jueves, 25 de agosto de 2016

TERREMOTOS

Cuando el dolor y la devastación aparecen unidos, algo atenaza e impacta en el corazón humano. Hoy es en Italia y la India, las distancias desaparecen y la desolación hace eco en todo el mundo. Sangre teñida de muerte, escombros sepultando las ilusiones sin mirar las edades, vistiendo de yeso y tierra el placer de vivir.

Bomberos y voluntarios entregan su esfuerzo en recuperar hálitos de esperanza, gemidos sepultados que confían en ser hallados para respirar libres de la opresión que los atenaza. Lágrimas alrededor, cuyas pupilas sólo alcanzan a ver sus casas derribadas, sus recuerdos rotos e inaccesibles.

Cámaras y TV filmando el cruel destino de unos pueblos sencillos; ruinas que fueron hogar donde el amor residió, donde el sol iluminaba las estancias a través de las ventanas, el mismo sol que mimó sus fachadas. Zapatos desparejados olvidando al compañero que recorrió en compañía la campiña. Imágenes de silencio gritando soledad bajo los escombros. Niños que no conocerán la alegría de jugar. Jóvenes cuyos sueños han quedado truncados por el sismo… Pesar en esas calles que dejaron de ser límite de viviendas y vías de convivencia, gotas de lluvia del alma.

Abrazos de reencuentros en el exterior sobre los restos dolidos de los familiares sepultados. ¡Ah dolor atormentado que respirando tristeza, ríe a la caricia que le permite seguir viviendo! Cae la tarde y el trabajo es arduo. Perros policías siguen husmeando las oquedades y su olfato arranca atisbos que acelera la excavación intentando llegar a tiempo de salvar otra vida. Extraordinaria labor la del cuerpo de bomberos, nacionales y extranjeros que aportan su experiencia y entrega personal a ésta y otras tareas dolorosas y de riesgo. Desde aquí nuestro reconocimiento.  

Terremotos, voces de la tierra sumergida, tormenta lejana de los abismos, noche bajo nuestros pies con fuego en las entrañas. Sin flores ni luz que recree la vista mueve sus ansias de protagonismo hiriendo, adueñándose del horizonte saltando por los aires la maravillosa realidad del mundo creado en su superficie.


Incendios y escombros atenazan hoy nuestro corazón apesadumbrado, aquí y allí hermanamos los desastres y con la débil aportación de nuestros sentimientos, esperando que tras el crepúsculo de vuestras lágrimas nos veáis a vuestro lado y la confianza renazca de nuevo en el futuro que os espera.

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