jueves, 22 de julio de 2010

Transcendencia

Estamos en pleno mes de Julio. El calor es abrumador. Me paso el día tumbado a la sombra. Al atardecer nos damos cortos paseos buscando la protección de los árboles, aunque a las nueve estemos de vuelta en casa para no coincidir con el asueto de Charli, el gran perro de malas pulgas.
En este mes se han sucedido los acontecimientos, ha comenzado la cosecha, me han vacunado y mi socio setentón ha cumplido años. Los largos ratos de reposo nos han dado tiempo para meditar y nos hemos puesto transcendentales.
Muchas personas niegan la transcendencia, algo que está más allá de lo que percibimos y conocemos pues todos nuestros conocimientos parten de las percepciones de los sentidos y no podemos ir más allá de estos datos por más que la ciencia prolongue este campo de lo sensible. No hay otras realidades más allá y si las hay nos son desconocidas.
Lo que pasa es que este campo de lo sensible se realiza en diferentes planos y unos transcienden o van más allá de los anteriores.
Existe el plano de la realidad inanimada y es muy activo con movimientos mecánicos y reaciones químicas. Le transciende el plano de las plantas, sujeto a reacciones físico-químicas y sin ellas no se entiende, pero la vida da unidad a la planta y autónomamente se alimenta, se desarrolla y se reproduce. Estamos en el plano de la biología.
Y está la realidad del plano en que me muevo, el de los animales. También mi actividad está sujeta al plano de la física y de la química y al impulso vital, pero un perro no es una planta; me muevo, conozco y tengo sentimientos, estoy alegre o apesadumbrado, confiado o temeroso, siento cariño por mis socios y repulsión por los gatos.
Y veo a mis socios en otro plano superior; estos piensan, deducen, crean mundos imaginarios y pueden querer y amar más allá de la atracción de los sentidos.
Que en la base de todo esté lo físico y lo químico lo que acontece en los planos superiores necesita otras explicaciones. Tal vez podamos un día reproducir el salto de un plano a otro y conocer qué los diferencia.
¿Todo se acaba aquí? Aunque están los que niegan la racionalidad del más allá y su posición es entendible, muchos otros a lo largo de los siglos ven posible la existencia de lo desconocido y consideran muy racional esta posibilidad que estaría acorde con la tendencia humana a buscar una explicación que vaya más allá de un comienzo del mundo sensible y explique la intencionalidad que tiene, es decir, hacia la vida y hacia su evolución a planos superiores ¿Es esto una tendencia engañosa pues nunca podremos experimentarlo, o es una tendencia inteligente que proyecta a un más allá lo que acontece en el mundo natural?
Mi socio acepta el más allá y piensa que esta realidad es natural que actúe sobre el mundo que conocemos y yo lo entiendo pues, aunque de él no veo más que actuaciones iguales a las mías, que camina, siente y goza de unas cosas y evita como yo otras, intuyo que tiene una vida diferente a la mía y que ello influye en su comportamiento conmigo.
Pero él me dice que es algo diferente, que él y yo compartimos muchas cosas y que son constatables. Sin embargo el mundo del más allá no es detectable por nuestro conocimiento basado en la realidad física
¿O sí? Esto es un mundo aparte, el mundo del testimonio religioso.

1 comentario:

  1. Lamento discrepar. No hay más allá. Somos seres con la misma trascendencia que el resto de seres vivos. Así pues, debemos vivir con intensidad y honestidad, para ganarnos el aprecio del reto de congéneres en esta vida, ya que, lo siento, pero no hay otra.

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