque a sus derechos laborales y aquellos que están en paro, tienen un trabajo temporal o quienes intentan reactivar o al menos que no se hundan sus pequeñas o grandes empresas y que opinan que una huelga general no ayuda a generar una salida a la crisis.
Despidos y huelga. Estamos en un enfrentamiento no sólo dialéctico sino de medidas de fuerza. No hay que extrañarse, en toda sociedad surgen conflictos. Hay que esperar que la lucha sea noble con los menores daños posibles y que juntos se pueda mejorar la situación presente.
Para ello es evidente que no ayudan nada las intervenciones espúreas que aprovechan las turbulencias para sacar provecho para sus intereses partidistas o localistas.
Los sindicatos han de reconocer que es necesario defender a los trabajadores con contrato basura y a los parados y que la legislación laboral no contribuía a ello.
Los empresarios y directivos habrán de convenir en que los trabajadores no son un elemento más de la empresa y que, con la crisis, todos deben sacrificarse.
Piden contención de los salarios ¿también de los suyos? En los países nórdicos hay normas sobre cuantas veces puede la retribución más alta sobrepasar a la mínima.
Piden despidos fáciles y baratos, ¿no puede darse la misma proporción de despidos entre los directivos y de los trabajadores? y ¿cómo es posible el despido fácil y barato del trabajador y el blindaje de los directivos?
Los grupos ante las dificultades pueden reaccionar de forma diferente, los que se enfrentan y se autodestruyen o se impone un sector sobre el resto oprimido o los que se cohesionan, introducen cambios, sobrellevan juntos la adversidad y avanzan hacia soluciones para todo el grupo.

La tarde es serena. En el horizonte se ven pequeños pueblos, otros páramos y al fondo la montaña. Aquí no llega el ruido, el tumulto, la lucha. Qué fácil es divagar sobre los problemas y qué poco les dirán nuestras razones a los que están metidos en el fregado.
Desandamos el camino, mi socio en silencio sin que mis carreras ni mis brincos le distraigan.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Pequeñas cosas

¡Qué alegría! ¡Qué gozo! ¡Qué diversión! Hemos ido a regar. El agua ha comenzado a correr por el regato. Parecía algo vivo moviéndose, avanzando. He jugado corriendo con ella, sobrepasándola, volviendo, salpicándome, mordiendo las hojas que arrastraba o escarbando para que avanzase cuando algún pequeño obstáculo lo impedía. Mi socio me contemplaba, radiante su mirada, al ver mi extraño y frenético comportamiento.
En ese momento pasó un ciclista seguido de su perro. Me fui rápido tras ellos. Un nuevo entretenimiento. Casi tiramos al ciclista que echó pie a tierra mientras mi socio me llamaba sin mucho éxito. Era el día de mis travesuras. Poco después pasó una señora con un perrito sujeto con una correa. Me apresuré a su encuentro enredándonos los tres. Mientras la señora urgía a mi socio para que me llamase, yo no estaba para hacer caso a las llamadas,
Ya volviendo a casa fui recriminado por mi actitud, lamentando lo bien que había comenzado el día y como mi atolondrado actuar nos había hecho quedar mal con dos vecinos y que de no corregirme tendría que salir como el perrito, sujeto con una correa.
Le miré pícaro como interrogando si los humanos no cometían también algunas actuaciones erróneas, pequeñas cosas y si también deberían ser castigados.
Y sí las cometen. Este mismo día El Norte de Castilla ponía en un pie de foto que la Junta se había gastado en las loberas de Caleruega 1.500.000.000 euros. Nos reímos comentándolo. Ya se podía gastar algún milloncejo en las perreras de Requena. Se ve que el autor de pie de foto ni siquiera leyó lo que escribía y dejó mal parado al periódico. ¿Habrá sido corregido o seguirá suelto para sus travesuras ¿
En los paseos que damos por el Canal, solemos pasar por las tojas del Juncal y del Rosillo. Este invierno han construido muy bien unas arquetas con contador de agua para poder mantenerlas como charcas en los secos meses veraniegos. Es el primer año y ahí están las tojas sin gota de agua y las arquetas muertas de risa esperando que les den uso Si en el primer año no se emplean es dudoso el que se empleen alguna vez. Se han colocado carteles explicativos de las charcas, de su fauna y flora, se ha hecho un gasto este año inútil ¿seguirán sin sujetar los que tan alegremente sueltan los cuartos que administran?.
Constatamos que también nosotros cometemos pequeñas faltas. Algunas de las mías las he contado mi socio me cuenta una suya en su último viaje a Palencia, pero ambos creemos que lo importante es ser responsables y corregirlas, pues si en los pequeños fallos pasamos de largo ¿Quién puede asegurar que en las ocasiones graves no tendremos un comportamiento despreciable?
Sigo saliendo al campo sin correa. Mi socio cree que he de llegar a ser un perro magnífico capaz de dominar mis instintos cuando me impulsen a un comportamiento inadecuado. Yo sé que así será..

jueves, 9 de septiembre de 2010

La escuela

Requena, como muchos otros pueblos de Palencia, es un pueblo con abuelos pero sin nietos, con maestros jubilados pero sin escolares. La representación gráfica de su población, más que una pirámide invertida, es un paraguas abierto pero sin mango. Sólo dentro de la población de los animales domésticos somos normales. Tengo cinco meses y mi socio “jubilata”, que me ha extraído un diente sangrante de los de leche, dice que ya es hora de dar un paso más en mi educación, que ya es el momento de la escuela. Y de la escuela hablamos que va a comenzar el curso.
Parece que estamos en tiempo de reformas, de pactos. Tal vez sea más positivo hablar de mejoras, lo que supone siempre que no todo lo que se hace está mal, pero sí que es necesario corregir, incrementar, superar...
Y hay que comenzar a mejorar desde la base, la educación infantil, después la escuela primaria. Mejorar sólo la ESO sin mejorar las etapas anteriores puede tener buena fachada pero poco calado.
La mejora tiene que tener clara la finalidad de la escuela: como diríamos antiguamente iniciar la formación de mujeres y hombres hechos y derechos. Personas hechas que desarrollen sus cualidades para valerse por sí mismos en el trabajo, en el conocimiento, en las relaciones, en el autodominio; y derechas, es decir, rectas con los poderosos, ecuánimes con los iguales y benevolentes con los necesitados.
Se forman personas, por lo que la educación no puede ser sexista pero sí sexuada; las personas no son ángeles, tienen sexo con sus características y cualidades físicas y psicológicas, igualmente válidas y complementarias pero diferenciadas.
La escuela no es el único agente formador, están la familia, los amigos, el pueblo, la ciudad, el barrio, los medios de comunicación, el conjunto de la sociedad, por lo que ni todas las deficiencias formativas se deben a la escuela, ni se solucionarán sólo con mejoras escolares.
La escuela debe disponer de los medios adecuados a su fin y al momento en que vivimos, pero es necesaria cierta austeridad y contención. Nuevas tecnologías sí, pero su exceso puede ser turbador y contraproducente; se forman personas y no manipuladores de maquinitas y consumidores de productos virtuales.
El principal recurso educativo es el maestro. No debe escatimarse en su formación y hay que poner a su disposición lo necesario para el desempeño de sus tareas.
Si queremos una población bilingüe no se conseguirá sin maestros bilingües aunque sea necesario para conseguirlo un año de prácticas en los países adecuados.
Los seis años del periodo escolar comprenden una etapa básica e integradora. Multiplicar los maestros especialistas en inglés, educación física etc., dispersa y distorsiona. El maestro debe tener capacidad de dar toda la enseñanza básica. A esta edad tener en casa dos o más madres distorsiona. Salvo ayudas especiales el maestro es maestro de todo y en todo.
La administración educativa debe marcar los diversos objetivos y sus etapas: comprensión y expresión del idioma, el lenguaje matemático y su operatividad, el conocimiento del medio físico etc., y controlar sus resultados.
Y los centros escolares y los maestros deben gozar de libertad para asignar cursos, pudiendo el mismo maestro continuar con el curso varios años, poner un maestro por grupo, o poner cada dos grupos dos maestros. Los maestros han de gozar también de libertad de distribución de tareas y horarios pudiendo, por ejemplo, enseñar matemáticas con problemas de física, de geografía y de expresión en inglés y dedicar a ello el tiempo necesario de la jornada escolar o toda ella.
La inspección deberá comprobar los resultados, dialogar con los maestros sobre posibles desviaciones de los objetivos perseguidos y, de persistir estas, hacer introducir cambios y hasta a obligar al reciclaje educativo.
Menos mal que en este periodo no hay una barrera de cierre y fracaso escolar; su educación continuará en la ESO. Siendo esto así habría que hablar de modos de evaluación, pero ya llevamos varios días dialogando sobre el tema escolar y nos cuesta expresarnos de forma breve, clara y sencilla.
No lo conseguimos pero el tema nos gusta, por lo que tal vez otro día...

jueves, 2 de septiembre de 2010

Don Esteban, obispo

Cuando suenan las campanas me alboroto y lanzo un aullido prolongado, interminable. Están tocando a misa y me uno a la llamada para que tanto los habitantes de la casa, como los vecinos, sepan que las puertas de la iglesia están abiertas. Mi dueña suele decir que ya canta el monaguillo.
Requena tiene un gran templo gótico del dieciséis. Yo suelo a veces rodearlo cuando salgo por el pueblo y hasta una vez en que estaban las puertas abiertas me asomé a su interior. Tiene un gran retablo del dieciocho y otro con una escultura de Santa Ana y siete preciosas tablas del siglo de fundación del edificio. Me cuentan que además hay una extraordinaria cruz procesional medieval llevada a varias exposiciones y depositada en el museo diocesano.
Todos los domingos viene un cura, uno es buen amigo mío y suele acercarse a saludarme.
Pues si esto existe en Requena, uno puede imaginarse la riqueza patrimonial de la diócesis palentina.
Como este domingo se ha hecho cargo de la diócesis D. Esteban Escudero, le damos la bienvenida y nos alegramos mucho, pues, según nos cuentan, se le ve contento con su nombramiento y todos suponemos que, con la edad que tiene, no será Palencia un pequeño momento en su carrera eclesiástica ascendente.
D. Esteban ya preside la comunidad católica provincial y además de ser responsable de su gran patrimonio, preside una institución con numerosas personas con dedicación total sacerdotes, religiosos y religiosas. La Iglesia desarrolla una extensa labor en el campo de la educación, de la sanidad, de la atención a los mayores y a los necesitados a través de colegios, residencias, Cáritas, etc.
Numerosas asociaciones e instituciones dependen del obispo y la mayoría de los palentinos se consideran fieles o tienes contacto con la Iglesia con motivo de celebraciones y fiestas como bodas, bautizos, comuniones o defunciones. ¿Qué otra autoridad provincial tiene tantas responsabilidades y con tantos medios?
Pero nuestro obispo sabe muy bien que no es un señor feudal, que su ministerio es un servicio; que el patrimonio de que dispone es una acumulación de arte y de sacrificios de numerosas generaciones por lo que por su origen es un tesoro que pertenece a toda la sociedad palentina y que, estando al cuidado de la Iglesia, supone responsabilidad y gastos más que beneficios; que instituciones y agentes religiosos tienen su propia autonomía y que la labor episcopal es fundamentalmente de animación y de referente de unidad.
Bien sabe nuestro obispo que la sociedad actual, sobre todo la población joven y activa, vive alejada de la práctica religiosa y con frecuencia es muy crítica con la Iglesia y hasta con el mismo hecho religioso.
¿Consistirá su misión apostólica en defender la fuerza de la Iglesia, su visión de la moral y una legislación inspirada en su doctrina, o en el anuncio de la buena nueva, sin imposiciones y en confortar a los creyentes en la fe, en la esperanza y en el amor en una llamada a la renovación continua?
Los cristianos somos hombres como los demás con sus aspiraciones, virtudes, defectos y deficiencias y, sin una renovación continua interior, ¿cómo podemos ser testigos de ese mundo nuevo que es el reino de Dios?
Anuncio y testimonio. Señor obispo bienvenido. Yo me uno al anuncio cuando suenan las campanas y espero que mis socios puedan dar testimonio de aquel en quien creen.