jueves, 4 de abril de 2013

Complicarse la vida

En el Sem Tob, el insti de Carrión, los alumnos han puesto fin a un trimestre. Los profesores se han reunido por las tardes para evaluar; mientras, se han organizado tres días de actividades culturales: talleres varios, documental de Tente Lagunilla por las cumbres del Himalaya y Marcha Solidaria.
Allí he caído, Chindas; gozoso de la invitación de tus amigos para exponer cómo llegó hace 20 años el insti a tener un nombre tan singular y asistir a la presentación a cargo de Juan Ramón Lagunilla, hasta hace un par de cursos profesor del centro, de un audiovisual realizado por la Liga Española de Educación.
En él, pudimos ver experiencias educativas en diferentes centros españoles sobre derechos humanos, medio ambiente, igualdad de género e integración de emigrantes entre otros temas.
Después, hubo un coloquio entre alumnos, una madre, una profesional de actuación juvenil, profesores y los dos ex-profesores que estábamos.
Por cierto, perrito fiel, que tu socio está oxidado. Las ideas que le bullían en la mente al exponer la historia del nombre del insti o las que surgían de las imágenes del audiovisual y del coloquio las expuso de forma atropellada y gris, sin fuerza ni sustancia.
Pero el coloquio tenía miga. En él, los jóvenes mostraron, por una parte, que por qué debían actuar para afrontar todos esos temas del audiovisual cuando los mayores habíamos construido un mundo tan injusto. Por otra, hubo quienes se quejaron de la escasa respuesta a acciones concretas.
Tenías que haber visto, Chindas, cómo los adultos mostraron la necesidad de luchar por esos derechos que les atañen; que no todo había sido mal hecho y fue admirable cómo el organizador de la reunión hacía ver que en el centro había que actuar para que no se diesen casos de desigualdad de género ni situaciones injustas que causaban dolor.
Hablando reposadamente contigo, mi compañero de caminatas, todos debemos obrar para ocupar nuestro lugar en el mundo; el lugar que nos corresponda en justicia como seres humanos en igualdad de derechos, pero un lugar que también corresponda al esfuerzo y la fe que se ponga en ello.
Pero para que ocupemos positivamente un lugar en el mundo, es necesario que ese mundo permita la libertad, la igualdad, la iniciativa, la creatividad, la empatía y la solidaridad.
Ni lo que somos, ni lo que es la sociedad se nos regala. Más aún, hay obstáculos, abandonos, inercias y voluntades que dañan la posibilidad de un mundo justo y solidario, estropeando también las situaciones individuales.
Los adultos no pueden cargar sobre los jóvenes la responsabilidad del futuro, ni estos pueden exigir a los adultos que dejen resuelto el porvenir; y, por supuesto, los ya jubilados no hemos de replegarnos en nuestros recuerdos y nuestras carencias, seguimos construyendo nuestro lugar en la vida siendo miembros activos de una sociedad que se construye.
Hay que complicarse la vida ya que ésta no es simple; como los educadores del Sem Tob, que a pesar de los recortes tienen entusiasmo para complicarse en la organización de unas jornadas culturales, aunque algunos no lo entiendan.

1 comentario:

  1. De oxidado, nada de nada profe. Ya quisieran muchos jóvenes explicar las cosas con tanta energía y convicción. Su defensa de la necesidad de implicarse y de luchar es ejemplar. Gracias

    ResponderEliminar