jueves, 27 de enero de 2011

Perversiones educativas

Después de semanas sin sol gozamos de días luminosos, pero hemos pasado de temperaturas suaves a fuertes heladas y la sensación de frío se acentúa con el gélido viento del norte. Con todo salimos a pasear comentando lo que nos preocupa. En la última salida, al caer la tarde, no vimos bicho viviente, ni patos, ni conejos, ni perdices, ni tan siquiera tordos. Tuve que conformarme con husmear en las huras de los topillos.


Así que vueltos a casa, y teniendo en cuenta la proximidad del día del maestro, nos rascamos las orejas pensando en que, en la educación, luminosas ideas y normas pueden congelarse y transformar el bullicioso y creativo mundo de los niños en un gélido yermo sin tórtolas, ni perdices. Estamos tratando de perversiones educativas.
¿Quién duda que los muchachos deben alcanzar un nivel de desarrollo, de habilidades y de conocimientos que les permita insertarse como personas activas en el entramado social? Una norma de contenidos mínimos es, pues, algo adecuado y brillante. Aparecen también como adecuados, niveles, calificaciones, aprobados y suspensos, recuperaciones, repeticiones de curso y el graduado escolar.
Así se crean las leyes, los reglamentos, las normas que configuran el sistema educativo, lógico, aunque como todo ordenamiento criticable y perfectible.
El problema aparece cuando la aplicación del sistema fracasa porque surgen las perversiones educativas, es decir lo normalizado para lograr unos buenos resultados revierte en todo lo contrario.
Y una gran perversión, origen de otras muchas es la aparición del maestro justiciero que encuentra la razón de su actuar en la aplicación fiel de las normas.
De esa perversión nace la aplicación de la nota como la justa calificación del nivel alcanzado en la materia por el alumno, cuando es un recurso pedagógico para que el alumno, padres y maestro estimen los prometedores avances y las carencias a corregir con las actividades de todos.
El suspenso arrastra la necesidad de recuperar que lleva al alumno a la ingrata tarea de conseguir en solitario lo que no alcanzó con sus compañeros, perdiendo impulso en las nuevas actividades y preparando nuevos suspensos.
La acumulación de suspensos a lo largo del curso lleva a resultados negativos en la evaluación final y a repeticiones de curso.
El número alto de repetidores de curso, descolocados por la edad, desmotivados y con baja autoestima escolar, intentan destacar al menos por la “valentía” de la indisciplina, repercutiendo en el rendimiento del grupo.
Y como perversión final el fracaso escolar del 35 por ciento del alumnado a pesar de los muchos medios gastados, de la benignidad del profesorado y de colocar los mínimos a un nivel muy bajo.
Estas perversiones son tan evidentes que el sistema intenta remediarlas mediante adaptaciones, atención a casos especiales y creando grupos de diversificación.
El maestro vocacional está más allá de la norma, no porque no la conozca o la desprecie, sino porque sabe que su objetivo es conseguir el desarrollo adecuado del niño y colabora con él orientando, estimulando, proponiendo actividades educativas, evaluando con él sus logros y fracasos y ayudando a superar estos y así casi siempre se consigue que, sin pretenderlo, el nivel que la ley exige, se supere.
El maestro “maestro”, respetando el marco normativo está más allá de sus aspectos constrictivos que no le son necesarios como al buen ciudadano le sobran las normas penales.

Y seguimos esperando no este sol invernal sino el tibio sol de primavera que anuncia la vida.

jueves, 20 de enero de 2011

Entre nieblas y brumas

Jorge Semprún
Mi socio me ha dicho en el paseo vespertino que ya es hora de que volvamos a hablar del artículo “Lo único que he traicionado es a mí mismo. Jorge Semprún.” de Juan Cruz.

El tiempo de estos días de enero es extraño. Las temperaturas son tan suaves que se ven abultar las yemas de los árboles y hasta hay mosquitos en el Canal. Los días pasan y no vemos el sol, las nieblas y las brumas lo impiden y el suelo y la hierba están húmedos y llorosos.

En la historia de las naciones y en las historias personales hay también tiempos de niebla y aunque esta levante, a veces, las brumas permanecen y no permiten el brillo, el fulgor, la luminosidad del sol.
Es Semprún un personaje singular, escritor, intelectual. En el artículo se narra su temprana actuación en la resistencia francesa, su tortura en manos de la Gestapo, su estancia en los campos de concentración, su militancia en el partido comunista y su afirmación de que gran parte de su vida ha consistido en dejar de ser un buen comunista para ser un buen demócrata,
La actitud del exministro de cultura español es admirable. No oculta su pasado de comunista estalinista y da fe de su larga actuación como intelectual escritor por una Europa democrática.
Hoy que se habla tanto de la memoria histórica, Semprún, refiriéndose a Carrillo afirma que tiene un bloqueo de memoria total. Hay una época desde 1944 a 1948 de la cual él no quiere hablar. Es la época en la que con Uribe y la Pasionaria reconquistan el poder del partido a base de eliminar física o políticamente a todos los anteriores dirigentes del partido.
Por cierto que esa densa niebla de la memoria de Carrillo va acompañada también de alguna bruma, como el no reconocimiento de que fue Stalin el que inventó la táctica de Comisiones Obreras, cuando le afirman que las masas en España estaban en los sindicatos verticales y él sugirió que trabajaran allí.
Mi socio ha sentido especial veneración por Semprún, activo, inteligente e íntegro, pero después de este artículo, la visión luminosa que de él tenía en algo se ha ensombrecido. Por supuesto que sigue considerándole un hombre admirable y honorable, pero hay afirmaciones sinceras pero dolorosas: “¿Me arrepiento de haber sido militante del comunismo estaliniano? No. Creo que en aquel momento había una justificación para ello.”
“Pero en España, cualquiera que fueran los crímenes de Stalin, luchar con el Partido Comunista contra Franco valía la pena”

Qué duro se nos hace que alguien siga pensando que había justificación para pertenecer como militante y como dirigente de un partido, que siguiendo las técnicas criminales de Stalin, elimina físicamente a sus exdirigentes, o que luchar en un partido estaliniano contra Franco merecía la pena. Claro que ha merecido la pena combatir el franquismo desde posiciones justas, pero ¿no merecía también la pena luchar contra los crímenes de Stalin y de aquellos dirigentes del partido comunista español?

La posición de Semprún, que creemos que lo hacía desde posiciones personales justas, es la misma , aunque parezca opuesta, a la de muchos españoles que creyeron que valía la pena dar su apoyo a Franco invocando el combate contra el sistema totalitario y criminal de Stalin y su proyección en España.

Hemos vuelto a casa sin ver la puesta del sol, la bruma lo ha impedido. Suspiramos por los días luminosos y claros lo mismo que deseamos que desaparezcan las nieblas y brumas de la memoria.

jueves, 13 de enero de 2011

Informe PISA

Mi felicitación de estas Navidades
Estos primeros días del año vienen siendo lluviosos. Campos y caminos están rebosantes de agua, así que nuestros paseos son menos variados y el trayecto más corto, por lo que al llegar al pueblo lo recorremos. No solemos encontrar a nadie, pero me gusta acercarme a puertas y vallas donde hay otros perros. Unos, los educados como guardianes, me ladran furiosamente; otros, los de compañía, o no lo hacen o el tono de sus ladridos es más juguetón. Mi acompañante me dice que no soy ni perro guardián, ni de defensa, ni policía, sino un socio para la charla y la reflexión.


Estas navidades he recibido una felicitación en que me pintan con boina pueblerina y me llaman perro filósofo. Nos ha agradado, pues ya soy un adolescente y parece que mi educación avanza sin graves tropiezos. Y como ya se han reanudado las clases es momento de que pelemos la pava hablando del informe PISA.

Este informe pretende detectar el nivel de los jóvenes de 15 años de diferentes países en lenguaje, en matemáticas y en ciencias. España logra un resultado por debajo de la media de los países estudiados y Castilla y León supera la media española alcanzando un nivel por encima de la media general.

Y han llegado las reacciones, la mayoría, malhaya su sombra, políticas. Desde el gobierno nacional se hace notar la leve mejoría en relación con el anterior informe. Desde la junta castellano y leonesa, por el contrario, rebosan satisfacción.

Pero es difícil, si no imposible, encontrar una tarea que implique a toda la sociedad como la tarea educativa que necesita de padres, de ciudadanos, del ambiente y de los valores de esa sociedad además del llamado sistema educativo.

Es una ingenuidad pensar que la educación depende para su éxito o fracaso de un gobierno o una junta. Por supuesto que tienen la obligación de conseguir los medios y facilitar esta tarea y no poner obstáculos a la misma, que no es poco. Pero el educar nos corresponde a todos y el informe nos ha de servir de constatación y estímulo.

Lo primero que constatamos es que las sociedades que destacan por sus resultados son diferentes entre ellas y respecto a nosotros. No obstante Finlandia y Corea con ser tan diferentes tienen en común la alta valoración de la educación y de los maestros y el respeto a los mismos. Lo segundo que constatamos es el gran fracaso escolar de nuestra sociedad, también de Castilla y León.

Pero si otras sociedades consiguen altos resultados ¿Por qué no la nuestra? El poner manos a la obra supone partir de nuestros puntos fuertes, nuestras cualidades, que por supuesto tenemos. Ver también los fallos, que los hay y a reforzar lo positivo y paliar lo defectuoso.
Objetivo, la formación de personas maduras, responsables y dueñas de sí mismas, con la satisfacción que ello produce.
Los resultados en lenguaje, en matemáticas y en ciencias se conseguirán por añadidura.

Una sociedad infantil, que necesita en todo de un papá estado que solucione sus problemas o al que echar la culpa del entuerto, ¿cómo puede educar en la madurez a sus hijos?

Los resultados del informe PISA no cuestionan tanto la política educativa de los gobiernos como la actividad educativa de las sociedades.

Bueno, nuestro discurso es bien pesado y monótono, como la lluvia de estos días pasados, ¿calará algo, al menos?

jueves, 6 de enero de 2011

Regalos

Han sido fechas especiales. Mis socios han faltado algunos días. Me han dejado bien abastecido pero ¡qué solo me he quedado!

A su vuelta ¡qué alegría, qué saltos, qué alborozo! Me han traído como regalo comida apetitosa y sobretodo su compañía. Yo les he regalado mi alegría.
Hemos vuelto a salir al campo alargando el tiempo e intercambiando relatos y comentarios.

Ya vienen los Reyes
sí, por estos pagos,
traen a los niños
sus buenos regalos.

Se cierran las navidades, fiestas de regalos con la celebración de los Reyes Magos. La magia y la ilusión culminan con las alegres risas de los niños y la profunda sonrisa satisfecha de los papás.
Dos elementos se encuentran en la plenitud del regalo de Reyes: el cariño generoso de los que dan y la espontaneidad del gozo de los que reciben.

En nuestros diálogos hemos encontrado hasta cuatro clases de regalos:

- El regalo cariñoso. Implica amor y espontaneidad y da lo mismo que sea lujoso o que sea sencillo, lo que importa es el alma. Es el ejemplo de los Reyes o los regalos entre enamorados.

- El regalo cumplidor. Entre donante y donado hay vínculos positivos y se quiere mostrar con un regalo adecuado, pero simbólico, que se es consciente y que se corresponde. Aquí se busca el regalo con la esperanza que agrade al receptor. Es el regalo entre parientes, socios, amigos. Para que funcione debe ser sincero y necesita que quien lo recibe lo entienda, le agrade y lo agradezca. Es más difícil ser buen receptor que donante.

- El regalo engañoso. Es puro complimiento, no hay sinceridad en él. Se hacen por no quedar mal o buscando algún provecho.

- El regalo envenenado. Se busca causar un mal al que se le da.

Y es que la vida es relación, un don, y su respuesta, un toma y daca; y la podemos hacer, gozosa, satisfactoria, frustrante o criminal, comenzando con el don del propio estado o profesión.

Y como siempre acabamos hablando de la profesión de mi socio.
La actividad docente puede ser un ofrecerse espontáneo, con cariño e ilusión. También puede ser un sincero cumplimiento de lo que de él se espera y a lo que se dedica.
Si se conforma con pasar el tiempo, escaquearse, evitar esfuerzos, es puro fingimiento y Dios nos libre de quienes siembran desengaño, represión, temor o rencor.

Ya vienen los Reyes,
llegan enseñando:
doy de corazón,
recibo cantando.