jueves, 26 de marzo de 2015

SOÑAR...

         
Chindas en el año 2010
Soñar..., parpadeo de ilusiones por llegar/ horizontes níveos que calzan la dicha/ rilando luces de esperanza./ Sueños... alas mecidas por el viento en aras de la libertad gozosa de vivir.
           Soñar... dibujo naif de la meseta en que vivimos por aquí,/ riachuelos transportando briznas de montañas norteñas. Cortina al viento deteniendo la luz de la ventana y, a la vez, dándola paso.
         Amigo Chindas, ayer cumpliste cinco años, dejaste atrás al cachorro juguetón, pero sigues siendo tan fiel como el primer día aunque obedecer te cuesta mucho. Recorriendo tu corral cientos de veces, tal vez sueñas con alcanzar la independencia de tus actos pese a quienes pese y correr por el campo intentando dar alcance a las liebres o conejos. Soñar otras situaciones es afán mundial de los seres vivos pero... la realidad se impone y es difícil dar a la caza alcance, en frase de S. Juan de la Cruz, aunque él sí pudo darle.
            Los momentos patrios que envuelven nuestros horizontes actuales se asemejan a esas briznas que señalamos arriba. En el agua cristalina de las ilusiones se adentran los perplejos entresijos de las segundas intenciones no visibles por la fuerza de la corriente que avanza dejando ver sólo su belleza inmediata. Cortina de partidos partiendo partidos, afán de protagonismo en el aire: los hechos ya hablarán sin remedio a partir de esa elección. Alcanzar objetivos de bienestar con modestia y buena fe es soñar con el equilibrio del funambulista sobre la cuerda tensa de la sociedad.
            Días optimistas de algún grupo que en el sur asentó su esperanza; alas que traspasar quieren el horizonte sin fronteras de autonomías y principios. Armazón de duermevela de otros que orean los pros y los contras de los colores cortando el paso a la luz y a la sensatez del juicio crítico personal. Sí Chindas, el mundo humano se mueve como el junco, por ráfagas de viento, pero éste no logra  hacerle salir de su blando lecho. Sólo cuando pasa a su lado susurrando frases de proximidad es escuchado con atención y permite que su polen se adhiera a su grupa y forme parte del entorno propuesto.

            Vamos a esperar que la primavera funda la nieve y los lares, como los campos, reaviven llenos de aroma cálida y sosegada. Es hora de abrir ventanas y balcones a la esperanza. Trinos con revoloteo en el cielo, enmarcan el futuro del acierto y la concordia. Soñar soñando con los sueños

jueves, 19 de marzo de 2015

La Prensa

           
          Cayó en mis manos el periódico de ayer/ placer a todas luces sostener sus hojas/ palpar la textura libre de pensamientos varios./ Noticias de futuras redenciones según el hambre que se tenga de equilibrio y bonanza, llegará a cada casa con las siglas más o menos deseadas.
            Prensa, aliciente que aparca la soledad de estos lares/ para hacernos partícipes del mundo en que vivimos. Ojos ávidos del encuentro con las letras de molde/, reflexiones como lunas reflejadas en el río de la mente/ comunicación en un tú a tú entre el autor y el lector/ sin conocerse siquiera.
            Periodista que escudriña la noticia, la amamanta y luego deja volar como ave precursora del impacto, la paz o el sosiego. Con ella va el mensaje entintado del día y revoloteando torna a la mesa del escritorio. Paso a otra página y nuevos mundos aparecen, palabras que sobreviven al desmán de la violencia, aquí o allá, el lugar siempre es el mismo, tierra de seres humanos enfrentados, donde el amanecer está amordazado y su ocaso aparece en un pie de foto.
            Palabras escritas en la prensa, locuaz puesta en escena del teatro de la vida. Noticias de la provincia, de la autonomía, nacionales..., deportes y anuncios; abanico informativo que deja entrever una sonrisa a veces, cual sainete, o llena de inquietud el panorama sin aplausos del final.
            Fotografías que acercan y comparten, fotos que nacen blancas como la nieve que acogen, imágenes de horizontes que hieren o esas otras que vender quieren la máquina, el producto que acelera los jugos gástricos y las más simpáticas que hablan de fiesta y convivencia. Tener la prensa entre las manos es un lujo sencillo y entrañable. Los avances ponen en pantallas chiquitas ese cúmulo de información y no está demás leer en ellas pero, donde esté el papel... captando ese sabor a cercanía, esa degustación que permite paladear el teclado recogido del profesional que aúna mente y manos para acercarse en silencio a las nuestras, es deleitarse por el paraíso. Si la belleza de las flores y la fauna se entrelaza, cae a nuestro lado regocijando la existencia, tal es el sentimiento "romántico" de tener en posesión el diario escrito en papel.
            Chindas, tú desconoces este placer porque eres analfabeto en estas lides, pero compartirás conmigo que el bello arte de escribir para dar saber a los humanos es algo maravilloso. En la última página de "El Norte de Castilla" noto la falta de un amigo de inteligencia preclara que cada día nos regalaba su columna: Manuel Alcántara. Son tantos sus escritos que bien podía el director de tal medio, regalarnos a los lectores algún extracto pequeñito, frases célebres de él y no dejar que esta prensa pierda una de sus mejores colaboraciones.
            Cae la tarde y hoy mis manos lamentan el vacío de la noticia, los pueblos pequeños soñamos con llenar los ojos y el tacto del gramaje que sostenemos en la lectura, pero aquí no llega. Manjar reservado y deseado, plenitud del día a día abrazando a la humanidad.

Nota del "editor digital".- Después de recibir el artículo de esta semana de Chindasvinto, ayer reapareció en El Norte de Castilla el admirado Manuel Alcántara, con su columna "Arte de discutir". Supongo que Chindas estará encantado.



jueves, 12 de marzo de 2015

TULIPANES

      Chindas, mira los tulipanes, apenas despuntan; tímidamente asoman sobre la tierra del parterre, su belleza está cerca y llegará para poseernos.
         Húmeda está la esperanza alimentada por los rayos matutinos del sol, éste deposita en ella su primer beso y estimula a crecer. A su lado, los pensamientos de colores violeta y amarillo, balbucean palabras amigas. Los narcisos observan esa primavera que se anuncia desafiando el frío de marzo, la lluvia y la tristeza.
            Esa verde alfombra que el cielo pisa, ya decora su capa con margaritas. Tacto de enamorado   intentando conocer su dicha arrancando uno a uno los pétalos: "me quiere... no me quiere", dulce respuesta la esperada.
            Dos palomas torcaces, habituales visitantes del patio-jardín, atentas escuchan el crecer de las plantas. Mi mano acaricia tu lomo y siento que es refrigerio para tus sentidos, jadeas y la lengua sale de tus fauces rosada y alegre.
            Contigo ¡oh tulipán naciente! mi vida se me antoja primeriza. Mis manos atrapar quieren el aire y asir al sol para que no se escape. En el silencio de la tarde cuando los pájaros ni pían ni trinan, noto tu aliento sobre mis mejillas renaciendo así el grito interior de ser amada.
            Silencio de soledad en las tapias de adobe envejecidas, con las tejas grisáceas por la humedad y el tiempo, anochecen en pleno día al mirar tu resurgir de planta viva y su ocaso inservible lleno de recuerdos. Una cigüeña cruza nuestro espacio azulado y claro haciendo sonar sus alas. En el pico lleva una rama o palo, no lo distingo bien, para seguir reparando su nido, que en sus meses de ausencia se ha deteriorado.
            Chindas, tenemos que separarnos, quédate un rato más si quieres, tumbado al lado del parterre contemplando lo que será en conjunto el jardín que intuyes, e intenta descifrar el lenguaje  de las flores que se señorearán en él. Yo me adentro en la cálida estancia de la casa para enviar este momento nuestro, o tal vez no es tal sino simplemente un sueño.

jueves, 5 de marzo de 2015

SARDINA A LA PIROTECNIA


Un año más, Marcilla de Campos despide el carnaval con el entierro de la sardina. Los ojos vivarachos y frescos de la sardina nos miran con inquietante actitud. Sus escamas policromadas en la cabeza y agallas y el sombrero de copa, nos hablan de fiesta, de alegría, de convivencia con vecinos y allegados venidos de Palencia, Santander y del pueblo más próximo, Requena. Las escamas plateadas del cuerpo hacen guiños a la luz de las farolas.
Saludos mezclados de besos y apretones de manos, música celestial en el corazón, La Asociación de Santa María de la Cabeza, juvenil presidenta de los actos, miraba a través de esta falla, ese corro de manos entrelazadas y pies en movimiento. El tocadiscos pone sus notas al servicio de los oídos cantarines. Del lejano oeste, unas cuantas indias apaches, luciendo sus mejores galas, se unen a payasos de pelucas llamativas que se esforzan en animar el ambiente. Disfraces de creativa hechura y colorido van poniendo su nota de humor y algazara.
Sola y algo triste, la sardina descansa sobre un armazón, mira uno a uno a los asistentes, hablar quiere pero no puede, y con su mirada transparente nos dice su adiós con mensaje. Se avecinan días de reflexión y austeridad en el lenguaje cristiano, llevándose ella lo profano del desenfreno y el vicio. Símbolo a pie de calle que une y separa actitudes.
Pueblos que se niegan a desaparecer, semillas que florecen cada primavera, actividades sociales que agrupan la esperanza y dejan en herencia la unidad y la alegría.
Sabor de amistad conseguida a base de compartir solidaridad, entusiasmo, recreo y, en contra, oposición al carnaval que termina con esta fiesta una vez prendida la pira, no enterrada, explosiona y los aplausos la acompañan. Con algazara se comparte mesa y mantel. Ayuntamiento responsable apoyando a la Asociación. ¡Enhorabuena! por esta gestión comunitaria.
En la calle aún lucen las llamas, dando sus últimos suspiros sobre la espina metálica de la sardina, haciendo de su final un baile de tonalidades grises, negras y rojizas. En el aire flotan las pavesas esparciendo su débil alma por la plaza. La noche poco a poco va envolviendo las calles de silencio y calma.
Los coches empiezan a rugir en señal de despedida; los foráneos regresamos a nuestros lares con el paladar lleno de afecto. Marcilla, núcleo de brazos abiertos, ejemplo rural de solidaridad y concordia. Gracias.