jueves, 9 de junio de 2016

TRANSPARENCIA

Transparentes son las urnas que miran nuestras manos, desde su corazón vacío, al depositar el voto. Tras sus ojos claros queda nuestro deseo para ser contado, sumado. Voz callada, oculta en un sobre, que otros harán suya a la hora del recuento. Una gota en el conjunto pero decisiva, ¿irreflexiva?, tal vez, por la influencia verbal del candidato.

Corazones opacos, anochecidos por la injusticia social, quieren otorgar su confianza en quienes les endulzan el paladar con su cercanía. En esos líderes que, si alcanzan sus objetivos, adornarán sus salones con la copa del triunfo.

Transparencia renovada en el buen hacer del día siguiente y sucesivos es lo que todos queremos. Abnegación, lucha, trabajo real de esos políticos que están en la cresta de la ola ahora, a pesar de su constante movimiento giratorio, como la veleta, lleno de vientos ofensivos, señalando siempre el norte degradado del adversario, para que esa creencia en sus palabras fáciles den el resultado esperado por el pueblo.

Junio, con sus días soleados, con las tertulias en la solana, en las calles, amalgamando la amistad que retorna del invierno ciudadano en la multiplicidad de vivencias y pareceres políticos, armoniza la convivencia.

Tersura en el alma de quienes nos gobiernen a partir del próximo mes, sosiego para españoles deseosos de equilibrio y una patria unida para orgullo de todos.

Espera la espiga que el sol vista de galanura su cuerpo, el rocío bese cada mañana su despertar y la lluvia empape sus raíces de savia nueva para su maduración gozosa.

Urnas, elecciones, compás de espera. Pensemos con el poeta indio Rabindranaz Tagore “El pez es mudo en el agua; la bestia, ruidosa en la tierra; el pájaro, cantor en el aire. Pero el hombre tiene en sí la música del aire, el alboroto de la tierra y el silencio del mar.”


¿Con quién te identificas? Mira en tu interior y ¡vota!

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