jueves, 4 de junio de 2015

EL HILO

       Mientras la hebra sigue el antojo de mis manos en la labor emprendida, la cabeza aún convaleciente, busca sentido a este finísima trenza que espera de mi su lucida utilidad. Abrazo tras abrazo con el ganchillo, las cadenetas se convierten en terapia. El ovillo, en este caso blanco, con desatino, busca en el balanceo constante de la demanda permanecer estable. De soslayo miro  su  desasosiego pero sigo impasible tirando del hilo aún a sabiendas que no le agrada. A costa de sus inoportunos giros, para él, el trabajo hará feliz a quien va destinado.
         Como las horas gripales o de "andancio" son eternas, dan mucho en pensar y sacar conclusiones de la madeja de la vida. Independiente del color, el sendero es el mismo, se vaya en  automóvil o a pie. Reflexiones en voz baja ante tantos avatares que motivan a los seres humanos  a  actuar de un modo u otro, a buscar la satisfacción del ego a cualquier precio, a mirar a lo lejos para caer, pobrecillos, en el fango que se empeñan en ignorar estando a sus pies.

            Redes de pesca o de campos/arrastran y sostienen la cosecha .
            Sueltas poca cosa son/ maromas retorcidas.
            Las elabora la esperanza y las porta el esfuerzo.
            En solitario los brazos apenas las sostienen.
            En unión el fruto es abundante.

         Chindas, para ti igual es un cosido simple que un bordado y seguro que no sabes a dónde quiero ir a parar con tanto preámbulo. Verás, el ganchillo es un encaje sencillo al alcance de cualquier inteligencia, pero hay otro algo más complicado y muy bello, que es acertar con el encaje de bolillos que estos días están haciendo los políticos ¿Saldrá de sus habilidades unos pactos coherentes que beneficien al común de los españoles? Sin duda alguna la tijera tendrá que cortar los hilos sobrantes y la plancha rematar el esfuerzo. Dolorosa decisión para el hilo mutilado.
         Quedan pocos días para estrenar lideres en acción; expectativa y recelo con los principiantes. Observación permanente a las promesas de los veteranos en la costuras nacionales. Tal vez, pasadas las opciones de elegir, una buena gripe sea necesaria para que la fiebre haga cama y aclare actuaciones futuras.
           Mientras llega la realidad, amigo Chindas, regresemos a la normalidad  de estos días, asomándonos a la ventana para ver pasar a la cigüeña con una culebrilla en el pico.

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