Un largo entramado de rojos, ocres, grises, rosáceos, despide al sol en el ocaso. Mi socio, sotto voce, canta la vieja samba pampera:
Las penas y las vaquitas
se van por la misma senda
Las penas son de nosotros,
las vaquitas son ajenas.
En las sendas de este invernal atardecer de la crisis, se entrecruzan las penurias de muchos y las vacas de la abundancia de unos pocos. Con las noticias del aumento del paro, de recortes salariales, mengua de servicios educativos y sanitarios, se unen otras como que al Presidente del Consejo de Administración de Bankia, Sr. Rato, se le asigna una retribución anual de 2.200.000 euros, o que al director general de la sección América del Banco Santander, sr. Luzón se jubila a los 64 años con una pensión consolidada de más de 56 millones. ¿Cuántos son los ratos y los luzones? ¡Qué le vamos a hacer!
Las penas son de nosotros,/ las vaquitas son ajenas.
Si como dice Quevedo: poderoso caballero es don dinero, estarán los ratos y super-ratos, luzones y super-luzones carcajeándose de los cargos políticos que difícilmente superan los cien mil euros anuales. Poderosos caballeros son ellos y los políticos figurantes.
Y enseguida aparecen los mantras justificativos que, a base de repetirse, ablandan nuestro cerebro.
1er mantra: Bankia y Santander como empresas privadas tienen derecho a disponer de su dinero a su antojo.
Pero las grandes corporaciones suelen ser sociedades con millones de accionistas y todas con proveedores y clientes. Más unos pocos en un entramado de acciones en múltiples empresas se han hecho con el poder en los Consejos y teniendo una ínfima participación del capital se asignan contratos blindados, retribuciones, pensiones y premios en forma de bonos ninguneando accionistas, clientes y proveedores.
2º mantra: las empresas buscan para estos puestos a los mejores, y éstos tienen un precio porque se lo ganan y rinden más de lo que cuestan.
¿No se puede decir lo mismo de los políticos que son seleccionados entre los mejores para así animarnos a votarlos? En ambos casos ratos, luzones y también rajoys tienen ciertamente su valía personal pero ésta es inimaginable sin la aportación social. ¿Serían capaces de ganarse la vida en un contexto natural al margen de la sociedad? Han recibido estudios y formación y han gozado de oportunidades. Miles de personas tan válidas o más que ellos, sin su oportunidad no emergen. Otras pueden ocupar tan bien o mejor esos puestos directivos.
El capitalismo individualista que reflejan los mantras sirve muy bien a la codicia y ansia de poder de ciertos potentados económicos, no de todos, pues hay quienes conjugan sus propios intereses con el interés general.
Si la economía es la organización humana para producir bienes y servicios y distribuirlos, una organización que tiene a más de un quinto de sus trabajadores al margen de la producción y del reparto, que retribuye a un dirigente con una cantidad igual a la de cien empleados y en la que los que más ingresan no contribuyen de forma adecuada al gasto general no es sana socialmente; es injusta y hay que corregirla.
Además tampoco es sana económicamente; no es la más rentable. De ello hemos de dialogar en otras andanzas tierracampinas.
Intento que mi socio ensaye la samba ahora con esperanza.
Las penas y las vaquitas
se van por la misma senda.
Las penas las compartimos,
las vaquitas nos alegran.
¡Qué vergüenza! unos con esos sueldos y jubilaciones y otros cada vez menos. Dicen que nos habían subido la pensión este año 2012, pero yo he cobrado menos que el año pasado, supongo que porque han subido las retenciones del irpf. Lo dicho, una vergüenza.
ResponderEliminarParece que te han hecho caso y al "pobre" Rato le van a impedir ganar más de 600.000 euros ¡Qué penita me da! estoy por iniciar una cuestación para recaudar algo de pasta para ayudarle a sobrellevar este trago
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