jueves, 31 de enero de 2013

EL PARO Y LAS URGENCIAS


¡Ay, Señor, Señor!, qué será de nosotros los bienaventurados si el paro nos deprime y las Urgencias también detienen el reloj del tiempo a nuestro paso.

Asientos maltratados por el uso de años, sufridores de traseros pacientes, doloridos y de comprensible desasosiego.¿Qué pasa en nuestra Sanidad Pública, tan valorada en algunos aspectos y tan lamentable en otros? Valladolid es “Valladolid” para los foráneos pero en este Hospital su foto no sale muy favorecida.

Hasta nosotros y repito los “bienaventurados”, los herederos del Reino, gustamos de la luz, el decoro, la atención afable y diligente a nuestro dolor. Indiferente mirada del personal subalterno en el compás de espera ante el único ascensor “en uso” a nuestro lado, para once plantas. Carros retirando las bolsas de deshecho salen del ascensor contiguo, de uso exclusivo del personal, paseando por nuestras narices sus efluvios, a las trece y treinta horas, en la planta de entrada. Todo un vestuario para la musa de cualquier pintor con garra.

Observo: lutos prolongados hasta los pies por etnias, queridas por mí, por ejemplo, y rechazadas por otros, miran sin mirar el paso de ese tiempo que a todos nos pertenece y que parece les deja indiferentes. De vez en cuando un altavoz mal sintonizado, llama al paciente (nunca mejor aplicado el adjetivo al sujeto) para que pase a consulta.

Tambaleando, a tres pies, después de tres horas en esa entrada señalada y atendida bien por el médico y enfermera, vuelve el compás de espera para salir a la calle. VEINTE minutos de  espera, si nuestro reloj marca exacto, hace que al fin el ascensor se detenga en esa tercera planta, pero no para bajar sino para subir al infinito 11º piso. Esta vez hubo suerte y nos colamos a apretujones, para poder bajar luego. ¿Qué pasa con el resto que no pudo entrar y por mucho que pulsen la “flecha roja” de bajada y que por exceso de pasajeros no se detiene una y otra vez en su incesante uso?.

Es curioso observar el paralelo del ascensor con el paro, sube sin cesar y cuando baja da trompincones en las zonas intermedias, temiendo los usuarios caer en el abismo y darnos aún mayor porrazo, aunque siguiendo el orden de incidencias estamos en un lugar de Salud y en el mejor de los casos, alguna bata blanca se puede acercar a ver que ha pasado.

¡Ay Señor, Señor!, danos un poco menos de bienaventuranza a nosotros y un poco más de responsabilidad a los Gestores de estas situaciones, a no ser que les tengas preparado que algún día ellos ocupen nuestro lugar en el contexto de Salud o en el del paro obligado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario