viernes, 17 de febrero de 2017

RISAS FESTIVAS

Hace unos días visitó S. Valentín los rumores enamorados; con él llegaron las risas festivas del abrazo y la ilusión. Intercambio de detalles de amistad, de cariño y ese pedalear acelerado en las bicicletas del corazón.

Saltando los límites de la velocidad afectiva, los sueños románticos empiezan a ser nubes de algodón de colores durante la mañana y al caer la tarde. Pájaros surcando el ancho cielo haciendo filigranas abstractas interpretadas al ritmo de la imaginación de cada uno. Emoción y temor, olas chocando contra los muros de la edad, del espionaje o de la lejanía.

Móvil vibrando en el bolsillo, música avisando. Pantalla mostrando el rostro querido y deseado. Voz entrecortada con pausa de suspiro aproxima la dicha que el Santo regala.

Una vez al año el amor florece en esta onomástica, aunque sea febrero y el frío anide en las calles y paseos. Alamedas desnudas dejan que el aire haga filigranas entre sus ramas. Nidos en potencia se acurrucan en las bifurcaciones de sus brazos. Placer con calor de hogar, de convivencia deseada y cristales de colores.

Canta el sol su canción de luz en la aurora y las estrellas rilan con claridad de luna, sosteniendo el universo celeste del deseo, que multiplican la alegría del ser, encontrado en reciprocidad de sentimientos.

Cupido, como portavoz del cortejo, sonríe al anhelado cruce de miradas y detiene su flecha en el momento justo, llenando de fascinación el espejismo del porvenir. Ensueño revivido en fecha tan señalada, como preludio o con agradecimiento por renacer cada día en el amor, el encuentro permanente de la dicha.

365 días tiene S. Valentín la tarea de hacerse presente en cada pareja. Festejarlo es cosa de dos, aunque las multinacionales señalen un solo día. ¿No os parece?.


jueves, 9 de febrero de 2017

LOS NIÑOS DEL AGUA

Mecidos por las olas, los niños emigrantes duermen y lloran. Una barcaza es su cuna y en los brazos ateridos de sus madres encuentran la razón de seguir viviendo.

Caritas de color moreno, ojos inmensos y sonrisa fácil. La tragedia, su tragedia, se aproxima cuando el mar se embravece, cuando la frágil patera es vapuleada por la furia del viento y de la huida. Calor humano masificado, hermanado en el dolor de la migración.

Sobrevivir es la esperanza de esta aventura familiar, vecinal o de desconocidos. Todos se alejan de su patria rota, del temor de las bombas, de las casa destruidas...

Niños de futuro incierto, son víctimas del desamor de los que gobiernan sus destinos, viniendo a caer en el abismo compasivo de las aguas.

Un mundo nuevo lleva su infancia al paraíso de los peces de colores, al infinito edén de las sirenas y los corales. Niños del agua azulada reflejando el cielo, verde mar alfombrando la frágil embarcación. Bebés desplazados de los brazos maternos son el tul que envuelve a los adultos en su lucha por la libertad. Lágrimas confundidas con la angustia que no alcanza a distinguir al hijo ido de su regazo.

Llegan a la costa y ellos no están, desaliento en la voz, frío en el alma. Caminos de eriales son la desesperación y la incertidumbre. Llegar, llegar a tierra firme es la meta; empezar de nuevo agarrándose a la vida que les queda a los que sobreviven a la virulencia del destino. Mantas y alguna mano tendida son la luz que empiezan a vislumbrar. No, no miran atrás, a la opacidad de la noche, a los kilómetros recorridos, al frío, al hacinamiento carente de intimidad...


Entre muchos algún niño también llega; en el desembarco pasan de brazo en brazo entre asustados y expectantes. Nueva vida. 

Primaveras dormidas entre arrullos del agua.


viernes, 3 de febrero de 2017

AMÉRICA DEL NORTE


Hoy, amigo Chindas, vamos a hablar de un acontecimiento que pone en clave, el equilibrio mundial.

Con el color del fuego, el nuevo Presidente de EE.UU, se asoma al mundo. Su impetuoso carácter, cual emigrante furtivo, le lleva a saltar las vallas de la tolerancia, de los Derechos Humanos y de la libertad, cayendo en la zanja de la injusticia social.

Prepotencia frente a su labor de ser potencia que busca la paz entre las naciones. Acaba de iniciar su mandato sublevando y desequilibrando. El dinero prima para conseguir sus fines. Países con dinero, países amigos.

En aras de la seguridad de sus Estados, proclama barreras, muros que aíslen a los “malos”, que dejen espacios libres para las limusinas. Sin pobreza aparente tener unas ciudades desparasitadas. Su política no parece encaminada a culturizar a las masas, a inculcar valores, a nivelar la economía de los hogares sacando del hedonismo a los ricos de su círculo.

El Tío Sam, vuelve a tener vigencia en aras de la Libertad -de unos pocos- luchando por conseguir beneficios. Hispanos preparando las maletas del exilio si su Banco denota déficit o no son adictos a su simpatía.

Sí, Chindas, el revuelo mundial está siendo abatido por un tornado llamado Trump; arrasa las ilusiones y con su gesto irónico y dictador hace de los proyectos leyes. La luz estadounidense está siendo eclipsada, Europa apenas vislumbra la mano cordial que tendía para deshacer conflictos, para expandir la economía intercambiando industrias.

Lección y análisis del voto ganado sólo por simpatía, espera de prebendas o similares expectativas. Se dice que cada país tenemos a los líderes que merecemos; tal vez es necesario desestabilizar lo estable para volver a los orígenes y renacer limpios y solidarios.

En las luces de neón de Las Vegas, la política del ajuste ciudadano se detiene y entre el sibaritismo y la sensualidad en pro de los beneficios que aporta. Poderoso caballero es don dinero, ahora con título de Presidente de la mayor potencia mundial, hasta que el dragón chino le haga frente.


Soñemos con la paz y que estos adalides de la política nos la hagan posible por muchas generaciones, a pesar de sus ambiciones.