jueves, 9 de febrero de 2012

EL LIBRO DE JOB

Esta mañana, como todos los domingos, he acompañado a la campana de la iglesia con mi ulular. Por la tarde, caminando por la parva del Canal hacia el "alto de los raposos", mi socio me contaba impresionado la desolación que arrastraba la lectura bíblica: “si me acuesto, digo: ¿cuándo llegará el día? Si me levanto: ¿cuándo llegará la noche? Y no hago más que dar vueltas de la noche a la mañana…. Mi piel se arruga y se deshace; mis días corrieron más rápidos que la lanzadera, pasaron sin dejar esperanza.”


Desazón y desaliento que emanan del Libro de Job; dar vueltas de la noche a la mañana, en este rápido correr de los días sin esperanza.
Desazón y desaliento similares a los que pueden acompañar a muchos profesionales de la educación con tanto tejer y destejer con la alternancia política de los titulares del Ministerio. Ahora toca cambiar la estructura de la ESO y del Bachillerato y la Educación para la Ciudadanía por la Educación Cívica y Constitucional.
No machacamos el tema del cambio de la Educación para la Ciudadanía. Bastante se está diciendo ya. Así que discurre nuestro caminar dialogando sobre ese cambio de Bachillerato y lo que afecta a la estructura del sistema educativo. Da la impresión que el ministro se ha metido en un buen embrollo sin tener las ideas claras ni confusas, vamos sin ideas.
La estructura educativa en España consta de Educación Básica, compuesta de infantil, seis años de primaria y cuatro de secundaria; después la no obligatoria, compuesta de bachillerato y formación profesional, seguida por los estudios superiores.
Parece una estructura lógica dentro de las posibles. ¿Por qué tocarla?

Que existen problemas como el alto porcentaje de fracaso escolar, el bajo nivel de resultados que muestran los informes PISA y las quejas de los profesores de universidad sobre la baja capacidad para desarrollar estudios superiores de los que llegan a ellos.
¿Es posible que para remediar estos males no se les ocurra a nuestros dirigentes otra solución que amochar como noble toro furioso al que sueltan en la plaza, la estructura educativa? No parece muy racional querer conseguir la mejora de la educación básica cambiando el punto de llegada. Habrá que buscar la mejora desde sus inicios en educación infantil y continuarla en primaria y secundaria obligatoria, teniendo en cuenta que esta educación debe abrir caminos y posibilidades no poner obstáculos y barreras, y la medida primera y fundamental es conseguir que niños y jóvenes estén motivados, pero no por una motivación externa que puede ayudar pero no sustituir a la motivación de la satisfacción del aprendizaje. Para conseguir esto es casi imprescindible la motivación interna de educador que goza y no sufre con su trabajo. ¿Ayuda a conseguirlo el continuo tejer y destejer de las leyes educativas?.
El rigor, la disciplina, el esfuerzo son medios, no fines y se conseguirán siempre cuando maestro y alumno estén motivados y fracasará como medio en caso contrario.

Qué alentador y gratificante es hablar o leer a profesionales motivados como Ramiro y sus compañeros de la Liga Palentina de la Educación. Hace poco podía leerse en el periódico CARRIÓN como este educador, psicólogo y maestro, mostraba su disconformidad con el uso abusivo de los suspensos, que hunden la autoestima y la motivación del muchacho.

Mi viejo socio piensa que tras diez años de Primaria y Secundaria es anormal que no se haya preparado al joven para desenvolverse en la vida y que haya un fracaso escolar superior al 30%. Piensa que puestos a reformar sin tocar el sistema de cuatro cursos de la ESO el cuarto puede, sin cambiar leyes orgánicas, diversificarse en pre-profesional, pre-bachillerato y adaptativo al trabajo. Los centros debido a su propia configuración de alumnado, profesorado y localización podrían desarrollarlos en grupos diferentes o en grupos integrados. Al final todos recibirían el título común de graduado escolar y el que aprobase el pre-bachillerato el acceso al bachillerato y el pre-profesional el acceso a la formación profesional. Se permitirían pruebas a los que quieran cambiar de opción y repetir curso los que no aprobasen en una nueva oportunidad.
Habrá otras miles de ideas que los órganos educativos han de discutir y valorar antes de amochar.

Volviendo al pueblo le pregunto a mi socio que cómo acabó la historia de Job. El entra en casa toma el libro y lee : “ y llegó a poseer Job, 14.000 ovejas, 6.000 camellos, mil yuntas de bueyes y 1.000 asnas. Tuvo 14 hijos y 3 hijas. No había en toda aquella tierra mujeres más hermosas que Las hijas de Job.”

¿Qué hermosa esperanza, llegará el día en que entre todos los frutos de nuestros actos no habrá hijos e hijas más hermosos que los que produzca la educación.

5 comentarios:

  1. Solo me viene a la cabeza la canción de Sabina: "Y nos diron las diez y las once, las doce y la una y las dos y las tres......", hasta que sus Señorías se den cuenta de que no vamos por buen camino no nos queda otra que a pan y agua, y alguna vez algo de cebolla.

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  2. Reforma por reforma, sin contenido ni sentido, es un argumento más para demostrar que el análisis de los problemas educativos del país sigue sin hacerse con seriedad y profundidad. Así sólo se marea la perdiz, se desespera el personal y se desprestigia el sistema.

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  3. Gracias por lo que nos toca, Chindas. Y por cierto, tines más razón que un santo, el "santo Job" y cualquier otro.

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  4. Menos mal que los niños y los jóvenes tienen más aguante y paciencia que el Santo ese, que si no estallarían y se sublevarían. Y los profesores, ¡ni te cuento! Ahora otra nueva chapuza con lo de un año menos en la ESO y uno más en bachiller ¡los mismo perros con distintos collares! y además qué título van a dar y cuándo, en fin solo saben amochar como dice Chindasvinto

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  5. Aún estando totalmente de acuerdo con Chindas, tambien es cierto que los profesionales de la enseñanza, al menos en parte, tenemos lo que queremos. Digo esto porque tragamos con todo sin decir ni mu, sin hacer oir nuestras voces y nuestras protestas. Y solo entre nosotros y los padres y madres de alunmos podemos dar la vuelta a este "contínuo sinsentido".

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