jueves, 7 de abril de 2011

Animales en celo

Esta mañana Zape, uno de los gatos negros de la casa, ha llegado hecho un cuadro, esmirriado, deslucido el pelo, medio cojo y con una fea herida en la pata delantera izquierda. Con un desmayado gemido pedía atenciones y comida. Doy fe de que no he sido yo el culpable de tan lastimoso estado. Ladro y persigo a los gatos, pero no he mordido a ninguno. Pobrecillos, son animales en celo, se esfuerzan mucho, sufren un enorme desgaste y se pelean violentamente por conseguir los favores de las gatitas.


Como los políticos. Se ha abierto la veda. Se han convocado elecciones y se han lanzado a una actividad frenética. El poder es la prenda de su deseo, su meta. Se les han desatado las hormonas y la han emprendido con furor unos contra otros. Les pasa lo que a los gatos en la época de celo. Se habla de lucha política, de triunfos y derrotas y de amedrentar y vencer a los rivales.
Están como borrachos, bobos ansiosos por el poder y como un bobo emboba a cientos si le dan lugar y tiempo, y como estos elementos se les han dado, ya tenemos a manadas entusiastas siguiendo su proceder y pidiendo sangre.
Mientras, la gran mayoría de los ciudadanos contempla sorprendida el espestáculo, con horror y asco, como se contempla la babosa disputa desatada entre un grupo de beodos.
Y es que se ha perdido el sentido humano de la racionalidad que controla la efervescencia de sus instintos primarios y es que solamente elegimos a quienes dirigirán las actividades y tareas colectivas de la comunidad autónoma y de los ayuntamientos, y no a los campeones de lucha disaléctica.
Es curioso, les pasa como a Alonso Quijano, que no tocándoles el tema de detentar el poder, son sensatos y hasta buenas personas, pero como él, cuando se le hablaba de caballeros andantes, se transformaba en el Quijote de mente revuelta empeñado en combatir los molinos de viento a los que veía como gigantes peligrosos.
A Cervantes, con todo, no le pasó por la cabeza que gentes numerosas siguieran entusiasmadas a mentes tan calenturientas.
Pasado el mes de mayo ha de volver la sensatez y nuestros procuradores y concejales electos administrarán su hacienda y la nuestra con mesura y eficacia. Eso esperamos.

Sentados en el vértice del ribazo del Rosillo, contemplamos la serenidad y tranquilidad de estas tierras. Observo cómo mi socio sonríe mientras dice como los clásicos. Et nos per ista transíbimus...vamos que también nosotros hemos pasado por eso.

3 comentarios:

  1. Mucha fe tienes en que vuelva la "sensatez" y se dediquen a gestionar la cosa pública con sentido común y responsabilidad. ¡Ójala sea así! "Amén"

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  2. ¡Qué casualidad! El domingo pasado cruzamos junto al Rosillo y Requena por el canal de Castilla dando una vuelta en bici. Y además, tengo un pastor alemán listísimo y bueno que se llama ¡Chindas (vinto)! Tiene 4 años, nació en Baltanás y vive en Herrera de Duero. Por cierto, Chindas, cierto que escribes las entradillas en cursiva del blog, pero el resto no sé, no se.
    Saludos desde Pucela

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  3. El resto son "nuestras reflexiones", je, je, je, o mejor, gua, gua, gua

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