jueves, 10 de febrero de 2011

La despoblación

Venimos rumiando en nuestras salidas vespertinas el tema de la despoblación. Hace unos minutos que se ha puesto el sol. Ha anochecido y en el alto del camino de Cabañas nos paramos contemplando el horizonte. El cielo al oeste, por Marcilla es una explosión de matices del rojo al gris, los campos un entorno de formas curvas sobre el que destacan las oscuras siluetas de once árboles. No hay voces ni sonidos. ¿Es esta soledad silenciosa la expresión de la despoblación? Esas siluetas de árboles apenas configurados por la tenue luz de la incipiente noche es la belleza de la vida, la fuerza, la esperanza.

Los datos que hacen referencia a Castilla y León, a Palencia y a sus pueblos son apabullantes.La despoblación sigue su curso.Solo la provincia de Valladolid aumenta en su número de habitantes. En Palencia hasta la capital pierde población y el índice de fallecidos duplica a los nacimientos.
Y ya tenemos a los periodistas, a los políticos y a los demógrafos metiéndonos el resuello en el cuerpo por este agujero negro en que vivimos y para el que se piden soluciones que por el momento ni se ven claras ni efectivas.
Peor es la situación de centenares de pueblos como Requena, sin niños, sin jóvenes, con muy pocos activos y aunque escasos una mayoría de viejos jubilados. La despoblación no es un buen dato y tiene sus causas y sus consecuencias, pero no por mirar obsesivamente el agujero y lamentarnos este va a desaparecer.
Lo importante son los ciudadanos, los habitantes de esta región, sus oportunidades para una vida digna, para una buena educación, sanidad, cultura, seguridad, en satisfacción de la gente. Lo que importa es la calidad de vida no su cantidad.
Que nuestros jóvenes, bien formados, encuentren su oportunidad en Madrid o en Chicago será motivo de alegría para ellos y sus padres y satisfacción y orgullo para todos.
Y es que si somos constantes y logramos alta calidad educativa, buenos servicios, seguridad y comunicaciones, la región comenzará a estabilizarse, y superaremos el problema que nos atenaza.
Conviene no obstante tener en cuenta, para no autoflagelarnos algunas constataciones:
- Ni en educación, ni en sanidad, ni en cultura ocupamos el furgón de cola peninsular. Habrá que insistir y mejorar, sobre todo en educación.
- Por las causas que los demógrafos nos dicen, la pirámide de población es amplia en la cúspide y estrecha en la base. Seguiremos durante años teniendo más mortalidad que natalidad. Lo importante es la fecundidad de la generación capaz de tener hijos. Si esta es la adecuada llegará el equilibrio.
- Muchos países con escasa población son modelo de desarrollo. Pensemos en los países nórdicos.
- Nuestros paisanos triunfadores en la emigración pueden ser activos valedores de lo que emprendamos.
- Ah, si la despoblación de nuestros pueblos es del tamaño que vemos, es hora de una nueva configuración territorial acorde con la situación.

Nosotros estamos felices de vivir en Requena. Todos nos conocemos, personas y animales de compañía. Es fantástico salir a la calle y que al que encuentres te salude, te festeje y te acaricie. Mientras haya vida en Requena, no lloraremos, festejaremos la vida.

4 comentarios:

  1. Eres un optimista, pero tienes parte de razón. Servicios básicos mejor gestionados y racionalmente distribuidos es lo que necesita nuuestra tierra para que no se despueble del todo.Y, por supuesto, una buena política de incentivos a la natalidad, que no es tanto dar ayudas ¡2500€? sino dar servicios de salud, escuela, guarderia, etc. y facilitar, por ley, las bajas por cuidado de hijos menores, al padre y/o a la madre.

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  2. ¿Serán capaces los dos partidos políticos mayoritarios en Castilla y León de ponerse de acuerdo para llevar a efecto una planificación racional del territorio?

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  3. ¿Cómo se puede pretender que aumente la población si los servicios básicos, educación y sanidad, además del empleo, son inexistentes o insuficientes?

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  4. me resulta sugerente cuando menos, Jose. ¿si lograsemos crecer en cultura y en humanidad, no llegaríamos a ser un ejemplo?... no sé. pero la mirada esperanzada, me parece no un lujo, sino una necesidad. un análisis sin salida tiene que ser un análisis incompleto.
    gracias por compartir tu reflesión.
    luis angel roldán

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