viernes, 14 de octubre de 2011

Robahuevos

En nuestros diarios recorridos campestres vemos cómo el campo se transforma. Requena es un pequeño municipio básicamente de secano. En las últimas semanas se ha cosechado el girasol. Todo está seco, menos algunas alfalfas, pero ya no todo es rastrojo. Los tractores con sus arados de disco están enterrando la caña de los girasoles y los restos de paja de trigos y cebadas. Y es que los hombres del campo, con todos sus defectos y virtudes, pisan la tierra y saben que hay que ayudarla, trabajarla para que rinda, que es como una gallina a la que hay que cuidar y alimentar si se quiere que de fruto.


Hoy parece que en nuestra sociedad los frutos, los huevos, no son los productos alimenticios, ni los industriales, ni los servicios educativos, médicos, asistenciales, culturales, turísticos y de entrtetenimiento sino el dinero, los euros, por más que hablemos del cochino dinero o del vil metal. Y los dioses de nuestro mundo globalizado son los robahuevos, los que sin cuidar a la gallinita se apoderan de los huevos, trafican con ellos, especulan y acrecientan sus despensas para sus pantagruélicas tortillas.
Por supuesto que no quieren que las gallinas mueran, pero ya habrá otros que las cuiden mientras ellos las despluman.
Y es que los cuidadores son los peones, los oficiales, técnicos, conductores, maestros, médicos, camareros, autónomos y empresarios emprendedores, los actuales y los que les precedieron. Es la comunidad que ha creado escuelas, hospitales, puertos, carreteras, centros de investigación...
Y son robahuevos los que con los fondos ahorrados por los ciudadanos laboriosos consiguen pingües beneficios, especulando con ellos y con sus propios capitales que van generando. Lo son los directivos de cajas, bancos, empresas que se atribuyen millonarias retribuciones, compensaciones por dejar su puesto y jugosas jubilaciones mientras despiden personal, piden despido libre, contención de salarios y freno a las jubilaciones.Lo son los que evaden impuestos en paraísos fiscales. Los que se benefician de desgravaciones fiscales y rehusan compensar a la comunidad por ello. (En España los beneficios empresariales están gravados con el 30% pero las grandes empresas no cotizan de hecho más que el 10%) Y hasta es un pequeño ladronzuelo el trabajador que rehuye su obligación, carga a sus compañeros y exige insolente que el sindicato le defienda.
Los robahuevos se saben amorales pues es la ley del mercado y se creen plenos de ingenio y sagacidad, capaces de conseguir buenos resultados para sus empresas y por ende para sus bolsillos y nos arrastran en este tráfico bursátil de títulos monetarios en un mercado dominado por los dominadores y manipulado por los manipuladores.Y entretanto, políticos y economistas toman o piden medidas de ajuste para reforzar nuestra posición en el mercado y que este no destruya nuestra capacidad y relativo bienestar ya que hay que hacerse respetar en este mundo tan competitivo.
En el mercado financiero no hay normas y en él campan los injustos, avariciosos, acaparadores sagaces y al rebufo de los triunfadores, multitudes siguen sus pasos. Y todos se cren genios y en realidad son tontos de capirote, pues los euros no son mas que papeles para conseguir huevos, si los hay, y los que ayudan a que se den estos son los ciudadanos de la economía real que es la gallina y la están desplumando con el paro, los bajos salarios, la merma de los servicios y la gallina desplumada produce menos y disminuye el consumo, la producción y el bienestar.
Desgraciadamente, unos pocos, los tramposos con suerte consiguen apoderarse de una parte significativa de los huevos producidos, pero la mayoría de los apostadores en los mercados financieros y en el de los bienes y servicios se hundirá en la depresión si no se pòne remedio.

Puede que no estén mal las medidas que nos propones políticos y economistas, pero siempre que les demos en los nudillos de las manos a los robahuevos si no queremos que la gallina siga languideciendo.

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