lunes, 24 de abril de 2017

DÍA DEL LIBRO EN FRÓMISTA (Palencia)


Saltando las fechas del calendario nacional, en Frómista se celebra el Día del Libro el 29 de abril, por la tarde.

Para tal Día, se presenta en escena el libro titulado El Museo de la Tierra Labrada, cuya autora es Socorro Ortega. Pluma campesina que se ha dejado atrapar por los útiles de labranza de antaño que se exponen en el Museo Histórico-Etnográfico de esta Villa.

Rodolfo, director y dueño del mismo, con su impronta cordial y sabiduría del oficio, contagia el entusiasmo de su coleccionismo.

En conversación callada, la autora ha escuchado añoranzas, ha compartido sentimientos ocultos en el óxido de los hierros, de los arados, las máquinas, los enseres olvidados o dormidos por el progreso que los apartó de su faenar diario. Paro forzoso, dicen.

Un paseo por las salas le hace revivir con añoranza el uso que dieron los antepasados de la generación actual a cada instrumento de labranza, del hogar rural, de los juegos populares, infantiles... Esfuerzo con sabor a pan familiar, a trigo, a siembra, siega.

Paisaje de Tierra de Campos, adormecido en invierno, plenitud de primavera, oro del verano en la llanura “sin curvas”, que diría Ortega y Gasset. Colores, ocres, verdes, rojos de amapolas adornando y un cielo purísimo que invitan al pintor a plasmar tal belleza. Y el Canal de Castilla colocando su cinta azul en la melena de los surcos, fertilizándolos.

El Museo de la Tierra Labrada quiere ser un canto a la sensibilidad, una mirada profunda al ayer de nuestro hoy. Pone el acento en los objetos que están expuestos, conmemorando son su silencio la historia y cultura de los hombres del campo.

Este libro es un paseo rural, un álbum de recuerdos sacados a la luz. El botijo de la era os invita a saciar vuestra sed de tantas cosas... Viérteme, dice el agua desde su intimidad, quiero caer en tu interior, ablandar tus ansias de mi presencia. Te vacía para llenarme. Gozo infinito.


Quedáis invitados a la presentación, amigos lectores. ¡GUAUUU...!

jueves, 20 de abril de 2017

SEQUÍA

La lluvia que no llega
Mi querido Chindas, ha pasado la Semana Santa con el sol acariciando tu espalda y hasta con galbana te has tumbado en la hierba. El baño que te diste en el Canal tratando de atrapar a una rata de agua te dejó fresco y los ojos brillantes. Con júbilo exclamaste un ¡guauuu..! de satisfacción, por unas vacaciones tan secas.

Los campos a su vez añoran la noche para apagar la sed que la luz les provoca. Tristeza que oprime e impide asomar la semilla, crecer y vivir. El seno de la naturaleza adolece de agua y el fruto de sus entrañas se debilita. Llanto reseco del suelo; miradas suplicantes al cielo queriendo atisbar alguna nube benefactora.

Los vecinos ocasionales de estas fechas ya han retornado a sus hogares urbanos. Las ruedas de los vehículos rotan por las calles, que poco a poco quedan en silencio, y desaparecen alegrando la carretera.

Los rurales seguimos suspirando por esa lluvia que no llega y la esperanza se desvanece día tras día. Abril, agua mil, oíamos decir cuando eran frecuentes los aguaceros y la cosecha presagiaba bonanza. ¿Se ha perdido también la veracidad de los adagios?

El cinturón empieza a apretarse en la economía familiar. Sueños de renovación en la casa, en el vestuario, en el ocio, se achican con el esplendor del sol que sigue calentando a su manera, hiriendo las reservas acuíferas que sostienen el futuro inmediato.


Calentura a destiempo, mensaje al esfuerzo que no entiende de cambios climáticos, que sembró y vio amanecer el fruto esperado. La tierra mira al labrador suplicando agua y éste, en un llanto sin lágrimas que la empape, le pide calma. Llegará sin duda la nube con su saya parda y regará el jardín de la naturaleza. Las espigas brotarán hermosas y la primavera cumplirá con el verano. 

domingo, 9 de abril de 2017

FECHAS SANTAS

Como cada año la Semana Santa cristiana rodea a fieles e infieles. La tragedia que redimió al mundo se revive con devoción, sensibilidad y agradecimiento por unos, con indiferencia y hedonismo por otros. Vacaciones al sol disfrutando del tiempo libre, de la libertad del aire.
Pom, Pom... las cofradías anuncian su paso en las procesiones, túnicas y capirotes disfrazando la religiosidad. El pueblo con su laicismo empieza a no comprender el porqué de estos ritos callejeros tan populares. Imágenes de dolor en la crucifixión, en la Madre que acoge a su hijo muerto; en los pasos que recuerdan la Pasión con mayúscula de un hombre bueno que divulgaba mensajes de igualdad, de paz, de fraternidad. Su delito fue ser honesto, solidario, rebelde con la injusticia social.
En voz alta denunció abusos de poder; ante la soberbia de dirigentes predicaba con el ejemplo la humildad y servicio. Sus milagros fueron y siguen siendo respuesta a demandas de amor solidario, a peticiones calladas de aceptación, por ejemplo, del ciego de nacimiento. Ver. Ver la verdad, mirar con ojos nuevos.
Luchar por el bien común conlleva incomprensión y crítica por un sector que adula al poderoso y espera prebendas del mismo; sólo unos pocos son afines al líder que se enfrenta y reconocen la magnífica labor que desempeña a costa de arriesgar su vida. Hoy día sigue siendo aquél presente.
Crucifixión hecha mensaje cada año, así viene siendo desde hace siglos. Yo no creo, se oye decir con frecuencia en cualquier círculo, pero sí quieren que la sociedad siga los pasos del Maestro, la enseñanza de paz, de justicia, de fraternidad. Que acabe la violencia, que no se enriquezcan los avaros y caiga sobre el pueblo llano la dureza de la vida.
Que acaben las guerras, las catástrofes, el por qué mueren los niños, las enfermedades... Lacras son que confunden porque no se cree ni se ve la historia de Aquél que quiso acabar con ellas y sigue crucificado siendo inocente. Semana Santa, recordatorio. Aunque no creas en nada, haz el bien siempre que puedas.