jueves, 19 de mayo de 2016

EL DOLOR DEL DOLOR

Dolorido está el dolor por su reciente caída. ¿Qué es el cuerpo sino dolor vestido de rosas algunos días?

Tropiezan los pies y cae en brazos del suelo la torpe naturaleza que a los años pone vetos y a la mente incongruencia. Por dentro no se envejece pero por fuera… reflejos faltan. Cual saeta lanzada con fuerza en la diana acierta y el dolor agudo del dardo penetra, hiere y humedece las mejillas del disco que sin esperar recibe la dolencia.

Se hace lento el caminar llevando las muletas, una de esfuerzo y otra de voluntad; la cabeza levantada y la sonrisa presta. Sigue el dolor en el refugio metido y asomando con ayes, de vez en cuando, intenta pasar desapercibido, pero ¡ay! de nuevo tortura la desventurada zona que grita hacia dentro para amortiguar su duelo.

San Isidro tan feliz sale a bendecir el campo y el hisopo de mis desvelos rocía la verde y fértil tierra ajeno a que, por su culpa, tenga el tropiezo de amigo. Dolor de dolor callado por sufrir se hace enemigo ¿seremos algún día amigos y no vivir enojados? Realidad tierra campera, la de soledades y entusiasmos, la de arada y siega, la de eriales y prados. A los pies del Santo las lilas de mayo esparcen su aroma recreando al aire, mientras los pájaros gorjean y despiertan al amanecer con el primer canto del gallo.

Pastillas de colores agradables, al desayuno empiezan a ser parte de mi parte, acompañan sus ¡buenos días! calmando y a fuer de ser constantes, amainan el vendaval del dolor por un rato. Buscan refuerzos a mediodía y a la noche para que el sueño palíe los desvelos de los huesos.

Dolor del dolor que se auto invita a la fiesta del vivir y es marginado por su carácter cruel, por su inoportuna presencia. Las obras ya se terminan, el andamio es retirado y mi imprudencia castigada, los vecinos admiran el trabajo y regocijan de veras de la renovación lograda.

Cántico, pues, al buen hacer de las manos artesanas. Archivolta una vez más, deja su huella profesional en la piedra que perpetuará la historia, nuestra historia local.


Esfuerzo, arte y dolor, unidos en el entusiasmo de mejorar nuestro entorno. Jardín de ilusiones al alcance de las manos. Mariposas azules libando las flores que sobre los balcones penden y zumbidos de abejas defendiendo su despensa. Poesía de luces y sombra.

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