miércoles, 10 de agosto de 2016

EL SILENCIO DE LAS LETRAS

Chindas recupera la alegría de su ama
Tal vez, querido Chindas, alguno de nuestros lectores habituales hayan echado en falta ese diálogo-monólogo que tenemos tú y yo cada semana y que con gusto compartimos.

El teclado del ordenador ha guardado silencio, sus letras miraban expectantes las lágrimas que, cual cataratas improvisadas, rozaban las mejillas de tu ama. Cristalinas aguas que salían del escondite que las emanaba: una hernia discal de carácter complicado.

Como te digo, las palabras escritas paralizaron su lenguaje familiar, sólo nuestra mirada se cruzaba y abrazaba la amistad que nos une. Hoy de nuevo el arco iris ha roto el maleficio de la lluvia tormentosa e insaciable y luce sus colores dentro del espejismo de la risa.

Las manos expertas del neurocirujano  Dr. Antonio Luis Mostaza, de León, su paciencia laboriosa y profesionalidad reconocida, han hecho el “milagro” de la sonrisa. Con trato amable, sencillo, lleno de sensibilidad y cercanía dejó caer sobre el dolor el brote de la esperanza. En su especialidad de la columna vertebral, miró y analizó mis ayes, sus causas y con el mimo de su saber fue realizando el trabajo que me ha devuelto a la actividad diaria.

El agradecimiento, por muchas veces repetido, siempre es pequeño porque la aportación que hacen a la sociedad estos médicos vocacionales, especialistas en valorar los tormentosos sufrimientos enfermizos del ser humano e intentar paliarlos con su inteligencia puesta al servicio de los débiles, hace de esta profesión un digno capítulo de vida que merece ser resaltado y reconocido.

No puedo Dr. Mostaza por menos de insistir en esta página en darle las gracias de nuevo. Su mano en la mía abundó en esperanza y hoy siento su presión con la satisfacción de la amistad surgida. 


El esqueleto, mi esqueleto dañado, ha sido consolidado y una luz nueva llega de lontananza protegiendo su haz de la oscuridad de la aflicción, volviendo la calma al hogar y tú y yo, mi querido Chindas, seguiremos escuchando y compartiendo los ecos de la sociedad en que vivimos. Tus ojos grandes volverán a posarse en los míos mientras mi mano acaricia tu lomo.

2 comentarios:

  1. Una gran alegría volver a leer tus reflexiones. Esperemos que sea por mucho tiempo

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  2. Ya te echábamos de menos.

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