jueves, 1 de febrero de 2018

CUESTIÓN POLÍTICA

Hace semanas que no estamos en el blog pero volvemos con la alegría del reencuentro con los lectores.
Como en Cataluña, tenemos un problema, tal vez político, de convivencia con Chindas.
Es voz muy común y en boca de políticos de diferentes tendencias que el problema del separatismo catalán es una cuestión política y como tal ha de resolverse.
El que el Gobierno aplique el artículo 155 de la Constitución y el que el Poder Judicial haya encarcelado preventivamente a determinadas personas, para el separatismo, es ilegítimo pues problemas políticos requieren soluciones políticas; y para sectores constitucionalistas, es un fracaso político.
Sin embargo pensamos que las ideas deben quedar claras.
Cuestiones políticas hay muchísimas, todas las que atañen a la organización y funcionamiento de la nación, como son todo lo que se refiere a la autoridad pública, a la educación, a la sanidad, a la justicia, al orden público, a los ingresos y gastos públicos y a otras muchas cuestiones menores, por ejemplo, al tráfico.
Estas cuestiones admiten diferentes posturas que, en democracia, gozan de libertad de opinión y se resuelven dialogando, fundamentalmente en el Parlamento; y a llegar a un acuerdo mayoritario se convierten en norma o ley de obligado cumplimiento.
Por ejemplo, el impuesto de sucesiones puede admitir posturas diferentes pero aprobado en el Parlamento es de obligado cumplimiento, y si alguien no paga, comete una ilegalidad, y la autoridad o la justicia actuarán en consecuencia.
Lo mismo pasa con las posturas separatistas que opinan que lo mejor es salirse de la nación donde están. Pueden opinar libremente y defender el cambio constitucional, pero mientas ésta no se reforme es de obligado cumplimiento la unidad nacional y el proclamar la separación y tomar decisiones que ayuden a la separación es delito.
¿Qué se cree que son los que conjuran para obrar contra la ley constitucional antes de cambiarla?
La manía de proclamar que el separatismo es una cuestión política y que se resuelve con el diálogo es una de esas patrañas de ciertos políticos para justificar lo injustificable. A veces la población piensa "postura de políticos".
En este sentido se puede decir que no hay presos políticos sino políticos presos "muy políticos".


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