jueves, 6 de febrero de 2014

¡QUE DECEPCIÓN!

Chindas te voy a contar....
Conocí a un hombre bueno con ideales, joven y con madurez para llevarlos a cabo, remunerado lógicamente; de carácter amble, elocuencia insegura pero de oídos atentos. Ocupó cargos sociales y cada día sus noches eran tranquilas porque su sensibilidad le permitía durante el día estrechar la mano con sinceridad.
Tales eran sus dones que llegó a ser Alcalde de su ciudad. Alivio para muchos que oteaban el horizonte con los prismáticos de la esperanza. Nuestro hombre "bueno", empezó a revestirse de político: sonrisa fácil, saludos con mirada ausente, prisas que alejaban los sonidos de las demandas. Poses para la prensa, testigo prolongado de su labor municipal, pero...con dos caras, la fotográfica y la escrita.
 Sí, Chindas, hay promesas incumplidas también en provincias, podemos constatarlo en las hemerotecas; por ejemplo animar a un colectivo en sus inicios de trabajo social ofreciendo aportarse a sí mismo, si se precisaba, a subir unos muebles a la Sede de ésta. Todo un gesto de entendimiento de lo que es servir a una comunidad sin ánimo de lucro y sin el boato del cargo.
Un móvil era la demanda, usado, de segunda mano, pero imprescindible para empezar la andadura de comunicación entre socios afectados y la Asociación de Ayuda. Si retiraban un ordenador sería el completo del apoyo, se le sugiere... Toma nota y con la bondad que le sale del alma piensa y dice que él tiene uno que nos podía valer.
La prensa escrita recoge y publica todo esto.
Sonrisas esperanzadas cruzan la puerta del Consistorio. ¡Es sencillo y parece sincero! Ya podemos empezar la tarea.
Han pasado unos meses y nuestro hombre "bueno" con ideales ha aparcado sus palabras de estímulo y colaboración en la carpeta de su política muda. ¡Qué decepción!

 Si algún lector puede facilitarnos alguna de estas herramientas se lo agradeceríamos. 
¡Guauu! = ¡Gracias!

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