jueves, 28 de enero de 2016

LA ESCAPADA

                   
¡Buenos días Chindas!
        Dentro del enfado que tenemos por tu escapada de ayer noche, no puedo por menos de admirar tu capacidad de sonreír a la vida y adaptarte al día siguiente al encierro. Tu mirada mañanera es un canto al perdón, a la mansedumbre y, con pícara expresión, rabeas afectuosamente.
         Chindas, sin que tú lo sepas todo tu comportamiento canino es una lección a pie de calle. Los humanos también tenemos esa necesidad de salir de la rutina, creo que como todos los seres vivos, pero no tenemos la valentía de hacer frente al día siguiente si eso supone una pérdida de libertad. Las ideas que conllevan a sobrevolar los límites del horizonte marcado tienen el riesgo de la penalización social o religiosa.
      En tus correrías nocturnas te ha acompañado la luna dando brillo a tus ojos; juntos contemplasteis las bodegas de la Mota y para ti el subir o bajar por sus lomos estoy segura que llenaba de placer tus patas. Las calles eran libres, sin pisadas hirientes, siendo su soledad parte de tu paraíso conseguido. Un perro atado o recluido en un corral ladraba envidiando tu suerte.

         Respirando hondo llega a tu olfato el placer de obrar al albedrío; sin ataduras oteas el rellano donde un gato se agazapa y corres tras él; la noche te vigila y una armónica suena junto a la ventana de cristales color ámbar.

    Sin subterfugios tiras de la correa y en aras de tu instinto obtienes el privilegio de soltarte. Parodiando tu habilidad en gastar bromas de este tipo a tu amo sin causar mal a nadie, bien estaría que nos dieses unas lecciones de cómo volver a la normalidad tras el desajuste político. Desequilibrados estamos, en nuestro caso con rémoras que tachan de negro todo tipo de iniciativa.
         Idas y venidas las tuyas que desconciertan. Hoy has vuelto a desaparecer tras las lomas, tal vez un ciervo te invitó a seguirlo y caíste en algún cepo. La noche se torna  tu aliada pero… deja intranquila la espera.


              Perro de ardides infinitas, corazón alegre y mansedumbre en el retorno, ven, siente mi mano sobre tu lomo y deja que mis caricias afiancen nuestra amistad.

jueves, 21 de enero de 2016

EL GALGO

Querido Chindas:
           Ha aparecido en el pueblo un congénere tuyo, pero en galgo, abandonado a su suerte por algún cazador furtivo o con mala baba. El pobre está famélico, no sabemos cuántos días ha quemado el hambre su cuerpo dejando su bondad al descubierto. Su mirada es una súplica y su caminar es una aproximación al afecto. No teme, sólo espera una mano amable que le de alimento.
           Sin duda Galgo (desconocemos el nombre que le dio su amo cuando era cachorro) dejó de ser útil aún siendo joven y quedó olvidado en estas llanuras de Castilla. Su figura esbelta y frágil, de color atigrado, habla de carreras, de patas pisando al viento los talones de la prisa y el premio, liebre asustada y juguetona zigzagueando el horizonte buscando el escondite perfecto. Jadeos, esfuerzo y ¡al fin! pieza lograda para el amo. Elegante empuje de libertad, fuerza y belleza parangonando los amores del aire y la naturaleza.
         Junto a una tenada vacía su soledad se hizo presencia y Mari Paz, amante de los animales, sintió el dolor herido del perro visitante. Dócil y triste siguió su llamada, él tan veloz, se amilanó caminando despacio, buscando protección y cariño.
       Larga espera la de la noche sin sueño, paisaje de cuatro paredes, ojos muy abiertos intentando que la luna no creciera a sus espaldas y le llevase dolorido al infinito cielo perruno. Amanece con vida, ¡qué éxito! y un hálito de esperanza le remueve. La Protectora está en camino, un nuevo hogar aparece en lontananza y, sí Chindas, Galgo volverá a su deporte favorito, correr y correr, no en vano es un atleta reconocido y alguna vez a su mente vendrán estos dos días en la localidad del silencio con alma donde se le ha dado cobijo y afecto.
            
           Junco del arroyo es tu imagen, torbellino son tus patas, tu cabeza pincel de Velázquez y todo tú arpegios en los páramos. 
           
Por todo ello, mereces seguir viviendo ¿Opinas igual que yo, amigo mío?¡Hasta la próxima semana!

jueves, 14 de enero de 2016

VIENTO HURACANADO

     Querido Chindas:
     Aún resuenan en mis oídos los aullidos que emitías la otra noche por temor al vendaval de viento y lluvia que azotaba al pueblo entero y más lejos. Los árboles del patio temblaban ante el peligro de ser desgajados o arrancados de cuajo. El sueño del descanso se sintió amenazado como topillo perseguido por ti. Eolo, vestido de guerrero, luchaba enfático remedando a Don Quijote en su lucha con los molinos. Derribar la placidez dejando latidos colgados en la imaginación de cada vecino era sin duda el objetivo de este viento huracanado. Las calles, temerosas de sufrir la descarga de su rugiente furia, rompieron a llorar dejando a oscuras la vida de las luminarias.
            Señalando el reloj de la torre algo más de la media noche, el cielo se vio envuelto con una capa raída de paño añejo y deslucido que dejaba entrever la mala saña de la que estaba hecha. Nada importaron los ruegos de las estrellas y las aves nocturnas para amainar su decisión de sobrevolar el espacio henchido de dominación y prepotencia. Nada cambió al oír cómo se rompía el futuro de los niños, el dolor empírico de los ancianos que presagiaban tormenta; él, el viento, luchó hasta conseguir su objetivo levantando montañas donde sólo había colinas y fronteras en los pasos libres de la unidad.
            Fíjate Chindas qué mensaje más desagradable y turbio vivimos en esos largos minutos de desatino e incongruencia. El sentir de muchos ha sido aniquilado por el "dictador" de turno que ha ganado voluntades a base de promesas ficticias y romances monetarios. España, amigo mío, amanece tras ese episodio de aire enojado y enojoso, con la herida abierta de una posible amputación, anunciada y exigida. Mucha sabiduría y paciencia será necesaria para volver a la normalidad, para que los crímenes ideológicos encuentren el rechazo de la mayoría pacífica y de nuevo el alba recree nuestros ojos libres de legañas.

            Con la ilusión de que mis cartas serenen tus dudas y temores, por esta semana nada más. Que la luna que empieza a crecer pacifique tu sueño e ilumine tus deseos como los míos hasta gozar de su plenitud.

jueves, 7 de enero de 2016

REYES MAGOS

     Querido Chindas:
     Ya pasó la noche mágica y con ella, decepcionados o contentos, volvemos a la realidad. Días de frío borran las pisadas de la cabalgata y abrigos y bufandas se ajustan a nuestro cuerpo. 
     Amigos de trapo siempre fieles. Arrullos que calientan y aceptan el desdén del rincón cuando no son necesarios; sonríen cuando son de nuevo requeridos y abrigan con amoroso cariño, la satisfacción de ser útiles.
    ¡Cuántas cosas nos rodean sin que valoremos su proximidad!...
    Sabes Chindas que los Reyes Magos de Oriente son los paladines de la infancia, los entrañables dadores de deseos hechos juguetes en sus manos, de sonrisas y miradas de esperanza, con algún caramelo caído al lado, incluso golpeando el gorro de su inocente cabeza, pero siempre dulce y emocionante. Ellos albergan la ilusión del despertar gozoso, los nervios que mueven las manos rompiendo envoltorios de sorpresa y a la par, la familia remusguea la dicha del placer conseguido. Unidad y latidos se abrazan en sentimientos de paz y la sonrisa aflora dejando en el ambiente el aroma del hogar.
         En la semblanza nacional, en el mundo de los mayores, las cosas caminan no sé si a cuatro patas o sobre ruedas, pero la incertidumbre decapita la armonía. Sueños de bienaventuranza quedan anclados en el horizonte fronterizo entre la cordura y la cultura del bien común. Se desboca el lider catalanista arrasando vallas, pisoteando la hierba patria que adornó parques y jardines dando placer a generaciones y generaciones, sólo en beneficio propio. Cegados quedan los que sirven de arreos y siguen la misma ruta y sólo un abismo o muro les mostrará el error de la falsa libertad.
       A la sencillez señalada de los hogares que celebran "el regalo" de los monarcas del belén a los niños, dando paz y confianza al día a día, se adosa en un costado del mapa esta pretendida desunión, falacia a todas luces para los débiles que se dejan dominar o a los miopes ciudadanos que el horizonte pintado con tizas de colores les sugiere perpetuidad de poder y gloria. Año Nuevo, relato de unidad frente al despotismo de hermanos "mayores" que pretenden dilapidar la herencia de todos para eludir la justicia por sus fallos.
      Bien, Chindas, como ves a una noche especial le siguen muchas más teñidas de nubarrones y cuarto menguante de la luna, en el mejor de los casos. Confiamos una vez más que tras el festivo periodo vacacional pongan sensatez a los aconteceres que se aproximan y los hilos que mueven las marionetas se suelten por el uso inadecuado que reciben.
        
       Ríe el niño con la ilusión entre las manos/ su futuro es nuestro equilibrio, el abrazo que aparta los temores, la generosidad de compartir con él lo que con el esfuerzo en la casa entra. Compartir, he ahí la política para ser feliz. También a nivel nacional, sin más magia que, insisto, el bien común.

            
        Hasta la próxima semana, mi buen amigo.

viernes, 1 de enero de 2016

GARGANTILLAS DE COLORES

          Termina el año, amigo Chindas, y el collar de los días es desengarzado quedando las gargantillas desparramadas. Cada una tenía un color que estimulaba y embellecía a la de al lado; aquellas de tono oscuro, aparentemente menos llamativas, daban un toque de distinción en momentos especiales, como el dolor que unido a la esperanza remonta el vuelo plagiando al Ave Fénix. Joya es la vida, cadena que se prolonga desde la amanecida hasta el ocaso. Orto de auroras boreales en la familia que cada año contempla cómo el sol va declinando su recorrido hasta dormir en el atardecer.
            2015 se va de nuestro lado, cubierto con la capa raída de los acontecimientos colectivos que marcaron sus vivencias, dejando al invierno como poseedor de las ilusiones que dormitan en los copos blancos del porvenir. Sí, Chindas, las uvas de la suerte no faltarán en la mesa alegre y festiva de la Nochevieja, quizás sea también un signo de esos deseos que no llegó a concedernos el calendario en sus doce meses.
            Gargantillas almibaradas con sonidos paladeadas, anhelos silenciosos que con ellas se pronuncian hacia adentro. Brillo en los ojos y prisa en las manos por depositar en la boca el horizonte del cumplimiento.
            Pasos lentos los nuestros finalizando los números anuales que corren cada vez más, mes a mes, sin que podamos seguir su peculiar carrera hacia el infinito. Sin parada alguna aparecerá, a la vista de todos, en el reloj de la Puerta del sol de Madrid, un 2016 en actitud señorial y dominante. Plebeyos nosotros, miraremos con cierta emoción su brillante aparición. Abrazos, cohetes, risas y bebidas se entremezclarán con muchas etnias y los nacionales seremos uno con la humanidad común.
            Atrás quedan los avatares con su crepúsculo y la tierra parece sonreír a cada pisada tambaleante de la noche. Estrenaremos proyectos y con ellos el alma se llenará de inquietud y estímulo. Las barcazas se mantendrán seguras en las olas porque su zarandeo será amable permitiendo arribar en la paz que acoge y viste de solidaridad.

            Mi próxima carta, Chindas, tendrá el color de lo nuevo y, espero, que la sigas recibiendo con tanta ilusión como yo te la escribo. Mis deseos siguen siendo como un abrazo que anonada y enternece, como unas gotas de rocío en primavera, como los primeros copos del invierno o como el devenir de las aguas cristalinas que en el arroyo se bañan entre murmullos.