Vamos
a comentar sobre esta “noticia” que los medios nos han hecho llegar. Sí,
es sobre
ese mensajero volátil venezolano que a este candidato le pía la arenga,
en trance de oración, que debe dirigir al pueblo; claro que lo más importante
es quién le envía: el Comandante Chávez. Allá por el infinito cielo sigue
estando preocupado por su país, por su pueblo fiel y querido a su manera.
Miradas
ávidas del retorno del difunto agolpan su corazón con la esperanza de oír tal
trino y cómo después del diluvio, salir de la barca que éste las encerró en
ella.
Ensoñación en ese piar musitado/ aleteo
etéreo, sutil e invisible/ que acerca el corazón del lider marchito,/ que brota lágrimas
emocionadas del recuerdo,/ latidos vestidos de color nacional/ sencillez en
pasos cortos/ palmas adormecidas deseando despertar.../
Maduro,
¡el triunfo es tuyo! rezan los eslogan que reflejan cual espejo en la prensa el
deseo de muchos pero también la rebelión de otros. Su “vuelta” enmascara la
realidad del país; las añoranzas generalmente entorpecen el progreso, y vivir
dos veces la misma vida, aunque haya sido muy loable para algunos, es abrazarse
a las raíces de una cepa sin más frutos.
El voto del temor si el chavismo sigue,
subyace en las mismísimas entrañas donde el petróleo mana; la violencia, las
barriadas donde se hacinan los marginados pintan como saben el panorama real
que el comandante no ocultó pero que “no tuvo tiempo” de subsanar.
Bello país Venezuela que teniendo una
fauna de plumajes espectaculares se afana en oír sólo el tenue cuchicheo del
alma de un pajarillo, dejando al margen la sonora belleza que aportan nuevos líderes
Barreras de sentimientos
dividen el patriotismo/ atronador arranque en la garganta de la noche,/ bandera
ajada en vaivenes pretende ondear a un solo lado/ mientras, el mundo sigue su
compás latino, / la buena nueva llegará en domingo. /
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