Saltando las fechas del
calendario nacional, en Frómista se celebra el Día del Libro el 29 de abril,
por la tarde.
Para tal Día, se presenta en
escena el libro titulado El Museo de
la Tierra Labrada, cuya autora es Socorro Ortega. Pluma campesina que
se ha dejado atrapar por los útiles de labranza de antaño que se exponen en el
Museo Histórico-Etnográfico de esta Villa.
Rodolfo, director y dueño del
mismo, con su impronta cordial y sabiduría del oficio, contagia el entusiasmo
de su coleccionismo.
En conversación callada, la
autora ha escuchado añoranzas, ha compartido sentimientos ocultos en el óxido
de los hierros, de los arados, las máquinas, los enseres olvidados o dormidos
por el progreso que los apartó de su faenar diario. Paro forzoso, dicen.
Un paseo por las salas le hace
revivir con añoranza el uso que dieron los antepasados de la generación actual
a cada instrumento de labranza, del hogar rural, de los juegos populares,
infantiles... Esfuerzo con sabor a pan familiar, a trigo, a siembra, siega.
Paisaje de Tierra de Campos,
adormecido en invierno, plenitud de primavera, oro del verano en la llanura
“sin curvas”, que diría Ortega y Gasset. Colores, ocres, verdes, rojos de
amapolas adornando y un cielo purísimo que invitan al pintor a plasmar tal
belleza. Y el Canal de Castilla colocando su cinta azul en la melena de los
surcos, fertilizándolos.
El Museo de la Tierra Labrada
quiere ser un canto a la sensibilidad, una mirada profunda al ayer de nuestro
hoy. Pone el acento en los objetos que están expuestos, conmemorando son su
silencio la historia y cultura de los hombres del campo.
Este libro es un paseo rural, un
álbum de recuerdos sacados a la luz. El botijo de la era os invita a saciar
vuestra sed de tantas cosas... Viérteme,
dice el agua desde su intimidad, quiero caer en tu interior, ablandar tus
ansias de mi presencia. Te vacía para llenarme. Gozo infinito.
Quedáis invitados a la
presentación, amigos lectores. ¡GUAUUU...!