viernes, 3 de febrero de 2017

AMÉRICA DEL NORTE


Hoy, amigo Chindas, vamos a hablar de un acontecimiento que pone en clave, el equilibrio mundial.

Con el color del fuego, el nuevo Presidente de EE.UU, se asoma al mundo. Su impetuoso carácter, cual emigrante furtivo, le lleva a saltar las vallas de la tolerancia, de los Derechos Humanos y de la libertad, cayendo en la zanja de la injusticia social.

Prepotencia frente a su labor de ser potencia que busca la paz entre las naciones. Acaba de iniciar su mandato sublevando y desequilibrando. El dinero prima para conseguir sus fines. Países con dinero, países amigos.

En aras de la seguridad de sus Estados, proclama barreras, muros que aíslen a los “malos”, que dejen espacios libres para las limusinas. Sin pobreza aparente tener unas ciudades desparasitadas. Su política no parece encaminada a culturizar a las masas, a inculcar valores, a nivelar la economía de los hogares sacando del hedonismo a los ricos de su círculo.

El Tío Sam, vuelve a tener vigencia en aras de la Libertad -de unos pocos- luchando por conseguir beneficios. Hispanos preparando las maletas del exilio si su Banco denota déficit o no son adictos a su simpatía.

Sí, Chindas, el revuelo mundial está siendo abatido por un tornado llamado Trump; arrasa las ilusiones y con su gesto irónico y dictador hace de los proyectos leyes. La luz estadounidense está siendo eclipsada, Europa apenas vislumbra la mano cordial que tendía para deshacer conflictos, para expandir la economía intercambiando industrias.

Lección y análisis del voto ganado sólo por simpatía, espera de prebendas o similares expectativas. Se dice que cada país tenemos a los líderes que merecemos; tal vez es necesario desestabilizar lo estable para volver a los orígenes y renacer limpios y solidarios.

En las luces de neón de Las Vegas, la política del ajuste ciudadano se detiene y entre el sibaritismo y la sensualidad en pro de los beneficios que aporta. Poderoso caballero es don dinero, ahora con título de Presidente de la mayor potencia mundial, hasta que el dragón chino le haga frente.


Soñemos con la paz y que estos adalides de la política nos la hagan posible por muchas generaciones, a pesar de sus ambiciones.

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