jueves, 27 de marzo de 2014

EL SALÓN DE LOS PASOS PERDIDOS

Adolfo Suárez
            Cuando ya los cirios han apagado su luz y esa presencia de alabanza y muerte ha dejado el vacío disponible, hoy Chindas, tú y yo vamos a volar con la mente al alma de los hechos.
           Panorama de recuerdos, expectación y esperanza. Democracia en tules de ilusión gestada con el sacrificio y la renuncia. Ambición de unidad secundada en mayoría para llegar al abrazo, a la sonrisa que da palmadas en la espalda; mirada interior del presidente en el escaño de la súplica confiada. Diálogo, no imposición, respeto, amable conversación ciceriana. Ideas claras en el marco paisajístico bien constituido desde dentro. Unidad sí de españoles respetando la individualidad de las ideas, pero juntos en el devenir del suelo común.
            Sonrisa amplia , lenguaje de mirada silenciosa que intuía y respondía. Horizontes de libertad en la semblanza del futuro. Este es el legado que llega hasta estos rincones apartados de las urbes, hasta nuestro pequeño mundo de interiorización y estudio. Sí, Chindas, nuestro blog se define "Con otra mirada", dejamos para los medios la literatura, el análisis, los halagos o las críticas para vivir juntos los ideales recibidos en aquél cambio cuyo coartífice principal fue este castellano noble que despedimos hace unos días.
            Salón de los pasos perdidos, mullido silencio en el firme pisar de la mañana, pasos aligerando los nuestros en la tarde. Las calles se llenan de sentimientos encontrados, de respeto y voz apenas audible; pasa el féretro cubierto con la bandera roja y gualda de la patria, protegiendo el ayer amanecido mientras notas nacionales la salpican de un adios que se queda entre nosotros. Lazo negro, pequeño ante la magnitud de la historia con sereno porvenir aportado.

            Paz acompañada hoy en el silencio de las tumbas; Ávila su horizonte y sobre ella el cielo azul de su fe adulta. España unida con el sabor de la concordia y el afecto se aproxima a la familia y con el sonrojado mirar de las lágrimas se funden en el abrazo del agradecimiento. El mañana del hoy seguirá su estela en el salón de los pasos perdidos con huellas de esperanza.

jueves, 20 de marzo de 2014

AL FIN LLEGÓ

         Al fin llegó retardada y temerosa. Han sido los elementos: lluvia, frío y sol quienes la han empujado a soñar con brotes nuevos, con plenitud en ciernes de la belleza.
Sonríe el tallo mostrando sus engendros, aspirando a verlos crecer. Paladea la abeja el primer néctar entre zumbidos de algazara. El sombrero de la tierra se llena de trinos bajo él y las cigüeñas en la torre del campanario comienzan a anidar.
Primavera, la pariente más querida del otoñal vivir. Los cristales de mi ventana, tan traslúcidos ellos, empiezan a avergonzarme cuando el sol les mira de frente. Tendré que acariciarles. Me asomo corriendo la cortina y te veo, Chindas, tumbado con placer junto al seto del patio, aplastando los lirios que pujan por salir mientras la hierba del césped te mira también, pausadamente.
Cascabeles de primavera, alegría trepando por el corazón hasta alcanzar la punta de las copas de los árboles. Sueños despertando a la nueva realidad. Viajo y contemplo el campo con su alfombra verde extendida invitando a pasear nuestros pies en ella, mientras en la lontananza, la nieve blanca sigue posada en las cumbres de las montañas.
Verde y blanco, esperanza e ilusión; arriba, el cielo vestido de sol. Los eólicos dan vueltas  una y otra vez, entre sus aspas retienen trozos de aire y luz. Vuelvo a mi patio y una florecilla se escapa del almendro y llega a posarse en mi mano, la llevo instintivamente a mis labios besando su corola con la ternura y el amor con que se besa a un recién nacido. Corazón de poesía en su vuelo. Sonrisas de la tarde. Palomas alcanzando el paraíso. Flores de primavera.

jueves, 13 de marzo de 2014

MARCILLA - DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA

            Cuando la ilusión de un pueblo se viste de "Maribel" todo lo imaginable se hace posible. Mujer trabajadora de agrupar los sueños, disfrazar la aventura, sembrar la inquietud de compartir el ocio fomentando la unidad y la amistad, estrena uno de sus muchos logros realizados en el día de ayer en Marcilla.
Invitadas de excepción, abrimos los ojos a este dinamismo sin límites hecho azúcar; paladeamos la belleza de su casa-museo que almacena las sonrisas de otras épocas más calladas, olvidadas en las lagunas de la mente o simplemente inútiles objetos pasados por el tamiz.
El carnaval dejó para este día su broche plateado en el patio, allí brillaba la sardina en ese mar de aire reposando ante la admiración más graciosa de su colorido. Escamas de color de luna hacían resaltar aún más sus ojos de azabache que parecían invitar a mirarlos. Cánticos de singulares risas fructificaban sus notas en torno a esta falla engalanada para pasear las calles antes de  acercarse a su final. ¿Entierro de la sardina?, más bien incineración, porque volátil se hizo ante nuestra expectativa presencia.
Aplausos en el adiós sin lágrimas, en brazos enlazados en el corro de despedida. Brasas azules se movían ansiosas de atrapar los rojos amarillentos que poco a poco buscaban su vestido gris hasta quedar sumidas en el silencio del suelo de la plaza.
Mujeres y hombres, presidenta de la Asociación del evento y alcalde local daban fe de un ritual que va a convertirse en institución socio-festiva de la población. Contemplando, una vez más, ese armazón de hierro que desnudo se exhibía sin apuro agotando el calor de sus "carnes" de cartón bajo su vientre, fuimos dejando que paladease su soledad en la noche ya cerrada.
Celebración " fraternal" junto a la mesa aviada con el esfuerzo y entusiasmo de la amistad compartida sin exclusión alguna. Disfraces de alegorías y corazones abiertos al compañerismo sin distinción de edades. Pregón armónico, jocoso e inteligente. Aplausos y risas. Enhorabuena.
Regalos al paladar iban desgranando el entusiasmo y una queimada gallega, calor en el alma de Maribel, poniendo punto final, vuelve a acentuar el regustillo de esta convivencia vecinal sintiéndonos parte del todo. La carretera llena de serenata oscura, hace brillar aún más los faros de nuestro coche y en el interior, las flores de papel son en nuestra manos, el retorno a la magnitud de la paz invitada.    
Marcilla de Campos queda atrás saboreando la jornada, el esfuerzo. Socios y colaboradoras entre ellas la mencionada, retiran de su cuerpo el mandil blanco y el gorro alto que coronaba su testa como chef de altura de fama bien ganada.
Algarabía de florecillas en el ramo de la amistad, pequeñas mariposas queriendo posarse hasta perpetuar los encuentros, las alegrías y el horizonte común de la soledad de los pueblos llenándolos de luz.

jueves, 6 de marzo de 2014

ZARANDAJAS DEL TIEMPO

Cuando al tiempo le da por reir sin previo aviso, nos achicharra y desperdiga nuestras bufandas y abrigos por la ensoñación de la llegada prematura de la primavera. Al contrario, si su voz es bronca y dominante, hiela al aliento que por descuido asoma al exterior.
Pesada está la atmósfera con su temporal oceánico que alborota los mares y ruge, cual león enjaulado y con hambre. Espuma blanca se eleva a cotas de espectacular belleza golpeando la ira y el desacuerdo; la fuerza indómita del corazón del agua se empotra en los límites de la pacífica orilla, saltándola. Pececillos asustados son mecidos de tal manera que su habitat desaparece y desorienta su peculiar lecho de convivencia. La arena de la playa es bañada a deshora y con fuerza y llora suspiros de media noche.
El tiempo en el interior adorna las montañas, las cubre y aseda con un puntillismo de tal perfección que embobada queda la mirada. Esos blancos azulados que refulgen de placer si un rayo de sol se posa en ellos, extasía y detiene las saetas del reloj. Maravillosos paisajes de niveles dispares. Pero sigamos el devenir de este invierno que pronto termina. La meseta, los valles con sus ríos y la campiña horizontal de Castilla por nosotros conocida, mi buen Chindas, detiene con un stop obligado los vientos aviesos que de esos espacios anteriores gustan de acercarse expulsando su aliento maloliente. Aires con nostalgia de sol, impregnados de partículas con albura fresca y penetrante, se entremeten en los lugares más recónditos enlodando la templanza.
Zarandajas del tiempo baladrón, que tan pronto es brisa, cómo huracán, jaquetón o presumido, y al momento es agresivo y timorato. Estación ésta del invierno, rodeada de desniveles climáticos que a los seres de sangre caliente atormenta, con la misma naturalidad que le aporta gozosa experiencia, en los deportes o en el fuego del hogar, cómo les acurruca en la secuencia de la tristeza y desfinada armonía de las ventanas con fisuras .
Primavera en ciernes, paseos de la tarde en rebeca de colores, dejemos al tiempo con sus  bagatelas intentando dar el trueque a nuestros sentidos en su alternancia de sabores de elementos helados. Su camino termina y las gorriones empiezan a anunciar su llegada con trinos matinales.