viernes, 19 de junio de 2015

JUNTO A LA LUNA

Chindas:
                                  Duerme la luna con su claridad plena
abrazada al árbol solitario
que abandonó el monte y
escogió el páramo para vivir en soledad.
Sombras de plata corlada
dominando el cerro de ideas no compartidas,
vigilan el balanceo de sus hojas
en esa llanura que toca el cielo.
Un  arrullo acompaña la noche
en el nido de los sueños
y la luna refleja la sencillez
que con coraje se entrega y  sirve.
Nuevos horizontes pronuncian la mañana
y el astro del descanso
retira su faro acariciando al rocío.
Alas de tacto suave, mirada expectante,
necesidad de sonrisas,
manos abiertas.
Nueva etapa en el común de los días,
brisa intentando posarse en cada rostro,
bienestar revestido de armonía,
serenidad en el hacer,
cántico de esperanza.
Junto a la luna aprendí a "mirar" con otros ojos
revoloteando el interior mío,
su aurora se me antojó prioridad
y a su lado el camino se hace atajo.
Llevo el cayado con la sensación
de ser portadora de la altura del aire,
con la ilusión de que las flores
no marchiten a mi paso su mirada.
Tiempo nuevo ajetreado
acechando cada ocaso
con los menguantes y crecientes de la luna
esperando una nueva plenitud .

                   Aquí estamos Chindas, cruzando tus ojos con los míos, muy negros los tuyos, los míos no tanto, pero entendiéndonos en este nuevo reto que el pueblo ha puesto en mi persona y que tu, mi buen perro, apenas puedes colaborar; pero tu sola compañía eleva el ánimo y nuestro monólogo-diálogo seguirá siendo un estímulo y un placer.

                   ¡Hasta la próxima semana!

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