jueves, 20 de diciembre de 2012

ESTRELLA FUGAZ


Desde Requena de Campos  Feliz Navidad y Año 2013 para todos

Chindas, escucha, estamos en vísperas de un día especial, la Navidad. En Requena podemos decir que ya ha llegado.

Cruzando el infinito cielo una estrella fugaz se ha detenido en el belén que está instalado en la iglesia; la luminaria celeste se hace eco y tras ella enarbolando su bandera de paz la siguen, con su manto de noche, todas las estrellas del firmamento.

La aldea respira luz, diminutas quedan las sombras en el asustado silencio. Ronda de diciembre que extasía el amanecer de la esperanza, la alegría de los niños ante los festejos de los villancicos, la serenidad de los mayores contemplando el cuadro plástico del Nacimiento.

Noche de paz, noche de amor. Con este slogan crecimos y hoy, muchos años después, gozamos con el gozo del recuerdo. Tan pequeño es nuestro pueblo que revivir aquél escenario es ser parte de él, cabemos en ese portal de pobreza y de vida nueva.

Misterio de fe sencilla, de pastores y reyes. Tradición renovada cada año, sonora, festiva. Ciudades engalanadas, luces de neón, optimismo en las calles paseando bajo su claridad. Panderetas calladas y coros de ángeles se entremezclan; corazones fervientes riman con la indiferencia de unos pocos sin poner en duda la algarabía que a todos bendice estas fechas.

Volvamos amigo mío a nuestro entorno, a este belén nuestro que contemplamos una vez rematado su hacer. Imaginación de elevado sentir, manos portadoras de alegría movidas para regalar la continuidad, el seguir presentes en la vida de un núcleo que adormece pero que conserva sus ideales de participación y presencia.

La madre contempla a su hijo y con su corazón henchido arrulla su  primer sueño de niño ante la mirada de un padre expectante y fascinado. Sensación de obra nueva en sus manos.

Reyes venidos de otras tierras refugian su cansancio en aquél lugar respirando desconcierto y veneran en la humildad de aquellas gentes a quien su sabiduría cambiará la historia.
Cielo y tierra se funden en un abrazo de recién nacido, como cualquier familia que recibe con amor la llegada de uno de sus hijos. Su bagaje está lleno de esperanza, la historia intentará doblegarla pero dos mil años después sigue siendo el referente de una presencia cercana y de un amigo en quien confiar.

La noche se ilumina con la fugaz estrella/ rauda como vino desparece/, dejando en el alma viva/, la inocencia de un Niño/, la libertad del camino/, la verdad de sus  palabras.

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