sábado, 17 de julio de 2010

Activemos la esperanza

En la carretera de Frómista, a la izquierda, hemos estado viendo el campo de guisantes, por si estaban listos para cosechar. Están secos, pero la avena loca y la abundante broza está aún verde y el montón de grano fermentaría por la humedad. Habrá que esperar, arriesgando que la jeruga del guisante se abra y se pierda parte del grano. Ya el año pasado fue imposible la cosecha de esta leguminosa y hubo que enterrar la planta. ¿Cabe la postración y el desaliento? Este año el trigo cultivado sobre los guisantes enterrados se anuncia espléndido.
Huyendo del calor, a la sombra de la casa, meditamos sobre el pesimismo que se manifiesta tremendista entre nosotros.
Es cierto que hay cuatro millones de parados, que hay dificultades de financiación y que familias y empresas están faltos de recursos, que nos hemos endeudado y que esto nos obliga a contener los ingresos de pensiones y salarios y a aumentar el gasto del IVA.
Pero también hay datos positivos...Hoy hay más gente ocupada que hace una década. Los salarios y pensiones también son superiores. La renta media por habitante es superior a la italiana y se aproxima a la francesa, algo que se veía como muy arduo y lejano hace un par de décadas
No todo ha sido construcción, en otros muchos campos se han hecho muchas cosas como en el campo de la energía, servicios, infraestructuras, bancos, ni todo lo que se ha hecho en construcción ha sido negativo. Disponemos de mejores viviendas, universidades, hospitales, fábricas, redes viarias y muchas empresas se han reciclado y compiten internacionalmente por los grandes proyectos constructivos como la ampliación del canal de Panamá
Cierto que hubo imprevisión, exceso de alegría y especulación, pero más negativo será caer en el otro extremo del péndulo, en el agujero negro del pesimismo paralizante.
Hemos sufrido un duro correctivo. ¿Nos sentaremos en un rincón a llorar, esperando que papá estado lo resuelva todo? Dejaría de ser un correctivo y difícilmente saldríamos de la postración.
Es el momento de actuar, de la iniciativa, del tesón, de que aflore la inteligencia y la propia estimación, evitando caer en los mismos errores, que ya llegarán otros, siendo prudentes, pero arriesgados. Es el momento para que la prensa pregone las realizaciones que se consiguen y no sólo los problemas.
Está próximo el mediodía, hace calor. El campo está madurando sus frutos, no se quedan inactivos por el bochorno y yo me siento un perro inteligente y voluntarioso.

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