viernes, 2 de julio de 2010

Los que todo lo pueden claman: ¡Libertad!

Estoy feliz en el corral de Chindas. Tengo temporalmente un compañero que, aunque nació aquí, en Requena, es un perro urbano de los que viven en un piso y salen a pasear al parque. Responde por Nano y es pequeño, con casi un año tiene mi alzada y menos peso que yo, que acabo de cumplir tres meses. Nos tienen que poner la comida en recipientes separados, por las peleas, pero es un compañero de juegos infatigable.
Ya he aprendido en mi escuela que todos los perros descendemos de los lobos y que formamos sociedad con los humanos para la caza. Uníamos nuestras habilidades y el resultado de nuestros esfuerzos era muy superior a la suma de los esfuerzos por separado. Los tiempos lo modifican todo y nuestra sociedad cumple otros cometidos, como la caza, la policía, la vigilancia, la compañía. En mi caso les doy y me dan fiel y feliz compañía y la suma de nuestras reflexiones es el blog Chindasvinto, que esperamos sea muy superior a lo que pudieran ser los comentarios de cada uno.
Por cierto que la raza humana tiene muy enraizada esta alianza con los lobos, nuestros antepasados, y buena parte de sus individuos siguen apellidándose hijo de lobo, es decir, López
Hoy en día la caza no es más que una diversión para unos pocos y se consiguen los bienes necesarios, y aún los superfluos, con una forma muy complicada de organización, a la que han llamado economía.
La organización económica como, cualquier otra organización, es valorada por sus resultados y tendrá que corregirse y evolucionar de acuerdo con las circunstancias y los tiempos, pero algunos la han absolutizado y convertido algunos de sus principios en leyes inmutables como la libertad de mercado.
Se comenzó organizando para conseguir bienes y productos. Después se vio la necesidad de intercambiarlos. Para un intercambio más cómodo se recurrió a la moneda. El paso siguiente fue ahorrar en dinero, unir los ahorros y formar grandes compañías. Últimamente existen innumerables productos que no son sino papeles o anotaciones en registros informáticos titulares de bienes y derechos o de futuros bienes y derechos, y todo esto se negocia en la Bolsa y dirige el dinero hacia las necesidades de las familias, hacia las empresas o hacia las instituciones.
Tenemos, pues, un mercado de bienes y servicios de consumo, un mercado de bienes productivos y un mercado de dinero y de títulos, al que se llama mercado financiero, y si, en un tiempo, el nervio de la economía fueron los bienes o las empresas productoras, hoy a pesar de que esto pueda ser básico la economía se rige fundamentalmente por las finanzas.
Grandes cambios de la organización económica se han producido espontáneamente, en libertad, pero pronto se vio que la libertad tenía que estar regulada por normas que evitasen engaños, abusos y desastres económicos que se han producido periódicamente.
La economía financiera, que hoy predomina, ha conseguido grandes logros pero también deficiencias e injusticias y, como nos dicen, nos ha llevado a un callejón de ruina y fracaso en el que no hemos sucumbido porque los gobiernos han salvado al conjunto, empezando por los imbéciles pero poderosos agentes financieros protagonistas del fracaso. La salvación ha supuesto el sudor y el sacrificio de los ciudadanos.
Pero los poderosos agentes financieros siguen pidiendo libertad de mercado para ellos y sacrificios para el resto.
Los poderosos, cuando tienes la sartén por el mango, sólo miran por sus propios intereses que proclaman como el interés general. La solución no es la crítica, tienen la cara de cemento. Lo vemos en nuestro entorno, los banqueros que piden el sacrificio de las pensiones dan a uno de los dirigentes que se jubila pensiones multimillonarias. Las Cajas de Ahorros se unen para bajar costes cerrando oficinas duplicadas con despidos laborales, pero los puestos de los dirigentes, también duplicados, no se reducen, se suman. Ya decimos nosotros dadme una buena presa a devorar y llamazme lobo.
Más que críticas son necesarias normas que permitan el mercado libre, que no lo es si está dominado por los poderosos. Normas y sanciones, a grandes abusos grandes penas.
¿No son los gobiernos nuestros representantes y los jueces nuestra justicia?
Pues, a veces, da la impresión de ser el gobierno de los poderosos y la justicia aplicada sólo a los de poca monta.
Nano nos mira displicente mientras elucubramos, pero él sí sabe de normas y defiende su espacio y su comida.

1 comentario:

  1. Lo más fácil y cómodo para todos los gobernantes de cualquier país es dejar en paz y no atajar los abusos de los poderosos. Si algún gobierno se ha atrevido a intentarlo, ha durado poco.

    ResponderEliminar