viernes, 31 de diciembre de 2010

Año viejo, año nuevo

Por fin, ya los días han comenzado a no acortarse. En las excursiones con mi socio, siempre vespertinas, la obscuridad nos caía cada vez más temprana y parecía que la noche acabaría engulléndose al día, pero ya podemos decir que el día le va comiendo la partida. Hay esperanza.

Esto, aunque con algo de retraso, es lo que vamos a celebrar en el año nuevo.
Hay finales que no implican ningún comienzo, como la cárcel con la pérdida de libertad, el paro con la pérdida del trabajo o la muerte con la pérdida de la vida. Estos finales no admiten festejos. Sí los comienzos como aprobar una oposición, inaugurar una casa o un nacimiento. Hay acontecimientos que son final de algo y comienzo esperanzado de otra cosa como el final de los estudios, la despedida de soltero o el final de año. Una etapa ha pasado con sus trabajos y conquistas, con sus alegrías y sinsabores, con sus límites, y la celebración es explosiva, ruidosa y hasta desmadrada, lo pide el haber superado los límites en que estábamos y el deseo de ahogar la añoranza de las buenas cosas y ratos pasados.
Acaba el 2010 y comienza el 2011. A festejarlo. Ha sido un año difícil y lo hemos superado. Comienza otro año para la esperanza.
Confiamos en que la crisis ha tocado fondo aunque aún las tinieblas del paro, de la contracción económica y los sacrificios, estén presentes, las horas de luz se alargarán.
Pero no podemos abandonarnos a un ciego destino ni atribuir males y remedios a fuerzas externas como el gobierno, los banqueros, o los empresarios.
La economía es una organización humana en que todos participamos con diferentes papeles y responsabilidades. Nuestra es la crisis y nuestra la salida.
No hicimos bien la obra de teatro. Director, protagonistas, secundarios y comparsas la marramos y el espectáculo se nos fue de las manos. Pues a remediarlo y ha de ser una obra colectiva. Si sacrificamos a secundarios y comparsas con miles de ensayos, si los protagonistas la pifian, menuda función. Con buenos protagonistas, sin dirección y secundarios fracaso seguro. Así que manos a la obra.
Que hay que sacrificarse, ¡a sacrificarse todos!, comenzando por director y protagonistas.
Que hay que reducir los ingresos, ¡reducción para todos!, comenzando por gobernantes y empresarios, y nos referimos a las personas no al gobierno que puede recaudar más para incentivar más la economía, ni a las empresas para que inviertan más y incrementen producción y empleo.
Que hay que calcular las pensiones en función de año trabajado, ¡que se aplique también a políticos y directivos! Fuera jubilaciones especiales para políticos, ni contratos blindados y jubilaciones de rey Midas para directivos.
Existen dos discursos, uno el de los de arriba que nos dice que son necesarios sacrificios pues si no, no saldremos de la crisis y todos saldremos perdiendo; otro el de los de abajo que pone unos límites a lo que no se puede renunciar como el nivel del salario, el mantenimiento de las pensiones y la edad de la jubilación.
Ambos pueden tener razón, pero chirrían. Es necesario el discurso integrado. Si es necesario reducir la masa salarial con despidos y contención de salarios, pues en la misma proporción la masa de los emolumentos de directivos y dirigentes gubernamentales por reducción de puestos y retribuciones. Y cuando salgamos de la crisis todos hemos de salir a una, en empleo, y retribuciones.
Todo esto es básico y se llama equidad, pero no alcanza. Se requiere también ilusión, iniciativa e imaginación para autoemplearse, para prepararse para un trabajo necesario, para crear y ampliar negocios, actividad, empleo y a esto se llama laboriosidad.
Y saber que unidos es más fácil, más humano y a esto se llama solidaridad.

Año viejo que se acaba y año nuevo a inaugurar. A festejarlo. Y desde el 2 de enero del 2011 manos, inteligencia y corazón y
¡a superar la crisis!

jueves, 23 de diciembre de 2010

Iglesia laica y comunera

Cuando volvemos de nuestro paseo, antes de entrar en el corral, me gusta, para desesperación de mi socio, dar una vuelta por las calles ya que siempre surge alguna novedad. Aunque en el pueblo por estas fechas invernales no residan más de una docena de personas, también él se adorna con motivos navideños: un gran panel del nacimiento en la pared de la iglesia y casas engalanadas con estrellas, árboles y lucecitas multicolores. Todo obra de los vecinos y visitantes sin costes para el ayuntamiento.


Fuera de ámbitos como este, sencillos, la navidad es una explosión de adornos, de música, de color, de luces; un derroche de regalos, de comidas, de espectáculos; una oferta portentosa de artículos en tiendas y en grandes almacenes. Toda la parafernalia navideña, y, aunque para algunos bajo ella aún palpita la celebración religiosa, para muchos la navidad es solo eso.
Es la condición humana. Una boda, un cumpleaños, un fin de carrera se miden más por el jolgorio que les acompaña que por el acontecimiento en sí.
Aquí tenemos a nuestra Iglesia, que se llama jerárquica a sí misma, es decir gobernada por los consagrados, por los que han recibido la consagración sacerdotal. Este orden sacerdotal aparece como un grupo diferenciado, como los tres estamentos medievales, con diferentes funciones y derechos. En la Iglesia serían dos grupos, el clero y los laicos.
Esta casta sacerdotal sí existía en la tradición judía, perteneciente a una determinada familia dentro de una tribu y consagrada al servicio del templo
Nada más lejos de los Evangelios. Jesús predica a todas las gentes y elige a sus discípulos entre la gente sencilla del pueblo. Sus seguidores forman el pueblo de Dios, la Asamblea Santa, es decir la Iglesia, y no se requieren templos, pues donde están dos o más reunidos en su nombre, allí está Él en medio de ellos. Al descampado, debajo de un árbol, una casa o una sala, pueden ser el lugar de la asamblea. El edificio, si existe, no es más que la casa del pueblo de Dios, pues Él no necesita casa.
En el nuevo testamento, solo Cristo aparece como sacerdote, pontífice o puente entre Dios y los hombres y los bautizados en Él, el común de los fieles, participan del único sacerdocio de Cristo.
Por eso se puede afirmar que el pueblo que forma la Iglesia la hace laica y comunera, como es apostólica, porque eligió entre sus discípulos a los apóstoles, y les mandó anunciar la buena nueva del Reino y a ser testigos de su muerte y resurrección, bautizando a los que cambiando de forma de pensar creyesen, confortando a los hermanos, perdonando los pecados y celebrando la eucaristía.
Hechos y Cartas de los Apóstoles nos muestran como estos eligieron a obispos o vigilantes de comunidades que mantuviesen y continuasen su misión. Los ancianos o presbíteros participaron en esas tareas apostólicas y delegaron en los diáconos las tareas materiales de atención a las necesidades de las comunidades.
La forma que tenían estos discípulos para dedicarse a estas tareas apostólicas era la de su selección, la imposición de las manos y el envío a la misión encomendada. Parece que no hay ninguna unción para ungirlos como personas sagradas. ¿Qué más sagrado que haber sido incorporado a Cristo por el bautismo?

La Iglesia es pues laica, comunera y apostólica.

Jerarquías consagradas, templos, altares, vestimentas y ornamentos, artículos litúrgicos, rituales, consagraciones y ceremonias no son más que parafernalia de nuestro cristianismo, a veces muy bella y que pueden ayudar a las vivencias de la fe de forma positiva, otras la distraen y cuando esta parafernalia se convierte en el fin, en el objetivo, nos pasa como con la parafernalia navideña por la que la navidad deja de ser una celebración cristiana, se hace mundana. Puede que hayamos creado una religión a la medida del hecho mundano, olvidando la radicalidad del anuncio de la buena nueva.

Con todo, desde Requena nos unimos a la parafernalia de las felicitaciones navideñas:

¡Feliz navidad!

jueves, 16 de diciembre de 2010

La economía del conocimiento privatizada

Subiendo el ribazo de los campos del Rosillo contemplamos el paisaje de Requena. Es un paisaje humanizado, tierras cultivadas, el Canal de Castilla, la carretera, los caminos, el pueblo.

En su sencillez se nos manifiestan los dos grandes principios de la economía, los recursos naturales de la tierra, el agua, el sol, los seres vivos y la labor inteligente del hombre que no se reduce a tomar lo que la naturaleza le ofrece sino que la ayuda, la transforma.
Como la transforma se la apropia no conformándose con el fruto, al menos algunos se hacen con la propiedad de la tierra.
Han comenzado las organizaciones económicas que casi siempre degeneran rápidamente en sistemas de reparto entre los poderosos y sometimiento de los débiles: señores y siervos.
Sigue avanzando la actividad transformadora del hombre. Se desarrollan nuevos productos y se incrementan los instrumentos de producción, las máquinas. Más importante que poseer la tierra es poseer las máquinas, las fábricas, los medios de transporte y de servicios. Un pequeño grupo lo consigue quedando la mayoría explotada: burguesía y proletariado.
Como es conveniente juntar recursos aparecen el dinero, los títulos de partes de la propiedad, como las acciones y los poderosos que los controlan, banqueros, agentes de bolsa y financieros que manejan el cotarro en su provecho a despecho de la masa de ahorradores y consumidores: dueños de los mercados y marcados por los mercados.
La realidad no es tan simple. La inteligencia y la equidad también avanzan aunque no sea más que por los tortazos que lo obtuso e injusto dan a todos aún a los poderosos y así desaparece la servidumbre, después las leyes laborales, las antimonopolios, los impuestos crean las clases medias e intentan el estado de bienestar. Seguro que, tras esta crisis, por ella o por los desastres que están por venir también los muy poderosos superagentes de los mercados financieros habrán de claudicar y serán regulados y domados.
Pero ¡la que nos espera! Los poderosos se apropiaron primero de la tierra, después del fruto del trabajo, de las máquinas; hoy juegan con productos que son pura simbología formal de posesión como el dinero, participaciones, acciones, futuros.
Dicen que estamos entrando en la economía del conocimiento aunque es evidente que ésta comenzó con las primeras actividades humanas, por eso hoy estamos donde estamos, pero no es menos cierto que el conocimiento se ha elevado de forma exponencial y se han desarrollado máquinas capaces de almacenar los conocimientos, hacer cálculos sobre ellos, relacionarlos unos con otros, agruparlos y comunicarlos en un grado y a tal velocidad que en este proceso la inteligencia humana ha sido desbordada.
Nos queda la intencionalidad y la creatividad.
Y hasta ahora se había producido la apropiación de los recursos y de los frutos de la inteligencia aplicados a la producción, la tecnología, parece que ha llegado la hora de apropiarse el conocimiento en sí, la ciencia.
Sin los espectaculares instrumentos al servicio de la investigación se hace difícil avanzar al ritmo actual y estos recursos están privatizados y es posible contratar la producción de ciencia como se contrata la producción de automóviles. Y esa ciencia producida en el laboratorio y con el tiempo en la universidad será de la empresa, no de la comunidad científica.

Descendiendo la cuesta del Rosillo en que todo parece fácil y sencillo, mi socio y yo estamos asombrados por las capacidades prodigiosas de la inteligencia, por la complejidad extrema de los comportamientos económicos, por las barbaridades e injusticias que pueden cometerse y por la difícil y costosa rectificación que sí suele producirse.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Evaluación ilusionante

Ha nevado. Es la primera vez que experimento este fenómeno. Primera excursión con nieve. Salimos por la carretera de Marcilla. Está despejada y sin un solo vehículo. Mi socio advierte que no salgo de la carretera y pronto la abandona cogiendo el camino de la Mochuela que está nevado. Le acompaño, de momento a su lado, pero poco a poco tomo confianza, husmeo en sus márgenes, penetro en los campos, recorro el entorno. Es estupendo. Un milano vuela majestuosamente a poca altura sobre nuestras cabezas. Me he alejado de mi socio y descubro una bandada de pájaros que reposa en el la nieve. Emprendo frenética carrera. Aturdidos y con los músculos ateridos apenas elevan el vuelo, van y tornan, posándose a veces. Me he quedado sentado, observando cómo pasan repetidamente ante mis narices. Mi socio ha dado la vuelta, retorna al pueblo. Con largas zancadas me pongo a su lado. Evaluamos los nuevos aprendizajes. Estamos satisfechos. Me acaricia. Es ilusionante.


Son estas las fechas de la primera evaluación del curso. Es un trámite necesario y formalizado. ¿Carga para los maestros? ¿penosas y temidas pruebas para los niños? ¿desasosiego para los padres?

Educación infantil: los chiquillos están felices con cada nueva palabra, dibujo o descubrimiento. Los padres babean con los trabajos de sus hijos y las estimulantes observaciones de la señorita. Las maestras sonríen satisfechas; sus niños descubren, experimentan, avanzan. Niños, padres y maestros ven la evaluación estimulante, ilusionante., ¿por qué no ha de ser así en toda la etapa escolar?

El maestro anarquista ha de gozar de espontaneidad, iniciativa y autonomía en tiempos , métodos y programaciones para alcanzar los objetivos que le pide la sociedad.

Dispuesta así la labor educativa, la evaluación de la misma será espontánea, estimulante, dinámica. Maestros, niños y padres constatarán avances, dificultades, conquistas, limitaciones y posibilidades.

Con mi socio repasamos la labor del maestro que pudo ser y no fue. Una escuela donde hasta la expresión fracaso escolar desaparecería por desuso. Donde no habría ni exámenes ni pruebas. El objetivo de la educación no sería superar un determinado nivel sino en el despertar de las posibilidades de auto desarrollo del niño. Sí que habría experimentos, lecturas, expresión oral y escrita, ejercicios de cálculo y de memoria, resolución de problemas y descubrimiento de estructuras lógicas. Cosas como estas representan la actividad escolar, que es lo que hay que evaluar ya que se evalúa la actividad escolar no el nivel de conocimientos.

En las empresas diríamos que no se evalúa el nivel que alcanza la producción sino los resultados en relación con el capital empleado Y puede estar mejor evaluada una pequeña empresa con una reducida producción que otra grande con un nivel de producción muy superior. El escolar es el niño y sus circunstancias, como diría Ortega, y el desarrollo posible y concreto del mismo es lo que se evalúa.

Como maestro anarquista debería haber desterrado el 0, el 1, el 2, el 3, el 4, y hasta el 5. Todo avance es positivo, ¿qué menos que un 6? Debí dejar alrededor del 8 para el avance en que se puso más ilusión y dedicación. El 10 supondría la utopía, el horizonte al que no se llega....Tal vez lo debería haber dado al final de una etapa, como la culminación de un sueño. Pero más importante que los números debería haber sido la palabra que expresa lo alcanzado, las pequeñas y grandes dificultades, las esperanzas.

Y es que más allá de las normas y reglamentos la educación y su evaluación en que intervienen niños maestros y padres ha de ser positiva, ilusionante.

La verdad es que mi socio es un tanto lento si ha tenido que esperar a jubilarse después de más de cuatro décadas en la enseñanza para pensar así.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Perversión económica

Nota.- La presente entrada debería haberse publicado el jueves día 2 de diciembre pero, por motivos técnicos, logísticos y meteorológicos imputables al gestor del blog, ha sido imposible hacerlo. Chindasvinto cumplió como cada jueves y por lo tanto él no tiene ninguna responsabilidad en el retraso. Es un perro muy cumplidor. Pedimos perdón a nuestros seguidores. 
Canal de Castilla Acueducto de Valdelgara

El pasado viernes, 26 de noviembre, mis socios fueron en coche a Valdelgara. Yo les seguí corriendo. En el camino hay varios hermosos charcos, y pasado el segundo, los viajeros bajaron del coche y observaron, a un centenar de metros, cinco animales en un campo de siembra directa. Eran rebecos, bichos desconocidos para mí, nunca los había olfateado y ni se me ocurrió perseguirlos. Poco a poco se alejaron. Nosotros continuamos a nuestro destino.
Los rebecos en Tierra de Campos representan una muy bella perversión en el paisaje agrícola. ¿Qué hacen estos cérvidos de montaña aquí? Sin refugios, expuestos a los peligros de las carreteras y de hombres impulsivos, cazadores o no, que conociendo lo extraño de la situación querrán hacerse con alguno sin temor a vigilancia.

Pero hay otras perversiones diferentes y más dañinas. Perversión: a través de ciertos mecanismos algo se ha orientado en direción opuesta a lo adecuado. Esto es lo que pasa con la perversión económica.
En teoría la organización económica se orienta a buscar eficazmente la producción y el reparto de los bienes y servicios que necesitamos y nos satisfacen.
Tururú. Hoy, al menos, no estamos en el mejor momento de la actividad económica y en cuanto al reparto, con la crisis, unos reciben los palos y otros se forran.
Y es que la necesaria organización económica, ha generado a lo largo de la historia disfunciones, abusos e injusticias que han desembocado en crisis, guerras y revoluciones. Y en el pecado hemos llevado la penitencia apareciendo normas laborales, de regulación del mercado, contra los monopolios o creando derechos sociales.
Mas la actividad fundamental de la economía actual, la financiera apenas tiene regulación y en una economía cada vez más globalizada, cada gobierno, en solitario, no tiene fuerza para imponerse, al revés está sujeto al llamado poder del mercado y en ese mercado, poderosos sin escrúpulos imponen sus intereses y la masa del resto de los inversores procura jugar con ellos para obtener beneficios hasta que se conviertan en sujetos del ataque que les destruya.
Este sistema tan avaricioso, irracional y despiadado acaba por provocar crisis catastróficas, pero las experiencias anteriores nos lleva a evitar a toda costa el hundimiento del sistema con los conflictos y guerras pertinentes y se exige inmensos sacrificios a los de siempre , que se consideran inevitables.
El actual sistema financuero no prima la inversión productiva sino la especulativa que busca la rápida ganacia que generan las espectativas, espectativas que se crean o se exageran de forma artificial
Y no es teoría.
Confirmemos lo dicho con algunos ejemplos.
Entidades financieras amparan los préstamos hipotecarios en la construción con hipotecas muy por encima del valor del inmueble. No se quedan con esas hipotecas, las empaquetan y las colocan en el mercado. El globo pincha y algunas entidades con menos visión y millones de familias sufren las consecuencias.

En tidades financieras, con acuerdos expresos o tácitos, eligen una víctima a nivel de sus posibilidades depredadoras, piden prestada deuda soberana de un país, la ponen a la venta a la baja creando expectarivas de hundimiento, el resto de inversores, asustados unos, espabilados otros también venden. El país no consigue financiación para pagar sus cumplimientos a costes no prohibitivos. Rescate de Grecia, rescate de Irlanda.

Hoy priman productos de inversión llamados de alto riesgo, como futuros... Los que tienen poder e información ganan casi siempre, el resto de agentes casi siempre pierden.

Consecuencias.

- La gran crisis de la que no salimos.

- Para evitar el derrumbe total, salvación de las entidades financieras y endeudamiento de los estados.

- Las entidades financieras que superaron por sí mismas la crisis y los que fueron salvadas huelen carnaza en los mercados y se lanzan a por las posibles presas.

- A río revuelto ganancia de pescadores. Ejemplo, a los bancos alemanes les viene redondo el rescate griego. Grecia cubre su deuda de bajo interés con préstamos alemanes de interés superior.

- Los estados, posibles presas, erizan el pelo, enseñan los dientes : Estamos haciendo los sacrificios necesarios, no seremos fácil presa.

¿Se hundirá el euro?

Difícil la solución. Nadie quiere hundir el sistema, y ¿ reformarlo y corregirlo? Sólo la unión de los países lo conseguiría, pero hay países que de momento salen ganando.

Meditando sobre lo mismo, salgo con mi socio. Es sábado, día de caza, y por no estorbar esperamos casi a la caída del sol. Al llegar a la segunda toja ¡oh maravilla! A 30 pasos tres rebecos. Hoy sí voy veloz tras ellos. Sé que no les alcanzaré, pero seguirles me excita. Rebecos, una perversión bella e inocente en Tierra de Campos. Los gestores de alto riesgo una perversión peligrosa y destructiva en los mercados sin regular.