jueves, 3 de octubre de 2013

LAS NOTICIAS

Estos días, amigo Chindas, la prensa y sus variantes de información entristecen un poco más nuestras vidas. Nuestra sociedad se amalgama con la ausencia de valores y desata su ignorancia cívica en luchas de palabras vanas, en agresiones sin sentido, en reivindicaciones personalizadas para reblandecer los cimientos afianzados desde la niñez. ¿Dónde nos lleva este “progreso” vociferante, este resonar que en todo el mundo se oye?.
¡Ay, mi buen perro! tú poco conoces de estos vaivenes, de estos desatinos que antes se enseñaba en las escuelas a no cometer. La libertad que da la falta de avaricia, de ser uno más haciendo grupo solidario sin gritos, ayudando, es tachada del horizonte social actual; pero no sigamos vapuleando nuestro corazón y en esta página reflejemos con otra mirada  lo positivo que subyace en el color de los cristales de nuestro sentir.
Cuando en las manos de un niño ponemos una maquinita de juego, un móvil, un entretenimiento que le aísla y nos deja “tranquilos”, su futuro se basa en tierras movedizas y nosotros los padres les abocamos al desamor del tener sin esfuerzo, a las adiciones. ¿Cómo ver con otros ojos esta realidad que presagia una patria sin horizontes, una lontananza desequilibrada? Chindas, tú y yo aquí sentados en el patio viendo la última mariposa que revolotea sobre una flor que se marchita, de repente nos da esperanza. Un rayo de sol se posa en la fragilidad de sus alas y un colorido espléndido se trasluce en nuestra admirada criatura.

Insensato es el desaliento de la noche porque el día arrebató su oscuridad. Sensato es el día porque sabe que la luz aparece cada mañana aunque haya nubarrones en el cielo que vemos.

Me viene a la mente aquel canto de infancia y quizá a alguno de los lectores les evoca: El patio de mi casa es particular cuando llueve se moja como los demás, agáchate y vuélvete a agachar... Juego, niñez sencilla en el corro de la amistad, padres unidos velando estos recreos. Merienda campesina del pan y el queso o chocolate.

Noticias de los errores humanos nos rodean, pero tras ellas están nuestros hogares donde la armonía son su razón de ser, donde cada gesto es una apertura a la vida en equilibrio, una aportación a la sociedad para que no pierda la esperanza . Los hechos que nos abruman en estos días de guerra, de emigración, de dolosas promesas, de venganzas familiares..., se tornarán en aguas cristalinas de sensatez y la luz se reflejará en ellas para bienestar de todos. Amanece a pesar de los hechos noticiables del desaliento.

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