jueves, 28 de junio de 2012

CON OTRA MIRADA. Los veraneantes.


Poco a poco, con la lentitud de las prisas sin pretensiones de usar bikini, van llegando los “veraneantes” nativos ausentes y algún que otro forastero que busca paz y libertad en el espacio abierto que ofrece el medio rural.
Chindas, tú lo sabes muy bien, cuanto más pequeño es nuestro municipio, más gozamos del cielo, de las nubes, del sol al que hacemos guiños con el frescor de las casas y  los caminos que nos llevan por parajes maravillosos. En nuestro pueblo, el Canal de Castilla nos ofrece el placer de la mansedumbre de su agua viajera y los chopos que se reflejan hacen de parasol en un paseo relajante que interioriza  y serena.
El lenguaje cambia, se mezcla con otras lenguas; el diálogo es animado, ahora sí que aparecen las prisas en contar las cosas de su diario vivir allí en la ciudad lejana.
Hoy, mi perro amigo, he ido a la capital en tren y era curioso oír a los usuarios, que iban subiendo al mismo en las estaciones intermedias, sobre la vida que dan a los pueblos los veraneantes. “Vienen chiguitos y el pueblo se anima”, decía un señor entrado en años. A mi lado una señora decía a otra que subió con ella, “no sé si he puesto el llavín  a la puerta, con las prisas…, el tranco de atrás estoy segura que lo he echado, como ahora hay gente en la calle es distinto que en el invierno, es lo bueno del verano todos cuidamos y vemos quienes entran en las casas”. “Anda pues, menos mal que vuelves pronto”, apostilla una vasca castellana.
Antes de que el tren engulla el paisaje y lo devuelva a la lejanía de nuestra espalda, miro las ruinas  que arrastran a la soledad a esos pueblos que corren en la pantalla de mi puesto de mira viajero; campos fertilizados o áridos, vestidos de ocres dorados o simplemente ocres terrosos, según la mano del tiempo que los acaricia y pinta; cuna de esperanza para el labrador. Árboles  de verdor prieto, exuberante; traqueteo del tranvía que nos lleva. El Carrión viaja casi en paralelo con nosotros regalando a nuestros ojos su luz en movimiento levemente ondulado. ¡Palencia a la vista!, ya llegamos, otro murmullo, otro vivir que se detiene, paro ilustrado.
Sé que eres un perro muy listo, pero muy grande para viajar en este medio, por eso te cuento todo esto; pero volviendo a los veraneantes, aceptas con recelo su presencia y con un cierto malestar porque invaden tu libertad. Ya no puedes campar a tus anchas por las calles aunque lleves bozal, y si sales, tal vez, alguna pedrada de los chavales acaba con tus ganas de correr tras ellos a modo de juego. Está claro que su libertad acaba con la tuya, pero tus ojos delatan lo feliz que eres oyendo sus risas y que las puertas cerradas todo el invierno inviten a entrar, sentir, saludar.
La prensa con sus noticias agrias se hacen tabú en este tiempo de vacaciones, de plenitud del verdadero placer de la calma, de la amistad y el reencuentro. A todos los veraneantes “rurales” ¡bienvenidos!

Guau, guau, también de mi parte, soy Chindas, vuestro perro amigo. Espero que alguna vez me digáis si os gusta estar conmigo. ¿Vale?

jueves, 21 de junio de 2012

Educadores del Sem Tob


Llega el verano y hasta las culebras reptan por el campo. En el camino viejo de Boadilla he descubierto una de color verde con tonos oscuros, más gruesa que mis patas y de unos 80 centímetros de larga. Ladré ásperamente dando vueltas a alrededor. Mi socio me distrajo llamándome y cuando volví en su busca ya se estaba escondiendo en unos escombros junto al barranco.

Es tiempo de culebras y de final de curso en los colegios. Espero con alegría la parada habitual en Requena de profesores, exprofesores y allegados del insti de Carrión en su remontada ciclista desde Palencia a Alar, inicio de las vacaciones.
Deseo ver su ánimo en esta coyuntura de recortes en educación. Aunque bien sé que maestros y profesores del Sem Tob tienen dos cualidades, en tal grado, que los hacen especiales. Una es su gran calidad humana, y esto que es tan positivo en cualquier profesión, es fundamental en la educación al pretender formar a personas en desarrollo. Más allá de cualquier ley o situación, la calidad de la educación se debe fundamentalmente a la calidad humana de los educadores. La siguiente cualidad es el ambiente de simpatía, de empatía de grupo, que hace el trabajo y la convivencia fácil e ilusionada, de tal suerte que deja su impronta en los que por Carrión han pasado. Y en ese ambiente y tono de la mayoría de los educadores, la mayoría de los alumnos y padres están también comprometidos.
Cierto que la educación depende más del ambiente colectivo de la sociedad que se refleja en los medios, en las familias, en la calle y hasta en las autoridades educativas que de la actuación de las escuelas e institutos, y que se echa de ver en que los niños y jóvenes viven más en la sociedad genérica que en los centros escolares.
En estos tiempos de crisis y recortes la puntilla del desastre sería el desánimo. Sin embargo, la voluntad y el profundo aliento anímico pueden generar y robustecer el carácter y orientar a los muchachos hacia una visión austera, segura de sí y solidaria. Comunidades educativas como las del Sem Tob permiten mirar con esperanza el presente y el porvenir.
Esperamos que las autoridades educativas, aún con recursos menguados, sepan sintonizar y ayudar a mantener las dos auténticas columnas de una educación eficiente: la calidad humana y el espíritu colectivo positivo. Generar tensión y desaliento sería demoledor.
Como cada año al remontar el canal de Castilla, en Requena tenéis amigos esperándoos. Hasta pronto.

jueves, 14 de junio de 2012

Primeras Comuniones

CON OTRA MIRADA: Primeras Comuniones

¿Has oído, Chindas, el jaleo de la calle lleno de risas y juegos infantiles en este fin de semana? Debajo del asfalto que sirve de techo a otras pisadas de niños, ya lejanas, ha emanado la luz de la esperanza, ha sonreído un nuevo horizonte.


Dos niños: Félix y José Manuel Alonso-Villalobos Hernández han hecho su primera comunión aquí, en nuestra magnífica iglesia. Ellos y sus familias son y residen en Valladolid, pero éstas han querido acercarse a este minúsculo pueblo de Palencia para regalarnos la presencia de la vida que sigue fluyendo con hermanos, primos y amigos, hasta un total de cincuenta niños para que quienes tenemos durante el año la sola compañía de la soledad, despertásemos del letargo, mirásemos casi extasiados el corretear jubiloso de la infancia.

La ceremonia religiosa tuvo un sentido litúrgico lleno se sencillez y autenticidad. La lámpara encendida que los padres entregaron a sus hijos como símbolo de la transmisión de su fe, tuvo el color de la vida, la emoción de un gesto lleno de amor y el beso entrañable de la plenitud.

Ya sé Chindas que a ti estas cosas no te dicen nada porque no aparecen en tu cartilla de sabiduría canina, pero como amigos yo te las cuento. Yo participo de tu lenguaje y bien que te he entendido cuando saltabas a mi alrededor pidiéndome salir a la calle; esas charlatanas idas y venidas por nuestra calle de la tropa infantil llama tu atención y quieres ver…

Salimos bien atada tu correa y con tus ojos grandes y curiosos esperas algo de alguien, de pronto uno de los niños se fija en tu gallarda presencia, te mira con recelo pero con admiración, a él se suman otros pequeños. ¡Qué felicidad ser centro de atención, robarles unos minutos a su festivo día!

Sí, mi príncipe, ayer el pueblo recuperó la emoción que presagia continuidad. Serán fines de semana o unos días de vacaciones los que marcarán un rostro nuevo. Sus pasos dejarán sus huellas en el renacer que el arco iris aúna, que abarca las dos fronteras, ciudad y pueblos.

Terminamos Chindas, aúlla alto y claro, que tu voz llegue hasta esas familias que comparten con nosotros sus emociones y que tu canto de habitante fiel y servicial muestre también la gratitud más cercana y con los “humanos” siente la belleza que su florida balconada, es decir su presencia, nos aporta.

jueves, 7 de junio de 2012

CON OTRA MIRADA


Como os dije la semana anterior mi socio deja por un tiempo, espero que  corto, de compartir conmigo los avatares públicos que tantos desasosiegos ocasionan a la sociedad y que él y yo manifestábamos en este blog para llegar hasta vosotros.
A partir de ahora mi ama y señora de la casa  será la que durante ese “descanso” cogerá el relevo y plasmará mis “otros pensamientos “. Ella sé que me llevará por caminos donde mis patas apenas tocarán el suelo, correré persiguiendo sueños en vez de perdices, liebres o avutardas; pero lo vamos a pasar bien y seguro que los que seguís el blog también.
Pensamos que todos los lectores, y ya amigos sin rostro fijo, tenéis un hueco en vuestro pensamiento  para gozar de la belleza y saliros de vez en cuando de los hechos políticos, del cotidiano vaivén social con injusticias incluidas que pretenden borrar ese espacio íntimo de vuestras vidas, incluida la mía que es de perros.

Hoy, para comenzar, os diré que mientras yo gozaba de una siesta placentera en el patio de la casa, tendido cual largo soy a la fresca de la acera  en el porche, ella rememoraba  algo que escribió hace un año sobre el  pueblo en que vivimos. Me leyó algo que regaló  mis oídos, es cierto que se refería al anterior perro que guardó y gozó de los mimos de los amos, se llamaba “Orejas”, pero que ¡caray! por algo soy su heredero. Lo titulaba así: “Ladridos en la noche”…

Llega la noche cubriendo con sus sombras  el corral, los tejados, las callejas. Dormitando está el sueño en su cama de sábanas de luz del día, de colcha que abriga y abraza. Un ladrido, cual aviso de vigía rasga el velo del silencio, sigue otro, otro más ¡algo pasa!. De pronto todos los celadores nocturnos sus orejas levantan  y, haciendo coro ladran.
Candilejas mortecinas van llamando la atención de casa en casa. ¡Silencio! Grita el amo con su dormitar a cuestas. Esta vez ha sido falsa alarma.
Ladridos en la noche, compañeros del desvelo, guardianes de estrellas, de sueños. Fidelidad de amigo “Orejas”, te llamamos así por tus orejotas grandes, yo duermo y tu velas.

¿Verdad que es un cántico a los perros muy bonito?, me gusta el final, aunque en toda la página tiene frases que me humedecen los ojos, el final le entenderéis vosotros mejor que yo porque ella dice que quizás yo no lo comprenda. Dice así:

Ladridos de medianoche,  noche en calma/ ¡Guau, guau! De color despierto/ ¡Guau…u… u! color naranja/ Coros de guaus verde rabia/ Correa apretando la garganta/.