jueves, 15 de diciembre de 2011

El Belén de Requena

Mi socio y yo salimos a dar un paseo a pesar de la niebla tan cerrada que hay. Es un paseo rápido por los campos abiertos que tanto me gustan, pero hoy cerrados por la tediosa niebla; así que no vemos ni rebecos ni conejos ni bicho viviente, pero de vuelta divisamos a Luci con un carretillo de arena y ramas. Va a la iglesia donde están preparando el Belén que ella ha promovido. Este año van a participar en el concurso de la Diputación.

Es por eso que no ha faltado actividad en casa. Mi ama lo ha proyectado y lo está llevando a cabo con Luci, Toño y Fernando. Quieren expresar plásticamente el sentido, el alma de esta Navidad del 2011 en este pueblo castellano casi despoblado.
Todo el conjunto es un amplio espacio campesino de tierra de campos. En él se han distribuido armónicamente construcciones señeras de la localidad símbolos del lugar y de la Navidad.

Está la torre de la iglesia con sus campanas y reloj que marca las doce, hora que anuncia la Buena Nueva a los doce vecinos que quedan. Es bonita, la ha hecho Toño, que sabe y tiene sensibilidad.

Debajo del puente del fecundo Canal de Castilla que por aquí pasa, como si de un arco triunfal se tratase, están José, María y el Niño que nace, fuente de vida; pero reflejando la pobreza absoluta de la crisis de hoy y de siempre.
Fernando ha puesto su habilidad con la madera.
Ángeles de papel brillante, de corte infantil, ponen una nota de colorido y de alegría. No hay niños, pero en cada corazón adulto aparece una sonrisa fruto de aquella edad vivida.

Una caseta en ruinas, elaborada en barro, pone una nota de nostalgia en ese paisaje despoblado, en esa llanura vacía, en ese villancico mudo.

El pueblo de hoy en día aparece a un lado, ensoñado, idealizado en el manto blanco del invierno pasado.

Y, como en el pueblo, en este Belén no hay ni buey, ni mula, ni pastores, ni rebaños, ni Reyes Magos, ni camellos, ni caballos. Aquí no llega ninguna caravana, pues no hay niño que la espere.

Completan este cuadro plástico del Belén tres orzas de barro cocido con su corona. Es el don que los Reyes nos han concedido y que los promotores del Belén ofrecen a todos los vecinos, visitantes, parientes, amigos.
La primera orza ofrece el oro que es el tiempo que aquí se nos regala, que se vive sin prisas, se degusta, se paladea.
La segunda da el incienso. Naturaleza llena de aromas, el placer de sentir la tierra labrada, las mieses cortadas, el paseo pisando romero, lavanda, tomillo.
La tercera nos deja la mirra, el ungüento que cura, alivia, ayuda. En la mirra está la gente que comparte, que no se encierra en su individualidad, que se alegra con la alegría ajena y llora con las lágrimas de quienes penan.
Tres dones en orzas curtidas por el uso de generaciones pasadas. Hoy, en Requena, el pasado y el presente se funden alegrando el existir de este pueblo despoblado.


Yo, que aunque no se me vea, me siento reposando mansamente bajo el puente os deseo a todos mis amigos tiempo, naturaleza y gente, nuestra gente.

¡Feliz Navidad!

5 comentarios:

  1. ¿Sabrán en la Dipuatción aqpreciar el simbolismo de vuestro nacimiento? Para hacerlo deberían leer a Chindasvinto. Enhorabuena por vuestra ilusión y ¡suerte!

    ResponderEliminar
  2. "Orza" ¡Preciosa palabra casi en desuso!

    ResponderEliminar
  3. es precioso q alguien haga esto asi

    ResponderEliminar
  4. ¿Cuando sabemos si la diputación os ha dado premio?

    ResponderEliminar
  5. !ENHORABUENA! POR SEGUIR MANTENIENDO LA ILUSION. NO IMPORTA QUE EN LOS PUEBLOS SEAMOS POCOS, SINO LA CALIDAD DE LOS QUE SOMOS. FELIZ NAVIDAD DESDE MARCILLA DE CAMPOS

    ResponderEliminar