jueves, 3 de febrero de 2011

La culpa es de Zapatero

Mi socio se ha puesto las botas de montaña y como yo tengo zapatos con polainas de cuero, nos hemos lanzado al campo. Esta noche ha nevado y, a estas horas de la tarde, la nieve ha desaparecido, no así la humedad. No se ve ni un alma en el pueblo, ni perros, ni gatos, tampoco en el campo. Solo en los altos chopos graznan los cuervos. El tiempo, el espacio es gris, triste desapacible, como la crisis que atenaza nuestro tiempo y nuestro espacio.

Y por supuesto, la culpa es de Zapatero ¡Qué magnífico chivo que espíe y tranquilice las angustias, temores y posibles culpas de los españoles!
De este tiempo invernal bien explican sus causas las mujeres y los hombres del tiempo a base masas ciclónicas y anticiclónicas, vientos y nubes. Las causas del invernal tiempo económico nos lo explican algunos de formas concisa y brutal: La culpa es del ladrillo, de los bancos que lo alimentaron y del gobierno, que primero dejó hacer, continuó sin ver el problema y por fin buscó el remedio salvando a la banca y exprimiendo al pueblo.. Y el gobierno es Zapatero.

Ya en casa, al abrigo del fuego, se impone una reflexión más reposada,
Salió España de los tiempos difíciles de la transición con tres fuerzas impulsoras: el optimismo sincero de que llegaban tiempos mejores, la capacidad de trabajo y sacrificio de los que habían trabajado duro buscando para ellos y sus hijos una realidad mejor tanto en el interior como emigrando por media Europa, y el sentido de tarea común de cooperación.
Con esfuerzo y con la ayuda de fondos europeos la construcción era una tarea necesaria y rentable. El país necesitaba las infraestructuras de las que carecía, los movimientos de población pedían la construcción de viviendas y edificios de servicios públicos como los educativos y los sanitarios, los inmuebles de las nuevas o renovadas empresas. A esto se agregaba la demanda turística y con el tiempo la segunda vivienda.
La fiebre de la construcción no nació de la especulación, sino de la necesidad y fue el gran motor del desarrollo y que, a pesar de la crisis, hoy gozamos.
Pero lo bueno es corruptible y llegó la especulación del suelo y las nuevas urbanizaciones, se construyó masivamente, vendiéndose todo aún antes de terminar los edificios ya que estos se revalorizan de forma prodigiosa.
Todos contribuyeron a inflar el globo. Los ayuntamientos consiguiendo fondos del suelo urbanizable. Las empresas multiplicando su actividad y el precio de sus productos. Las familias consiguiendo pisos para vivir y para invertir. Los bancos prestando a promotores, constructores y compradores y hacienda con el aumento de sus ingresos. Y era tan jugosa la tarta que muchos no se resistieron a actividades delictivas. Soborno a autoridades municipales, cobros por encima del valor de los pisos, blanqueo de dinero.
Y los bancos prestaban alegremente y empresas y ciudadanos se endeudaban por decenas de años.
Nadie puso el cascabel al gato pues todos salían beneficiados y actuar contra corriente requería mucha inteligencia y determinación ¿Qué ciudadano podría negarse a adquirir piso que se revalorizaba si le daban dinero sin dificultades?¿Quién elegiría a un partido que pusiera freno al progreso en el municipio o en el país? Y ¿Qué banquero podría resistirse al cobro de intereses tan seguros?
¡Ay Zapatero, qué zapateritos somos todos!
Y ha llegado la crisis y por fin hay un acuerdo general para poner remedio a sus consecuencias y comenzar de nuevo.
Lo que pasa es que muchos ciudadanos están pagando los errores cometidos por todos, son los parados, los desahuciados, los autónomos arruinados y tal vez lo pague Zapatero como dirigente político ¿Lo pagan de modo semejante los dirigentes bancarios y empresariales?

Ahora es el momento de arrimar todos el hombro, ponerse las botas y salir al campo aunque el día esté gris y Zapatero no lo arregle.

2 comentarios:

  1. En este país siempre encontramos a quien cargar las culpas de todos nuestros males. Somos especialistas en sacudirnos nuestra propia responsabilidad. La verdad es que desde el punto de vista de la salud mental es un actitud muy conveniente. Paro así nunca nos ponemos manos a la obra para reaccionar

    ResponderEliminar
  2. ¡Seguro que Zapatero también tiene la culpa de la contaminación que estamos padeciendo estos días en Madrid!

    ResponderEliminar