martes, 12 de julio de 2011

Isidros cabreados

Hay días, como hoy, en que al salir de paseo me encuentro con dos perrillas y un perrillo que juntos no llegan a la mitad de mi peso. Parecen siempre malhumorados y recelosos. Ladran y gruñen y me agreden, a pesar de que me echo ante ellos como señal de sumisión. No me hacen daño, me levanto, corro, me alejo y vuelvo provocando nuevos ladridos. Es un juego.

Pero no es un juego la indignación de los participantes en el movimiento 15-M. Indignados, anagrama de un número y una letra, todo muy urbano, moderno y refinado.
De este fenómeno vengo discurriendo muchas jornadas con mi socio. Y como somos rurales y un tanto tradicionales les venimos llamando isidros cabreasdos: Isidros ya que el movimiento se desató en Madrid el 15 de Mayo, día de su santo patrón. Cabreados, ya que indignados es una palabra muy clásica, muy bonita y que proviene de la ausencia de dignidad y con poca dignidad somos tratados; cabreados es un término más del pueblo, inspirado en la acción de meter el ganado cabrío en un terreno en que todo queda pisoteado y patas arriba. Bueno esto es lo que nos decimos sin ser lingüistas. Nosotros nos consideramos isidros cabreados que manifestamos nuestro cabreo en la plaza de este blog.
Estamos cabreados porque financieros sin escrúpulos crearon fondos basura que pudrieron el sistema, por especuladores que apuestan por ganacias vacías que nunca crearán riqueza, por banqueros que prestaban sin importar el riesgo pero sí sus altas comisiones, por constructores que basaban el lustre de sus ingresos en la continua revalorización del suelo y de los inmuebles, por nosotros que gastamos más de lo que teníamos y nos hipotecamos satisfechos porque pensábamos que siempre podríamos recuperar la inversión, por autoridades corruptas, inconscientes o incapaces de mirar de frente a estos hechos..
Estamos cabreados con una sociedad injusta y tramposa que aspira a salir de la quiebra con el sacrificio no de todos sino solo del pueblo trabajador, a costa del paro, de la merma de las jubilaciones y el acogotamiento fiscal de los menos poderosos ya que hay que primar la ganancia de las empresas para que inviertan y a inversores y banqueros para que engrasen la marcha de la econmía. La indignación no es nueva, la constataban sociólogos y las encuestas. El fenómeno nuevo es que esta indignación ha saltado a la calle, a las plazas convocados por los nuevos resortes de comunicación ya que las instituciones que debían tener en cuenta este estado de indignación para intentar al menos resolver los problemas que la provocan , están enredados en sus luchas de poder y a lo máximo a que aspiran es a apuntalar esta sociedad injusta y decadente.
Son extrañas las manifestaciones sobre los acampados, como el de ocupan la calle que es de todos. ¿No se ocupa, acaso, en las manifestaciones por el triunfo del equipo y en muchas otras ocasiones? Nuestras ciudades se han convertido en cuadra o establo de las nuevas monturas de la sociead del automóvil y no nos referimos a la circulación y aparcamiento puntual de estos vehículos, sino a la ocupación permante. Los coches pueden ocupar la ciudad, los que justamente protestan estorban en la Puerta del Sol.
Se les achaca comportamientos violentos, ¿en qué aglomeración no hay cafres? los ha habido en las aglomeraciones por el triunfo del Barça y del Granada.
Los isidros cabreados de Requena, creemos que nuestros problemas son otros: cómo hacer que la fuerza de los manifestantes, enorme como comunicación se pueda convertir en palanca que haga saltar el poder de los especuladores, la prepotencia de los poderosos, las artimañas de los partidos que nos colocan sus candidatos sin que podamos dar el puntapié a los corruptos o los inútiles, es decir, en cómo la fuerza de la razón se convierte en la fuerza de la acción...

Somos isidros, pero no podemos esperar que los ángeles aren nuestros campos.

NOTA: Esta entrada debería haberse publicado el pasado jueves día 7 de julio, pero "problemas informáticos", ajenos al autor del blog, lo impidieron. La próxima entrada se publicará el día 21, jueves, y de esta forma esperamos recuperar nuestro ritmo habitual

2 comentarios:

  1. Tienes razón en tu frase final: "a Dios rogando, pero con el mazo dando"

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  2. Salir de la crisis a costa de cargarse el "estado de bienestar". Eso cabrea y mucho

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