jueves, 29 de marzo de 2012

Llamados a…

He cumplido dos años. Tal vez, por ello, mi compañero de paseos y reflexiones ha vuelto a salir al campo conmigo. Estábamos no lejos de la población, cuando mi olfato intuyó a la presa. Efectivamente, tras unas matas saltó la liebre y en su persecución atravesé rastrojos, sembrados, caminos y linderas. Pasada una media hora volví en busca de mi socio a quien encontré sentado al borde de una senda. Me acerqué temeroso de una regañina, pero no, me recibió alegre preguntando por el resultado de la persecución.

Para mí es extraño que se ofenda tanto cuando la presa es un gato y estimule mis persecuciones, por cierto sin éxito, de conejos, liebres o corzos. Él me dice que estoy llamado a la actividad cinegética que estimula olfato, músculo y pulmón, pero que los gatos son también habitantes domésticos con los que convivir y a los que respetar. No entiende que el instinto es fuerte y de difícil control.
Y hablando de la llamada cinegética pasamos a hablar de otra llamada, que ha causado sensación, a través de los medios de comunicación, la llamada episcopal a candidatos al sacerdocio, a quienes se les promete una serie de cosas que chocan con la falta de salida para los jóvenes. Demasiado oportunismo y no muy hábil.
También conocemos que no hay demasiadas respuestas a la llamada pues en la entrevista periodística al rector del seminario mayor se nos dice que sólo hay 4 que cursan estudios teológicos, uno por curso, con ánimos de ser curas. Así que se nos anima a los católicos a “pedir al Señor de la mies que envíe operarios a su mies”.
El caso es que se pide a los llamados que sean varones célibes, que se preparen con largos estudios, que reciban no se sabe cuántas órdenes menores y las mayores del subdiaconado y diaconado antes del sacerdocio y que éste les compromete a conservar la castidad y prestar obediencia al obispo. ¿Es el Señor de la mies o los hombrecitos de la jerarquía el que pide todo esto a los operarios?
No parece que haya en las Escrituras ninguna exclusión para la mujer con respecto al sacerdocio ni para los casados, ni la obligación de una obediencia absoluta al llamado “ordinario”.
Si no está mal que haya personas que renuncian a la relación de pareja o a formar una familia para dedicarse con plenitud a la ciencia, al arte, al deporte, a los negocios o a la aventura, tampoco es discutible que alguien pueda elegir el celibato para dedicarse plenamente al servicio a los demás por amor a Dios, servicio misionero, cuidado de enfermos o necesitados o tan sólo a la alabanza a Dios. Elección voluntaria y libre, no obligación impuesta.
Se puede pensar que detrás de mucha teología, mucha mística, sólo hay un descarnado y muy humano afán de dominio.
La jerarquía se siente ella como la asamblea plena, la iglesia, la congregación de fieles y así se transmite y ha calado. Cuando ellos hablan es la iglesia la que habla, cuando ellos disponen es la iglesia la que regula. Ellos son la voz de Dios, quien a ellos obedece a Dios obedece.
Con esta tesitura tener un cuerpo sin ataduras familiares, bien formado y obediente es el placer supremo del dominio total.
¿Y cómo se ha mantenido esto? En primer lugar porque, a pesar de esta lamentable estructura, el mensaje del evangelio es extraordinario y atrayente y muchos miembros de la jerarquía viven el mensaje. En segundo lugar porque el sacerdocio permite un servicio religioso y humano ejemplar y gratificante y muchos aceptan por ello y gustosamente celibato y obediencia.  Y en tercer lugar porque la jerarquía  asocia al clero al acto de dominio tan humano y los curas disponen, mandan y gobiernan en las parroquias, no en vano se habla de la iglesia de los curas.

Jesús eligió el apostolado no para dominar sino para servir anunciando el reino del amor y de la justicia y administrando los sacramentos. Así que habrá que pedir al Señor de la mies para que quienes llaman no pongan obstáculos a que lleguen operarios a la mies. 

domingo, 25 de marzo de 2012

jueves, 22 de marzo de 2012

El invento


Con el XLSemanal de "El Norte de Castilla" llegó a Requena la burbujeante y fresca risa del Humor por Mingote
Puede verse en la página 13 del Semanal del 18 de marzo (www.xlsemanal.com) tres gigantescos elefantes que persiguen a una pareja del paleolítico. El varón empuña un matamoscas mientras dice a su compañera: 
-¡Mira lo que acabo de inventar!

Pero el humor inteligente tiene enjundia, a veces, como en esta ocasión, desasosegante. La página de humor gráfico bien puede reflejar la situación presente:  En un entorno amable de florecillas campestres, de cielos azules surcados por primorosas aves y de elegantes megalitos, ataca la gran masa amenazante de la crisis seguida de la torva y deprimente figura del paro y del rugido alzado de la confrontación social. Huyendo del peligro el jefe de la tribu empuña la varita mágica de las soluciones, un matamoscas enmallado de reformas y recortes en el nuevo marco de los presupuestos del Estado.
¡Caramba con el humor se Mingote! Hace pasar del estallido de la risa a la seria preocupación, pues los pequeños monigotes de los jefes y sus brillantes ideas no infunden confianza a los castigados miembros de la tribu.
Y aquí debería acabar el disfrute y revolcón mental de esta página de humor pero en el ambiente rural hay tiempo para revolver ingredientes y apañar los guisos. Así que con temor de estropearlo añadimos dos elementos al puchero.
Si toda la tribu empuña el invento para amenazar a los paquidermos podrían darse resultados positivos: Los emprendedores con su ingenio y decisión, los empresarios con responsabilidad e inversión, los investigadores dedicando a ello su empeño, maestros y estudiantes preparando y preparándose, pensadores mostrando lo que piensan, parados buscando salidas y sindicalistas vindicando lo justo y todos contribuyendo proporcionalmente con sus posibilidades.
2º Aunque así se aleje la crisis, aumente el empleo y disminuya la confrontación social, éstas volverán y con mayor fuerza si no se corrigen las causas que las alimentan.
La economía actual es una economía de mercado y el mercado dominante es el mercado financiero. En él actuamos todos, familias, empresas, bancos y otras entidades y sujetos financieros a veces como ofertantes, otras como demandantes. De estos mercados monetarios de la inversión y el ahorro depende la producción y su reparto.
Pero no es un mercado de sana competitividad, sin acuerdos de control y sin monopolios o cuasi monopolios. En él se ofertan productos vacíos, auténticos billetes de lotería pero en el que los poderosos pueden cargar la suerte para que ellos sean los afortunados. En él, con la especulación, se admite la acumulación artificial de la oferta o la retirada masiva de la misma para controlar los precios. Es un mercado similar al feudal en el que los señores tenían prioridad para comprar y para vender. Los nuevos señores, los grandes financieros, exigiendo  libertad para especular, libertad para la acumulación, campan sin control, sin rubor y sin conciencia.
Filósofos y hasta muchos economistas hablan de una solución a través de la ética y de la vergüenza humana, pero la ética social se plasma en normas legales.
Mientras el mercado financiero no tenga una normativa adecuada como los demás mercados, los elefantes de Mingote estarán a nuestras espaldas. Empuñando todos el invento es posible que no sólo se pudiera poner el cascabel sino un dogal al monstruo.

jueves, 15 de marzo de 2012

Quod Salmantica non dat....

Hace muchos años, cuando mi socio vivía en Uruguay, tuvo este país un presidente de nombre Benito con fama de tosco y atrevido a quien jocosamente se atribuían curiosas manifestaciones. Así se decía que en la campaña electoral había prometido hacer todas las carreteras cuesta abajo para ahorrar gasolina.

Elegido presidente, en su viaje a Europa, estuvo en España y recaló en Salamanca. Allí y tras arduos esfuerzos de memorización, brindando en el banquete ante las autoridades civiles, religiosas y académicas, soltó el aforismo de que lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo ofrece, solo que lo trastocó y, según dicen, solemnemente pronunció: Quod Salmantica non dat natura non prestat.
No estaba tan desacertado el bueno de don Benito, pues a veces lo que la naturaleza niega lo regala Salamanca pues el pobre de don Miguel de Unamuno difícilmente puede recibir la medalla de oro y el título de hijo adoptivo, que es lo que piensan darle las autoridades salmantinas con motivo del 75 aniversario de su fallecimiento.

Esta brillante idea nos trae alegremente excitados, pues queremos proponer a las autoridades municipales que Requena de medalla de honor, no de oro que las arcas del Ayuntamiento deben estar vacías, y declare hijo adoptivo a algún personaje ilustre que sea significativo en los valores que tenemos.
Ambos estamos de acuerdo en que cuanto más famoso y más antiguo mejor, ya que esto redundaría en el reconocimiento y beneficio de la localidad. Y no hemos llegado a un acuerdo.
Mi socio propone a Horacio, que con su composición lírica Beatus ille, hace el canto a la vida feliz del que se retira a la tranquilidad campestre, lejos, diríamos hoy, de la competitividad, de las preocupaciones y del estrés urbano.
Yo, por el contrario, me inclino por Esopo que con sus fábulas supo ver en los animales las virtudes y enseñanzas que deben cuidar las personas. Además el griego es más antiguo que el romano y más próximo a la sencillez de un pueblo como este en el que vivimos.
Por todo ello espero que alcalde y concejales acepten mi propuesta y Requena celebre cada año el fabuloso día del mundo de las fábulas en honor a Esopo hijo de esta población, aunque ni por asomo existiese en los tiempos del poeta.

Salamanca, la universidad, la ciencia, el ingenio humano tienen capacidad para superar la naturaleza y no nos asombraría el que se pudiese afirmar que todas las carreteras han de construirse cuesta abajo.
Sin Salamanca no hay naturaleza que valga.

jueves, 8 de marzo de 2012

Tirífilo


Las relaciones con mi socio han entrado en crisis. No me perdona mi persecución a los gatos, más, cuando hace unos días, en pleno campo, sin árboles y sin refugio, alcancé y puse en serios aprietos a uno que logró salvarse en la alcantarilla de un cruce de caminos. Además me considera indisciplinado porque desaparezco recorriendo el pueblo a la vuelta de nuestras salidas al campo atrasando mi vuelta al domicilio.
Es tal su indignación que ya ha salido dos días, solitario, a dar lo que fueron nuestros paseos y suspira por un Tirífilo, el perro de Toño, que convive pacíficamente con media docena de gatos y no se le ve vagando sin la compañía de su dueño.

Me recuerda esto las últimas conversaciones antes del gran enfado en que comparábamos el deporte favorito de los perros que es perseguir a los gatos con el de muchos españoles que es el lidiar con los impuestos. El más hábil en el empeño es el más admirado y hasta envidiado.
Los sujetos sometidos a la cadena de una nómina no pueden practicar este deporte, pero sí los profesionales y todos los autónomos y los medianos y grandes empresarios. Son los más dotados los que inventan sociedades como instrumentos ingeniosos de fraude fiscal y de evasión de capitales.
Además reina una indisciplina generalizada. Se incumplen los acuerdos y las obligaciones, se atrasan caprichosamente los pagos, se engaña.
¿Cómo no iba a llegar la crisis? Sin el fraude fiscal de la economía sumergida en especial la de los poderosos no serían necesarios los recortes, pues el Estado tendría superávit y hasta podría disminuir su deuda.
El problema no son los impuestos y el que estos sean altos no tiene por qué impedir la competitividad. Ahí están los Tirífilos del norte, suecos, daneses y noruegos. No lidian con el gran gato de la hacienda pública y pagan muchos más impuestos que los españoles. Más impuestos suponen para ellos mejor educación, más investigación, mejores infraestructuras, mejor urbanismo, cuidado del entorno y del medio ambiente…, en suma competitividad y calidad de vida.
Extraño país el nuestro que toma restrictivas medidas sobre los derechos de los trabajadores, que restringe las rentas de funcionarios y pensionistas pero no toca las rentas y la evasión de capitales de las grandes fortunas, no sea que se molesten y decaigan sus inversiones.
 El presidente del gobierno puede mostrar el coraje de enfrentarse a una huelga general que  amenaza declararse por el malestar de tantos ciudadanos de a pie maltratados por los recortes y no muestra igual determinación para arrostrar el envite de exigir a aquellos que pueden el que contribuyan con la parte correspondiente a sus rentas.
Entre los que con el pretexto de crear empleo exigen al gobierno recortes de derechos de los trabajadores están muchos de los que no contribuyen adecuadamente al gasto del Estado legitimados por leyes que les favorecen y hasta de muchos burladores del fisco. ¡Qué buenos patriotas!

Mi antiguo socio aún sigue proveyendo mi sustento, no esquiva sus obligaciones; por ello espero siga trascribiendo mis elucubraciones. Su admiración por Tirífilo me humilla. ¡Qué le vamos a hacer!

jueves, 1 de marzo de 2012

Podas

El día es cálido, casi primaveral y sin viento. Hemos hecho una tranquila pero larga carrera por la parva del canal hasta el puente de Cabañas, ida y vuelta. Bueno, la he hecho yo, pues mi socio aprovechó el buen tiempo para sacar la bici. Al regresar al corral estaba la dueña de la casa con Azucena y Fernando, matrimonio amigo, hincando unos arbolitos y podando los frutales.


Estamos acabando el invierno y se aprovecha para hacer las labores de limpia y poda para que todo surja mejor en primavera. Como ya no quedan rastrojos y el campo está seco, muchos agricultores han aprovechado para quemar márgenes y linderas. De Valdelgara hacia Cabañas, con abundancia de chopos, han sido sometidos al fuego para eliminar zarzas, ramaje y maleza, Posiblemente algún chopo habrá sido dañado.
A lo largo del Canal, en modo especial en tojas y vaguadas, los chopos adornan el paisaje. Son plantaciones descuidadas y algunos viejos árboles apenas tienen vida. Una buena poda les sería necesaria para recuperar vigor.
Por cierto que el jueves pasado estuvo mi socio en la montaña, en San Juan de Redondo y en el espacio anterior a la casa de Carlos delimitado por un murete de piedra, éste realizó una doble labor: podó un rosal a la griega y luego se dedicó a la poda de un serbal. Llegaba muy bien a las ramas bajas y las recortó con parsimonia y fruición; en las ramas medias encontró más dificultades, pero desde el muro de piedra y con una pequeña escalera doble que se le hundía en la nieve, logró al fin un resultado satisfactorio; las ramas altas quedaron intocables lejos de su alcance.

Hemos ido rumiando el tema de la poda asimilándolo al árbol de la economía y hemos llegado a aventurar algunas consideraciones:
1-La economía, como las plantas generan a veces ramas que chupan recursos y no producen, por lo que es conveniente y con frecuencia necesaria, la poda.
2-No hay que esperar que la economía enferme para hacer recortes. Estos son más provechosos con una economía vigorosa y sana.
3-La mejor época para los recortes no es la primavera en que se ha acelerado la circulación de la savia monetaria sino en una época de menos actividad financiera.
4-Los recortes brutales a la griega pueden dar un resultado hermoso para los banqueros alemanes y europeos pero la pobre planta tardará en llegar al anterior desarrollo si alguna vez lo consigue.
5-Hay algunos recortes que son soberanos en las ramas bajas, contenidos en las medias y nulos en las altas, ya sea porque los podadores aman a los altos capitalistas o porque no tienen fuerza para alcanzarlos.
6-Fernando nos enseñó que, para que un frutal de frutos más sanos, rotundos y sabrosos, debe dejar la copa del árbol como un paraguas invertido, abierto a la luz y el calor del sol. Son las ramas centrales y poderosas las que han de sufrir el gran recorte. Experiencia de hortelano.

Y es que a nuestro parecer, la economía española es un árbol vigoroso y fuerte, con un buen sistema de infraestructuras, aceptable red empresarial y personal capacitado. Las dificultades están, fundamentalmente, en las finanzas que son las ramas centrales de los actuales sistemas económicos y es tal su poder que impiden que la luz y el sol activen la savia de las ramas inferiores que mueren o languidecen. En estas ramas poderosas es donde hay que recortar poder para que no toda la savia monetaria vaya a sus cuentas corrientes amenazando el bienestar del árbol y poniendo en peligro, de este modo, su propia supervivencia.

¡Animo gobernantes! Salvadnos a los ricos recortando su exceso de glotonería. No les cebéis más, que les puede dar el infarto definitivo.